Los 5 factores que te impiden salir del bucle negativo

Cinco cosas. Solo cinco te impiden salir de tu bucle. Y hoy las vas a conocer.

Pero no solo eso, si no que a parte de ponerle nombre, le vas a poner solución a la que es el origen de todas ellas.

Pero Mar, ¿realmente que es un bucle negativo?

Es un estado en el que la mente se ancla a pensamientos, imágenes y percepciones negativas en bucle, repitiendo una y otra vez sensaciones destructivas que te hacen sentir mal y jugar cada vez peor. ¿Te suena verdad?

Sí demasiado y más cuando cometo un error, ¿eso porque es?

Efectivamente.

Este estado puede desarrollarse por infinidad de causas, la mente es muy caprichosa y cualquier estímulo puede desencadenar algo así, pero hay uno, que a menudo te ancla a él. Y como bien has dicho tú, es el error.

Sobre él y algunas cositas más te estaré hablando hoy.

¿Habrá PsicoTruco para poner esto en práctica antes del partido del finde?

Sí, una vez de haya hablado de las cinco cosas que no te dejan salir del bucle, te hablaré de lo que sí te hará salir de él.

Y ahora, vamos allá.


Las 5 factores que te impiden salir del bucle negativo

1. El pensamiento obsesivo

Este es el primer elemento y no siempre el más visible.

Es el que elabora esa sensación de desconcentración, de aturdimiento. Cuando se comete un error, el pensamiento que se genera justo al cometerse, ese es el que inicia este run-run mental que nos hace sentirnos cada vez peor.

¿Qué contiene esta sensación en bucle?

Pueden ser palabras y frases o imágenes. Las imágenes tienen que ver con el error que acabas de cometer, con la cara de tu entrenador, la mirada que te echó tu compañera o la alegría del rival al ver tu fallo.

Estás imágenes aparecen de forma latente, como suspiros internos, y se mantienen ahí, como difuminadas, sin hacer mucho ruido, pero molestando.

Aparecen cuando intentas volver a realizar esa acción, cuando comienzas a coger confianza en ti. Vienen a recordarte el avergonzante evento que acabas de pasar para que no vuelvas a realizar semejante acción.

Eso es de lo que tu mente quiere protegerte, pero… ¿realmente es así?

¿Ese recuerdo visual realmente nos salvará la vida de un peligro? ¿O solo nos hace estar más inseguros a cada paso que damos por si volvemos a fallar?

Pero no es sola la imagen la que viene a ti.

El pensamiento también lo hace creando uno de los equipos más unidos y destructivos que conozco.

El pensamiento destructivito que aparece tras el error y que acompaña a la imagen del error, es tu voz crítica.

Y realmente no la escuchas como algo tuyo, sino como algo que está fuera de ti, y que te riñe desde ese lado.

Puede sonar a tu entrenador, tu padre, o cualquier amigo, que te recuerda lo poco vales, los errores que cometes y el porque lo haces mal.

Esa voz se acopla a la tuya interna, a tu inseguridad y amabas generan unas ideas y expectativas destructivas que te hacen cada vez tener menos confianza en ti mismo. Suenan algo así: «no vales para esto», «otra vez has fallado», » ha ido de nuevo a la red».

Son frases que te reprochan, que no te ayudan. Son oraciones que en bucle te repiten una y otra vez todo lo mal que lo hiciste y efecto negativo que tus acciones están teniendo.

Es el pensamiento obsesivo junto con las imágenes el primer factor que impiden que puedas salir del bucle negativo en el que ellos mismo te metieron.

Vamos a descubrir al resto de participantes para poder acabar uno con uno.

¿Cuál es el siguiente?

La emoción negativa que retroalimenta este circulo, la gasolina que hace que tengas energía para seguir dando vueltas como un hamster en un sitio del que no puedes salir.


2. La emoción negativa que mantiene al pensamiento obsesivo

Sí, al rededor de eso pensamientos e imágenes también hay una emoción.

Y como sabes no es una emoción positiva, sino mas bien, algo negativo que mantiene esas sensaciones desagradables del error.

Para mi, creo que este factor es uno de los más perjudiciales del bucle, ¿porqué?

Porque como te dije antes es el combustible, es lo que hace que tengas ganas de seguir en ese estado.

