Cómo mejorar en el Voleibol

Quiero hablaros de la inmediatez dentro del deporte y la tendencia generalizada que existe con la necesidad de obtener resultados cuanto antes.

Lo quiero hacer bajo el ejemplo de dos jugadoras. Desde ahí quiero explicaros como el pensamiento de cada una de ellas ha afectado en su progreso e influido en su motivación.

Ambas jugadoras comenzaron el mismo día, han tenido a la misma entrenadora y los ejercicios han sido iguales para ambas.

Jugadora X: Se trata de una chica deportista que ha estado anteriormente en otros deportes. Cuenta con habilidades deportivas básicas, un mínimo de coordinación, agilidad y concentración durante el juego. Es una chica muy impaciente que quiere obtener el resultado esperado a la primera y sino es así, se desesperada, abandona lo que no le sale y se pone a hacer lo que sabe que si le sale.

Jugadora Y: Es una chica que nunca ha hecho deporte anteriormente. Carece de habilidades deportivas básicas, su coordinación y movilidad no son las que suelen constituir a un deportista. Es una chica muy paciente, trabajadora, que intenta e intenta las tareas aunque no le dé resultado lo que hace. A pesar de que se agobie cuando no encuentra el resultado esperado sigue trabajando en silencio, sin ninguna queja una y otra vez.

Al comienzo de los entrenamientos juzgué sin querer a estas dos personas, deposité mi confianza en la primera y traté de darle alas para que esas habilidades pudiesen potenciarse. En cuanto a la segunda, trate de que no se desanimara y siguiera intentándolo cada día aunque no consiguiera pasar la bola al otro lado.

Durante estos meses, en los entrenamientos, se ha hecho incapié en desarrollar y trabajar la condición física, buscando una mejora en la coordinación, movilidad y agilidad en todas las jugadoras.

Ahora, en mitad de la temporada puedo decir que mis juicios no fueron ciertos. En este punto nos encontramos una Jugadora X estancada. Cada vez que toca sacar esta se desespera y achaca que lleva intentádolo mucho tiempo y que ya no le va a salir nunca. Ha dejado de intentar el saque de arriba y se va al lado contrario en el que yo ayudo a las compañeras.

En cambio, la Jugadora Y cada día me sorprende más. Al comienzo le costó encajar, porque las demás la veían algo patosa y no depositaban confianza en ella. A día de hoy, ella misma se sorprende de que su trabajo empiece a dar resultados. Esta chica se ha pasado sacando desde septiembre hasta febrero sin meter un saque en el otro campo. La semana pasada corrió hacia mi con una sonrisa en la cara para contarme que todos los saques le habían entrado. Asimismo su coordinación, movilidad y medición del balón han mejorado muchísimo. Es capaz de completar correctamente todos los circuitos de coordinación, y golpear con éxito la bola en varias ocasiones.

La Jugadora Y cuando no veía resultados tomaba como opción seguir. No sé si buscaba una mejora a largo plazo o no. Pero no desistía y eso le está permitiendo ir cada día con ganas al entrenamiento. Su trabajo y esfuerzo diario sin la necesidad de un refuerzo inmediato le está permitiendo mejorar a pasos lentos, pero mejora.

De la Jugadora X no puedo decir lo mismo. Esta niña podría estar jugando mucho mejor de lo que lo hace, pero no se lo permite. Cada vez que comete un error se castiga. No se permite fallar y piensa que tiene que hacerlo bien todo. Si hay algo que no hace bien, lo abandona y retrocede a lo que sabe hacer. Esta jugadora está estancada, no progresa, no se permite trabajar y esperar pacientemente una recompensa a posteriori. Sino la tiene en ese momento, desiste. Ella misma día a día limita su mejora, no viene tan motivada, y en los entrenamientos está sin ganas y su activación ha disminuido mucho.

Lo que te comento en estas dos jugadoras es un tema muy tratado dentro de la psicología. En los sesenta Walter Mischel, psiclogo de la Stanford University, en California, hizo un experimento donde dejaban en una habitación a unos niños con una gominola. La tarea era que si conseguían no comersela le darían una más cuando el adulto comprobara que puedo aguantar. Tras este experimento se hizo un estudio longitudinal con los mismo sujetos, donde se descubrió como el autocontrol y la capacidad de postergar la recompensa tenía relación con el éxito de los participantes. Aquellos que esperaron tuvieron un mayor éxito durante el trascurso de sus vidas.

El autocontrol y la capacidad de buscar un beneficio a largo plazo dentro del deporte, es una habilidad fundamental, que va a permitir al jugador poder avanzar en su rendimiento deportivo. Se necesitan mucho años para poder ser bueno dentro de un deporte, quien busca un éxito inmediato acabará desisitiendo.

El voleibol, en concreto, es un deporte muy técnico donde la precisión en cada movimiento debe ser la adecuada, para que el juego pueda continuar. Cuando se carece de las habilidades y el entrenamiento suficiente, este deporte se vuelve muy complejo y desesperante. Se necesita mucha paciencia, trabajo y voluntad para poder progresar dentro de él.

Tanto en el voleibol como en otro deporte, la cantidad de horas que se debe echar al entrenamiento deben ser muy abundantes, y no siempre harán justicia al resultado final.

El cerebro necesita repetición para automatizar gestos y acciones, sino tenemos suficientes repeticiones buenas el cerebro no será capaz de desarrollar correctamente acciones como rematar o colocar de forma rápida, precisa y automática.

Cada vez que falles, pregúntate si quieres ser la jugadora X, quejarte, abandonar y retroceder en tu progreso o prefieres seguir intentándolo día a día, esperando que con el tiempo haya resultados, como la jugadora Y.

Sé paciente, trabaja y trabaja, visualízate consiguiéndolo y deja que el tiempo y tu esfuerzo diario te ayuden a conseguirlo.

Tu post de cada lunes, nos vemos la semana que viene 😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

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