Factores psicológicos y qué hacer durante un Campeonato

Esta pasada semana he tenido la suerte de formar parte de un Campeonato a nivel Español Universitario (CEU). He sido la segunda entrenadora de la Selección Universitaria de Granada y ello me ha permitido observar y vivenciar como la psicología del jugador puede ir fluctuando conforme los días y los partidos se van dando.

Antes de nada, quiero matizar que la situación de un campeonato es algo diferente a lo que es un partido normal de cualquier liga regular. En un campeonato tendremos que jugar varios partidos en poco tiempo, por lo que la psicología y la emocionalidad del jugador puede estar más afectada que de costrumbre.

Aquí quiero mostrarte algunos de los factores psicológicos que, bajo mi perspectiva, han sido más determinantes en el rendimiento individual y colectivo de los equipos.

Los principales aspectos que creo que pueden afectar al rendimiento a lo largo de un campeonato son:

  • Expectativas sobre lo que se espera que ocurra
  • Fatiga mental y emocional
  • Autoculpa, acumulación de errores y su mala gestión
  • La presión frente a la semifinal y final

Expectativas

Un campeonato lleva consigo una serie de expectativas. Estas van a ser tanto internas como externas. A nivel interno podemos ir imaginando como actuaremos teniendo en cuenta nuestros años anteriores o como hemos estado trabajando esta temporada, o todo lo contrario, como nos gustaría hacerlo.

A esto, se le va a sumar las expectativas externas, quién se cree que será el favorito, quiénes llegarán a la final… Es decir, habrá una serie de creencias, ideas y pensamientos que irán circulando alrededor nuestra.

Queramos o no, inconscientemente todo esto va a ir conformando parte de nuestro pensamiento al jugar. Estas creencias internas y externas irán conformando la base de mis pensamientos y emociones durante todo el campeonato.

Asimismo, las expectativas y la autoconfianza están estrechamente relacionadas. Si yo, o comentarios ajenos, me posicionan como una de las mejores jugadoras del campeonato, o a mi equipo como el finalista, conforme vayan pasando los partidos, los resultados me irán informando de como voy respecto a eso que se espera.

O sea, si piensan que jugaré bien y tengo un mal partido, mi autoconfianza se debilitará, ya que percibiré que me falta control sobre una situación que se suponía que tendría controlada.

Por el contrario, si nadie espera nada de mi, pasan los partidos y mi juego sorprende positivamente, a la vez que consigue resultados, mi autoconfianza irá aumentando.

¿Qué hacer para que las expectativas no afecten a tu juego?

Regula y contrasta cada cosa que escuches sobre tu rendimiento o el de tu equipo.

Hazle preguntas a esas ideas y equilíbrala con lo que en ese momento sois y realistamente podéis ser.

Por ejemplo, se cree que tu equipo es uno de los favoritos para llegar a la final, porque ya lo ha hecho en los años anteriores. Por lo tanto, se da por hecho que este año también lo será.

Pero eso no tiene porque ser así: ¿tenéis el mismo equipo?;¿el rendimiento de las jugadoras es el mismo?;¿es el mismo entrenador?¿cuál es el nivel de los demás equipos?…

Ir contrastando toda la información que nos llegue con la realidad nos da seguridad y control sobre lo que sí depende de nosotros. Las expectativas y las opiniones siempre estarán, depende de ti de que te puedan afectar o no.


Fatiga mental

Como he dicho, un campeonato es la secuencia de varios partidos en un periodo bastante corto. Dicho de otra manera, en solo 2 días podemos haber jugado unos 4 o 5 partidos. Parece obvio que en estas situaciones la fatiga y el cansancio físico van a ser de mayor magnitud que a lo largo de la temporada.

Pues a todo ello, debemos añadirle también toda la fatiga mental que puede producir esta atípica y bonita situación. Un campeonato es un evento puntual, intenso, exigente y de corta duración, lo que se va a ver reflejado en la intensidad del juego y en las emociones y sensaciones resultantes de ello.

La presión, el nerviosismo, la inseguridad, el malestar en el estomago, el miedo a fallar, el ruido, las ganas, la ilusión, la toma de decisiones, la concentración van a estar jugando en tu interior a la vez que tú lo haces en pista. La fatiga física y el cansancio por los partidos anteriores también te acompañarán.

Con todo este contexto, es natural que cuando las piernas empiecen a fallar también lo haga nuestra cabeza.

Para poder tener una buena toma de decisiones, que es fundamental en deportes como el voleibol, necesitamos una mente despejada, enfocada y concentrada en la tarea. Para que sea capaz de captar la mayor información posible y así diseñar una acción que pueda dar como resultado un punto a favor.

¿Qué hacer para que la fatiga mental y emocional no afecten a tu juego?

Descansar y desconectar tras cada partido.

Asegúrate de dormir suficiente y que el sueño sea de calidad. El sueño te va a permitir liberar estrés mientras duermes y te ayudará a regular mejor tus emociones al día siguiente o en las horas siguientes.

Entre partido y partido, da un paseo corto por donde haya naturaleza, charla con tus compañeras sobre cualquier cosa que no sea tu deporte y como fue el partido y mantente alejada del móvil todo lo posible.

En resumen, haz algo que dé descanso a tu cerebro. Échate un siesta o túmbate a descansar con los ojos cerrados y en silencio. Con unos 20 minutos le estarás dando un plus a tu cerebro que tu juego lo agradecerá.


Autoculpa y acumulación de errores

Acabas de quedarte a las puertas de la final, y el punto ha sido un error tuyo. La autoculpa, desolación, frutración y rabia junto a las lagrimas van a definirte en unos instantes. Te vas a echar el peso del equipo y de ese partido a tus hombros y vas a culparte por hacer perder a tu equipo. Pero… ¿un partido se pierde por un punto?, ¿solo has aportado negativamente al equipo?, ¿no has ayudado en ningún momento a hacer punto?