¿Por qué uno tiene ganas de seguir en ese estado?

Por la emoción que se tiene.

En ese bucle, la emoción que parece es una mezcla entre enfado, decepción y frustración con uno mismo.

Como nuestro cerebro siempre quiere tener razón y estar en consonancia con lo que piensa. Sentirte así te hará actuar desde ese estado de enfado y frustración.

Tomando decisiones precipitadas, errando mucho y haciendo que las imágenes y pensamientos cada vez sean más y con más fuerza.

La emoción de enfado y frustración, va cargando nuestra voz critica de más recuerdos y acciones negativas, lo que hace que cada vez juguemos peor, estemos más desconcentrado y con la atención en la furia y frustración por jugar mal y no saber como hacerlo mejor.

¿Y de dónde viene esto?

Viene de sensación de no ser valido, ni capaz.

Del siguiente factor.

Que es uno de los que inicia gran parte de todo esto, pero como lo hace desde lejos, es raro que te des cuenta, tu autoexigencia.

3. Tu autoexigencia

Quiero que te imagines como si la autoexigencia fueras una señora echada en sofá frente a la tele.

Los botones del mando son los pensamientos, imágenes y todo eso que desarrolla tu mente para actuar. Y lo que se ve en la tele, tu propia vida, tus acciones, tus errores, tu juego. Eso que tu haces.

Lo que tu haces, tiene que ver con lo que el mando te dice que hagas y ese mando está dirigido por alguien superior, que está siendo tu autoexigencia.

Esta autoexigencia está sentadita en el sofá, pulsando botones porque quiere ser algo.

Como desde su sofá no puede serlo, no para de pulsar botones para que tú si puedas.

Pero claro, estando tan lejos, no siempre es consciente de que tú puedes hacer o no. Por eso te pide y te dice cosas continuamente, estén o no a tu alcance, puedas o no conseguirlo.

Así se siente la autoexigencia, una sensación incontrolable de acciones a realizar para tener contento a alguien que nunca lo estará porque nunca es suficiente lo que tú harás.

Si dejas que esa autoexigencia pulse botones a lo loco, te pondrá loco a ti.

¿Por qué esto se inicia? ¿En que momento esta señora autoexigencia coge el poder de tu vida y tus acciones?

En el momento en el que cometes el error, y ahí es donde aparece el cuarto factor.

4. Tu baja tolerancia al error

Sí, sí, tu baja tolerancia al error, hace que el mando de ti, lo tenga alguien insaciablemente enfermo, en vez de ti.

Si tu asumieras que vas a cometer errores y tu relación con él (erro) no fuese tan desagradable, esa señora no cogería el mando.

Tu relación con el error te hace tanto daño porque lo asocias con fracaso. Y ese, si es el error, no que tu balón vaya a la red.

Si cada vez que algo no sale bien, es señal de que eres un fracaso de jugador, claramente, odiarás fallar y cada vez que se produzca te odiarás a ti.

¿Qué hará la señora autoexigencia en ese momento? Dará más volumen a los pensamientos autoexigentes a ver si así conseguimos que el error se vaya.

Pero así nunca se van.

Solo hace que vengan más (errores), que te enfades y frustres contigo y que la señora autoexigencia le de a MÁS volumen generando un circulo vicioso de odio que te ancla a seguir jugar mal y actuar mal con otros.

La idea está en la creencia alrededor del error y el significado que tú le das.

Mientras que cada error, siga significando en ti un fracaso, tu evolución en el voleibol será muy lenta y tendrás una sensación de insuficiencia continua con tu entrenamiento y en tu día a día.

Vale, pero ¿y todo esto de donde sale, porque mi baja tolerancia al error?, ¿de donde viene que yo tenga esas asociación de fracaso?

Del quinto factor y el más importante. El autoconcepto negativo que tienes sobre ti como jugador.

5. Tu autoconcepto negativo como jugador

Si la autoexigencia era la señora que está en el sofá, el autoconcepto del jugador es la red que se permita que se vea la tele y qué canales.

La señora autoexigencia solo puede ver, los canales que la tele le deja.

Y esos canales son tu autoconcepto, esas ideas que tienes sobre ti, sobre como haces las cosas, sobre quién eres y qué puedes hacer.

