¿Cómo trabajar en equipo con alguien que me cae mal?

Seamos sinceros. Dentro de un equipo, no todo el mundo nos parece igual de amigable. Podemos tener una relación cordial con todos, pero no con cualquiera del equipo, te irías a ver una película al cine.

Esto es lo normal. Cada uno es afín a aquellas personas que tienen sus gustos, su forma de ver la vida y por ello tendemos a tener una mejor relación con determinadas personas.

Dicho de otra forma, no es un problema que alguno de tu equipo no sea tu mejor amigo. Es un problema, que sino es tu mejor amigo, no sepas trabajar en equipo con él.

Como he dicho, sois un equipo y aquí entra el juego un concepto que me encanta. La interdependencia, ¿Qué significa esta palabreja?

Pues según la RAE, interdependencia quiere decir dependencia recíproca. Sigues sin entenderlo, ¿verdad?

Me explico, la interdependencia es cuando las personas se necesitan mutuamente para conseguir un fin. Se podría decir que es una dependencia bidireccional donde un jugador necesita al otro para realizar correctamente su trabajo. En los deportes de equipo se precisa de la acción del compañero, para realizar la acción propia. Un atacante no puede rematar sin una colocación anterior. Y un colocador no puede colocar sin una recepción inicial.

Lo que hago influye en mi compañero, por eso ambos nos necesitamos. Mejoraré si el otro mejora.

Vale Mar, entendí la interdependencia, pero ¿ahora cómo hago para trabajar con el que me cae mal?

La respuesta te la daré bajo una historia real.

El psicólogo Pep Mari, en su libro, Liderar equipos comprometidos, nos cuenta una anécdota sobre cómo él solucionó un situación muy parecida a la que os planteo.

Cooperar con la persona que odio

Pep comenzaba esta historia tal que así: «quiero comentarte un caso que me abrió los ojos: el de dos remeros que, si remaban juntos, tenían serias opciones de conseguir medalla«.

A esto, añadí que solo había un inconveniente. Por temas personales, los deportistas se detestaban, o como el mismo Marí escribe «no podían ni verse en pintura».

Pep, realizó una entrevista con cada uno de ellos. Por supuesto, fue por separado.

  • PSICÓLOGO: ¿Es verdad que no tragas a tu compañero?
  • REMERO: ¡Cierto!
  • PSICÓLOGO: ¿Qué estás dispuesto a hacer para ganar una medalla?
  • REMERO: Todo lo que esté en mis manos…
  • PSICÓLOGO: ¿Incluso remar con tu compañero?
  • REMERO: Si solo es remar, sin hablarnos, sí.
  • PSICÓLOGO: Entrenador, ¿podrías escribir en un papel todas las tareas que debería ejecutar en el bote el día de la regata?
  • Entrenador: Ya lo traía preparado de casa, son estas.
  • PSICÓLOGO: ¿Estarías dispuesto a hacerlas?
  • REMERO: ¡Sí!
  • PSICÓLOGO: Vamos a repetir el mismo procedimiento con tu compañero, si acepta, tal como has hecho tú, en estas condiciones, ¿estarías dispuesto a remar con él?
  • REMERO: Así, sí…

Casualmente, coincidían en sus respuestas. Mientras que solo fuese remar, estaban de acuerdo. Remaron juntos, consiguieron la medalla pero no se saludaron, ni felicitaron, ni al comienzo, ni con la medalla en mano.

Concluía este apartado Marí diciendo que, bajo su experiencia, en los equipos cuanta más cohesión había mejor se entendían mientras competían. Esto ayudaba a que el compromiso estuviese al mismo nivel y el rendimiento fuese óptimo. No obstante, añadía que no hace falta un alto nivel de cohesión para conseguir los objetivos establecidos, como bien, estos dos remeros nos mostraron.

Entonces, ¿para rendir tengo que llevarme bien con mi compañero?

Leyendo sobre esto, te diré que aun no hay una verdad absoluta como tal.

Creo que es importante que antes de resumirte las ideas claves sobre cohesión y rendimiento, sepas las dos funciones principales de la cohesión.

Por un lado tenemos la cohesión social (orientada hacia el mantenimiento y desarrollo de las relaciones dentro del grupo) y por el otro, la cohesión a la tarea (orientada hacia lograr un objetivo). Definidas así por Isabel Castillo y Octavio Álvarez en Psicología social de la actividad física, el deporte y el ejercicio.

Estos autores, recopilan lo que se conoce hasta hoy sobre la relación entre cohesión y rendimiento.

Hay tres ideas principales, o como ellos dicen, el resultado de tres metaanálisis. Cada uno da una visión algo diferente y contrapuesta a la anterior. Vamos a verlas😉

En primer lugar tenemos a Carron (2002) que dice que no hay diferencias entre la cohesión social y tarea. Las dos aportan el mismo buen desarrollo al rendimiento. A más cohesión, sin importar cual, mayor rendimiento.

En cambio Filho (2014) dice que se produce más rendimiento en los equipos cuando la cohesión está enfocada a lo que sería la tarea. Y que cuando se trata de cohesión social, el rendimiento no es tan alto.

Rivio (2009), como ultimo aportador en este tema nos cuenta que, tras una investigación en un equipo de hockey hielo, se descubrió que en los grupos con una alta cohesión (tarea y social teniendo en cuenta la integración y la atracción hacia el grupo) daba lugar al conformismo dentro del grupo, baja calidad en la evaluación del rendimiento y disminución del rendimiento real. A su vez se desarrolló un proceso desadaptativo con pensamiento grupal y polarización del grupo. Es decir, que si te llevas demasiado bien con todo tu equipo puede ser algo contraproducente para el rendimiento de este.

Si te llevas mal con tu compañero, haz esto:

  • Elije a un intermediario, que hable con ambas partes como hizo Marí. Esta persona será la encargada de establecer los limites que cada uno de vosotros poneis sobre vuestra relación.
  • Deja muy claro el objetivo y las aportaciones con las que sí te sentirás cómodo y estás dispuesto a realizar.
  • Trabaja y coopera con tu compañero enfocado en ese objetivo. La interdependencia es saber que los dos os necesitáis y que el trabajo de uno influirá en el otro.
  • Si no os soportáis, no tenéis porqué entablar conversación, pero si realizar el trabajo que prometisteis.

En resumen

Es cierto que la cohesión influye en rendimiento y que siempre se trabaja mejor si se tiene una relación cordial. Pero, como hemos visto, no es tan importante esa cohesión social dentro de un equipo, ya que lo que prima en este es la consecución de los objetivos.

Claro esta, que esta aportación va orientada a los equipos que tienen que cumplir con un alto rendimiento. No sería igual en equipos de jóvenes en periodos de formación. En estos casos, si cobra la cohesión social un importante papel para la adherencia al deporte y el desarrollo de habilidades interpersonales (Castillo y Álvarez, 2023).


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😏

Mar Durán 🚀La Catalizadora Deportiva


Referencias

Castillo, I. & Álvarez, O. (2023). PSICOLOGIA SOCIAL de la actividad física, el deporte y el ejercicio. McGraw Hill.

Marí, P. (2017). Liderar equipos comprometidos. Barcelona: Plataforma Editorial

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