
Dentro de un club, solemos tener varios equipos. A parte de por categorías suelen estar divididos por nivel.
Si dentro de una categoría infantil femenino hay muchas jugadoras, se seleccionarán y se crearan grupos de nivel y/o de edad. En esto, cada club tiene su método, pero normalmente la distinción es por nivel.
Me refiero con nivel a aptitudes físicas, características antropométricas, conocimiento y desarrollo técnico y táctico. No quiere decir que aquella persona que forme parte del equipo A vaya a tener un mayor progreso que quién esté en el equipo B.
Es posible que en este momento, esa persona pueda encajar mejor en un equipo A, que en el B, pero eso no quiere decir que esa persona tenga si o sí las habilidades para tener una carrera profesional, ni que dure realizando el deporte muchos años.
Te cuento esto, porque conozco historias cercanas que lo corroboran. Amistades, me cuentan que cuando eran pequeños su nivel era inferior al resto, debido a una maduración más tardía u otros acontecimientos. En esos inicios eran jugadores de los equipos B, pero con el tiempo, eso mismo ha sido lo que le ha permitido mantenerse en el juego más allá de los 20 años. Ambas amistades, han estado jugando en la tercera división de nuestro voleibol español, Primera Nacional. Recuerdo, habiendo estado en sus inicios en equipos B.
Por lo tanto, antes de nada, quiero que te quedes con esto. Formes parte del grupo que formes ahora, no dice nada de lo que será tu futuro como jugador.
La «superioridad» del equipo A

Quiero tocar este tema por que me parece realmente interesante y del que leí y escuché muy poco. Quiero relacionar esto con la falsa autoconfianza porque pienso que puede ser la causa que denota esa supuesta superioridad.
Eso sí, aclarar con esto, que no creo que todos los jugadores que formen parte de un nivel superior traten con inferioridad al resto. No creo, ni quiero creer que sea una tendencia general. Pero si conozco casos en los que se da y me encantará profundizar sobre ello.
Sobre la falsa autoconfianza ya hemos hablado aquí. Sin embargo, vamos a hondar un poco más sobre este tema concreto.
Definíamos la falsa autoconfianza como la apariencia de una autoconfianza muy débil. Es decir, cuando uno no tiene realmente seguridad en sí mismo pero quiere hacer creer a los otros que sí. Con su lenguaje sobre lo que hace o puede hacer y en el juego tratando de hacer esas cosas que, en realidad, no puede hacer.
Sería el polo opuesto de una real autoconfianza.
Teniendo esto más fresco, me surge la siguiente reflexión.
Si yo ya soy un jugador que forma parte del equipo A:
¿Qué necesidad tengo de presumir de eso mismo?¿Si tengo que presumir y hacer ver que estoy en el A será porque no me siento del A?¿Tengo que hacer al otro inferior para yo sentirme superior?
Estas distinciones de categorías suelen darse en plena adolescencia. Conocemos que en esa etapa de la vida es fundamental el reconocimiento del grupo y la integración dentro de este. Sentirse excluido del grupo superior puede tomarse como carencia en la valía personal. Pero, obviamente, eso no es así.
Y a la inversa, ocurre igual. Pertenecer a ese grupo «superior», no te hace valer más. No obstante, se sentirá así.
Y en los encuentros de ambos equipos puede haber conflictos. El A tiene más nivel que el B, eso es obvio y los del A quizás jueguen con esto de forma inmadura.
Lo he presenciado. He visto como jugadores dejaban de ser amigos por separarse de nivel, por no formar parte del mismo grupo.
¿Qué ocurre cuando pasa esto?
Como dije arriba, pero quiero recordarlo, lo que cuento aquí es una visión propia y reflexión del contenido que conozco y la explicación que yo daría ese problema.
Por un lado, el del A, quiere mantener su posición, quiere sentir que «está por arriba», tenga o no tenga la habilidad. Si la tiene, seguramente no presuma de ella, sino, tratará de hacerles a los otros ver que la tiene.
¿Por qué? Porque tendrá miedo de que se note que realmente esta ahí por estar y que no tiene el rendimiento y la habilidad que se pide. Por defensa propia, hará lo imposible para que pueda parecer que sí.
Y aquí es donde entra en juego, la falsa autoconfianza. Generada tras unas expectativas irrealista del jugador, donde predomina más lo que quisiera ser, que lo que es (Buceta, 2020).
Y por el otro lado, encontramos un jugador que se siente menos efectivo, porque objetivamente lo será. Y esto, nunca es un plato de buen gusto. Sentir que hay otros mejores y que tú por tus condiciones no puedes llegar ahí, molesta. Y más en una etapa rebelde en la que sientes que puedes y eres capaz de hacerlo todo.
En ocasiones esto hará que este último desarrolle el conocido «victimismo», donde ponga el enfoque en lo externo para quitarse responsabilidad interna y sentirse algo mejor. Si creo que estoy en el B porque el entrenador del A me tiene «manía», me sentiré mejor porque eso no depende de mi y no puedo hacer nada para cambiarlo. En cambio, si tomo la valentía y asumo que esa decisión si tiene que ver con mis capacidades y rendimiento, tendré que hacerme responsable y trabajar en ello. Y esto, es lo complicado.
En ambas situaciones, la falsa autoconfianza prevalece. Ninguno se enfoca en sus aptitudes de una forma realista, y achaca al otro su estado y nivel.
Lo digo mucho por aquí, pero creo que es una habilidad que el ser humano tiene que desarrollar.
Sé HONESTO contigo mismo, es lo único que te va a permitir poder avanzar. Ser consciente de qué careces te ayudará a trabajar en ello e ir desarrollándolo con trabajo, paciencia y tiempo. Si vas de «chulo» y sientes que no tienes que mejorar nada, no te pondrás a trabajar en ello y te quedarás estancado culpando al resto porque no te dio la oportunidad que tu sentías que merecías.
¿Qué hacer si estoy en el A?
Disfrútalo. Hay alguien que cree que puedes tener un rendimiento y progreso mayor que el resto. Trabaja como el que más. Mira cada entrenamiento como una oportunidad que no cualquiera tiene en el que vas a mejorar mucho si pones de tu parte.
No presumas de nada. Que seas más habilidoso en ese deporte no te hace habilidoso en otras áreas, ni mucho menos, tu valía como persona aumenta. Tan solo eres una persona que su inteligencia procedimental y de movimiento en este momento, es superior al resto.
Usa eso que se te da mejor para ayudar al resto. Sirve de referencia, ayuda y acompaña a otros que no están a tu nivel a que puedan estarlo.
¿Qué hacer si estoy en el B?
Céntrate en ti, en ser mejor, no eches «balones fuera».
Hazte responsable de tus habilidades y proponte objetivos realistas que te hagan estar motivado. Habla de tu rendimiento actual y no del que te gustaría.
Estoy segura de que resaltas en muchas otras inteligencias, y en esta, con mucho trabajo, quizás también lo hagas.
Enfócate en ti, el problema no es que el entrenador tiene «favoritismo». La tarea es que tienes que hacer un extra para estar donde al habilidoso, en esta área, le sale innato.
Recuerda, tu valía personal no depende del grupo al que formes parte, depende de eso que eres capaz tú de hacer con los recursos y oportunidades que tienes frente a ti.
Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😉
Mar Durán🚀La Catalizadora Deportiva
Referencias
Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L.