Si solo hay canales en que yo cometo errores (pienso «no sé hacer nada bien») y no existe ninguno en el que yo soy un jugador bueno que sale a resolver problemas, la autoexigencia solo podrá ver y reproducir en mi, un jugador malo que se equivoca.

Y ahí es donde debemos trabajar. En crear un red con diferentes canales donde tú seas un buen jugador, donde trabajes en hacerlo bien y donde aunque te equivoques, seas capaz de seguir jugando bien y no sentirte un fracaso al cometer errores.

El autoconcepto negativo del jugador es lo que hace que el jugador no pueda hacerlo mejor.

Si piensas que no eres capaz, que no eres valido, será imposible que te sientas satisfecho cuando consigas cosas. Es más creerás que fue suerte, y que tu no eres eso.

Pero es que además, sentirás que no mereces ese reconocimiento porque dentro de ti no existe un canal en el que tu eres una buena jugadora.

Por eso, para aquel que dentro de su red, solo tenga canales negativos donde se vea jugando mal, le enseño a ampliar sus canales hasta sintonizar con el canal beneficioso que te permite jugar bien y disfrutar.


El PsicoTruco para aumentar autoconcepto como jugador y persona

Para ampliar esa red, tienes que pensar que realmente eres capaz de jugar bien. Que tienes ese conocimiento en ti, que eres válido y que si entras en el bucle, podrás salir.

Para hacerlo, tienes que demostrárselo a la señora autoexigencia.

¿Cómo vamos a hacerlo?

Vamos a demostrarle que ya lo hicimos. Que sabemos hacerlo bien y que tenemos herramientas para volver a hacerlo.

  • Coge papel y boli
  • Haz una lista de todos tus éxitos como jugador. Premios, clasificaciones y todas esas cosas que no sabías hacer cuando empezaste a jugar (sacar de arriba).
  • Si no se te viene a la cabeza nada, haz lo siguiente.
  • Recuerda que cosas te dice la gente que haces bien.
  • Escribe esas cosas que no te cuesta trabaja hacer (animar a tu compañera, defender la diago)
  • Pregunta a tu gente cerca qué se te da bien en tu día a día.
  • Habla con tus compañeras y entrenadora sobre esas cosas que dominas y te salen bien casi siempre.

Con esta lista, tienes ya suficientes cosas para ir resintonizando tus canales y aumentar tu autoconcepto.

Debes demostrarle a tu cerebro, a la señora del sofá, que ya has conseguido eso que dice que no harás.

Construimos como nos sentimos, así que, tienes mucho poder.

No es cierto que no tienes poder sobre ese mando que pulsa los canales.

NO.

Tú eres esa misma señora y lo mismo que puedes darle a los botones bajo el disfraz de señora autoexigente puedes hacerlo desde el lugar de alguien querido que te acompaña a hacerlo mejor cada vez.

Eres tú el que decide a quien sienta en el sofá para darle al mando.

Eres tú quien diseña esa red y esos canales.

Toma el poder de tus acciones, crea nuevas redes, amplia tus canales y sé tu, desde una perspectiva amable y ambiciosa quien toca cada botón.


Mar, ¿con esto ya nunca entraré en un bucle negativo?

No, lo siento en alma, pero no. Al igual que cuando estás en el sofá y aparece tu hermano/a o padre/madre a quitarte el mando, pasará en tu día a día.

Vendrá gente, que querrá tocar tus botones, ser quién decide que ver y como verlo. Pero ahí estarás tú, firme, para decir que es tu mando, tu red y tu tele. Podrás decirlo, si generas confianza en ti, y en que tú tienes el poder para decidir.

Te veo la semana que viene😝

¿Qué haré una semana sin ti, Mar?

Yo también me lo pregunto…

Pero no te preocupes. Por Instagram (@mardurannn) voy a estar subiendo contenido esta semana sobre este tema, así que puedes verme por allí.

¿Mar, no hay charlas este año?

Pues sí, ya ha está el 1er episodio de El Juego Interior del Voleibol y te dejo por aquí la segunda entrevista: El segundo error de la recepción con Julia De Paula, receptora del Vfb Suhl Lotto Thüringen.

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Tu post de cada lunes,

hasta la semana que viene😉

Mar Durán 🏐 Psicóloga del Voleibol


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