El deporte, la montaña rusa emocional

Las emociones ¿Qué son?

Son mensajes internos e involuntarios que se desencadenan tras estímulos que vienen del interior (la rotura del tobillo; una respiración calmada) o del exterior (la derrota/victoria de una final nacional). Estas sensaciones no se pueden controlar, pero sí podemos controlar los pensamientos y acciones que se desarrollan tras ellas.

¿Para qué sirve? 

Básicamente para informarnos. 

La información que nos traen estos mensajes (emociones) son necesarias para tomar decisiones; evaluar el medio y adaptarnos al entorno en el que nos encontramos.

Inteligencia emocional en el deporte.

Todos los deportes producen grandes picos emocionales. Tanto en la competición, porque se puede ganar o perder, como en el vestuario, entrenamientos o cuando llegamos a casa, ya que siempre existe cierta presión que nos mantiene en tensión al pensar en nuestro deporte. Incluso, tus propios compañeros o entrenador pueden provocarte emociones muy intensas y contrapuestas. 

Esta es la razón por la que pienso que trabajar la inteligencia emocional en el deporte se vuelve fundamental: el deporte es una montaña rusa emocional. Y si no sabes cómo montarte en esa montaña rusa, es posible que sufras una caída, te den vómitos o pases un muy mal rato mientras das vueltas en ella.

Al principio dije, que las emociones servían para ayudarnos a tomar decisiones, evaluar y adaptarnos al medio. Pues imagínate que, tras los primeros minutos de juego comienzas a sentirte enfadado porque en las primeras acciones que tocaste el balón fallaste. Este enfado mal gestionado puede llevarte a una frustración. Al sentirte frustrado, esa emoción será la que te ayude a tomar decisiones y evaluar tu entorno. ¿Cómo crees que serán las decisiones que tomes si te encuentras enfadado? ¿Tomarás decisiones calmadas basadas en la objetividad y en el fin común del equipo? ¿o actuarás impulsivamente tratando de liberar esa frustración que te reconcome? Quizás necesites demostrar a los demás y a ti mismo, que esos fallos del principio fueron solo un desliz. Quizás en la siguiente bola veas tu entorno como una amenaza y actúes impulsiva e individualmente para alcanzar tu fin individual, olvidandote del objetivo común de tu equipo. 

Por cosas como estas la regulación emocional se vuelve tan importante. La regulación es una de las estrategias que se usa cuando una persona tiene inteligencia emocional. Daniel Goleman precursor de la inteligencia emocional la define así: «es la capacidad para reconocer sentimientos (y/o emociones) en sí mismo y en otros, siendo hábil para gerenciarlos al trabajar con otros».

¿Cómo puede afectarte una mala gestión emocional?

¿Cómo crees que podría afectarte montarte en una montaña rusa sin cinturón? Mal, ¿verdad? Pues algo similar, aunque no tan inmediato y catastrófico.

Una mala gestión emocional te llevará a tomar malas decisiones, impulsivas y erróneas; te hará juzgar tu alrededor de forma amenazante y negativamente; y te hará perder intensidad y concentración en el juego. Tu mente estará ocupada en la montaña rusa del enfado y la frustración haciendo caso solo a la necesidad de demostrar que eres un buen deportista. No podrá tener la atención plena en el juego. Tu rendimiento en el partido se verá negativamente afectado, tu intensidad y concentración bajarán sustancialmente. Esto acabará afectando directa y de forma perjudicial a tu valor y prestigio como jugadorx.

¿Cómo desarrollar inteligencia emocional mientras juegas? 

Para empezar, si nunca antes te has puesto a gestionar tus emociones, durante un partido gestionarlas adecuadamente, te será imposible. Pero como se dice, “sólo se aprende haciendo». 

Una de las ideas que te traigo hoy es trabajarla durante los entrenamientos. Es decir, al igual que entrenas la parte táctica, técnica o física, que entrenes tu parte emocional. ¿Cómo? Mediante la intensidad en el juego. La intensidad en el deporte se basa en el nivel de concentración mental (o decisional) que necesita la actividad. Como antes dijimos, las emociones son lo que nos ayuda en  la toma de decisión por lo que la intensidad y concentración de un partido están en manos de las emociones que tenemos y de cómo nos relacionemos con ellas. Por lo tanto, para poder mantenerte concentrado en el partido, el mayor tiempo posible, sería interesante poder jugar con distintos volúmenes de intensidad para entrenar a tu sistema emocional a gestionar ese aumento de actividad durante un partido. 

*Bonus para entrenadores: Trata de impregnar tus entrenamientos con ejercicios de diferentes intensidades que hagan tener una alta concentración decisional. “Obliga” a que en un periodo pequeño de tiempo el número de decisiones y movimientos sea alto y rápido. Poco a poco irán desarrollando la habilidad de gestionar una alta actividad emocional y técnica a la vez.

La inteligencia emocional es una bonita habilidad que se puede aprender y pulir con su entrenamiento, preparación y mucha paciencia. A continuación te muestro dos mini claves para que uses durante tu partido:

  • Si tu emoción es negativa y te está alejando de tu objetivo (entendamos objetivo como ganar o jugar bien), evoca emociones positivas. Trae un recuerdo agradable, como tu última victoria, la celebración en el vestuario, la cara de felicidad de tus padres y amigos tras verte ganar…

Si mantiene las sensaciones negativas afectarán a tu valoración del entorno y te harán tomar decisiones poco efectivas que te alejaran de lo que deseas. 

  • Si tu emoción es positiva y te acercan a tu objetivo, mantenlas. ¿Cómo? Repitete algo parecido a: “nos mantenemos”, “vamos bien”, “el objetivo cada vez está más cerca”. Cuidado con la euforia, al igual que la frustración pueden sacarte del partido y alejarte de tu objetivo. Regula la intensidad de tu emoción trayendo de nuevo tu atención al juego mirando a la bola.

Es decir, las emociones positivas te van a ayudar a ganar.

En ambos casos es muy importante que trates de relativizar, no siempre todo es bueno o malo. Durante el desarrollo de un partido es muy difícil ponerse a relativizar, pero hazlo tras acabarlo. Si desarrollas la habilidad de relativizar todo lo que te ocurre, poco a poco serás capaz de hacerlo incluso en el partido con más tensión de la temporada. 

Tu rendimiento deportivo necesita de regulación emocional, el deporte es una montaña rusa llena de saltos, curvas y bajadas emocionales. Si consigues mantenerte en calma mientras vas pasando por estos episodios tu rendimiento crecerá exponencialmente. 

Si eres deportista y quieres aprender a cómo mantener la calma en esa montaña rusa, ponte en contacto conmigo. 

Si eres entrenador y quieres ayudar a que tus jugadores sepan cómo montarse y actuar en la montaña rusa emocional, estaré encantada de guiarte en el proceso. 

Envíame un mensaje a: lacatalizadoradeportiva@gmail.com; Instagram o Twitter: @mardurannn

Tu post del lunes, hasta la semana que viene 🙂

Mar Durán | 🚀 la catalizadora deportiva

Bibliografía

Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional (edición en castellano). Barcelona, España: Editorial Kairós, S.A.

Carrera, S. (2016). Coaching Deportivo. Sangolquí, Ecuador: Editorial de la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE.

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