Al perder un partido en este contexto, el sistema emocional se vuelve realmente sensible. Vas a sentir que ha sido tu culpa y vas a cargarte con todo lo malo del campeonato. Pero quiero que sepas que aunque en ese momento pienses que es así, no lo es.

Durante el campeonato vas a jugar muchos partidos, y vas cometer muchos errores. Y es que, eso forma parte del deporte. Vas a fallar como lo hace cualquier otro ser humano. Es más, en las fases finales, cuando toca arriesgar, es cuando hay una mayor probabilidad de fallo. Y es un tópico, pero si en un partido juegas solo a pasar la bola, lo tienes perdido. Así que, si quieres ganar tendrás que arriesgar y hacerlo sabiendo que es posible que salga mal.

En este punto es muy importante saber ir archivando cada partido y error conforma se acaba. Sino la acumulación, incomodidad e inseguridad que se apoderará de ti, tras cada fallo, se irá agrandando de forma exponencial cada vez que vayas dando un paso.

¿Qué hacer para que la fatiga mental no afecten a tu juego?

Cada partido es un nuevo episodio y tienes que encargarte de que sea así. Para empezarlo tienes que tener la mente vacía de lo que pasó en el anterior, sino te pasarás este nuevo capítulo reviviendo el anterior sin poder jugar este.

Resetéa y comienza de nuevo.

Mira cada partido y cada set como si fuese el primero del campeonato. Haya lo que haya ocurrido, tienes delante una nueva oportunidad para hacerlo bien.

Para ello haz lo siguiente.

Objetivo: tener la mente libre de lo que ya ocurrió.

Abre el blog de notas y escribe todo lo que hiciste o crees que hiciste mal; todo lo que ronde por tu cabeza; cada pensamiento de culpa, de enfado, de frustración… Y acabalo escribiendo como te gustaría que fuese el siguiente partido.

Escribe esto durante unos 3 minutos. Al acabar vas a sentirte aliviado como si te acabaras de quitar una mochila pesada que llevabas cargando todo un partido.

Entre acciones del mismo partido puedes usar herramientas como la gestión del fallo y la detención del pensamiento que encontrarás en estrategias psicológicas del menú de arriba.


Presión en las fases finales

Además de todo lo comentado, quiero puntualizar en un aspecto en concreto. La presión.

Esta irá muy relacionada y armada según las expectativas que se hayan ideado y conformando a lo largo del campeonato. Es decir, en la fase final, la presión para los equipos finalistas será mucho mayor que al comienzo de la fase de grupos.

No todo el mundo sabe competir bajo presión, ni todo el mundo es capaz de dar un buen papel cuando los puntos no están de su lado. Sin embargo, eso es lo que hace a un buen deportista. Saber rendir de forma correcta bajo presión será la tarea de los que realmente quieran ganar.

Muchas veces construimos un buen equipo a nivel técnico y táctico con mucha calidad en juego, pero pésimos bajo presión. Cualquier persona es capaz de trabajar bien cuando está tranquila, sin presión ninguna, pero no todos cuando se da el escenario contrario.

En estos momentos (la final), queremos hacerlo bien, por lo tanto vamos a poner un mayor control en aquellas acciones que ya son inconscientes y automáticas. Ahí es cuando se comete el error.

A aquel que no necesita demostrar que hará un buen partido, irá tranquilo, jugará como siempre y dejará su mente y su cuerpo fluir. El que por lo que sea, tenga una mayor necesidad de que vean que lo hará bien, pondrá mas atención y quitará poder a sus acciones automáticas, volviéndolas lentas y torpes.

¿Qué hacer para que la presión no afecten a tu juego?

Fluye. Olvídate de que tienes que hacerlo bien y disfruta.

Acabas de llegar a la final. Ya has ganado, ya has hecho lo más complicado, ahora disfruta.

Jamás en tu vida vas a tener esta oportunidad de nuevo, nunca más vas a tener la suerte de competir contra ese rival, ni tener al lado a tus compañeros de igual forma que ahora.

Entra calmado, agradecido y con la seguridad de que no tienes que impresionar a nadie, solo tienes que jugar como sabes que es lo que te ha llevado hasta ahí.

Disfrutar del ultimo partido, ese que tan solo dos equipos pueden jugar.


Te acabo de hablar de cada factor por separado. Pero eso se aleja un poco de lo que ocurre en la realidad.

Lo he hecho así para poder explicarte cada uno de ellos, pero en el juego no van separados. Sino que, continuamente confluyen y se relacionan entre sí. Las consecuencias de uno se sumarán a las del otro.

La fatiga mental hace que mis errores sean mayores y estos se vayan acumulando. Lo que va a aumentar la autoculpa y la mala gestión de ellos.

Por el lado de las expectativas y la presión ocurre algo muy similar. Ya que la última estará sujeta a la primera. Según sea el tamaño de las expectativas así será la presión que yo tendré cuando salga a la pista

Para finalizar, quiero que recuerdes que un campeonato va a ser diferente que jugar cualquier partido de la temporada. El resultado que consigues ahí, no define lo que has hecho a lo largo de esta. Ese resultado solo valora tu actuación durante determinados partidos. Quédate con tu trabajo y esfuerzo durante todo el año.

Pero eso sí, cuando estés en el campeonato nada te va a librar de las expectativas, la presión, la fatiga física, mental y emocional, ni de la autoculpa, ni la acumulación del error.

Pero sí espero que esta publicación te ayude a saber como actuar para que puedas sentirte cómodo jugando como tu sabes.

Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😏

Mar Duran 🚀 La Catalizadora Deportiva


Referencias

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L.

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