
Si eres jugador, todo lo que te cuento aquí, también te sirve, quédate hasta el final.
Hoy vengo abrirme en canal contigo.
Creo que lo que vivo como entrenadora, puede serte útil a ti también.
Desde finales del año pasado, mi forma de entrenar a cambiado. Y no hablo de entrenar más táctica y menos técnica, sino la forma en la que me relaciono con lo que hago.
Antes, cada entrenamiento era un mal rato, saliera bien o mal, siempre sentía que no había salido como esperaba y por lo tanto, me iba a casa con una sensación muy desagradable.
Es más, por mi mala relación con el resultado del entrenamiento he sufrido mucha ansiedad, la cual la pagaba con atracones de comida.
Es decir, no es tanto el que pasa, sino lo que yo interpreto de lo que pasa.
No era consciente, pero mi interpretación estaba enfocada en esas cosas que no podía controlar y en la responsabilidad total del entreno que sentía que yo tenía.
Mi valía personal, no solo profesional, dependía del entrenamiento y de la satisfacción de mis jugadoras frente a este.
Si el entreno iba mal, en mi cabeza se repetía una y otra vez «no sirves para esto», «no eres buena entrenadora», «las niñas no aprenden contigo», «cualquiera sabe hacerlo mejor», «no enseñas bien la técnica», «no sabes nada de táctica»…
Si el entreno iba bien, mi mente no me lo reconocía, sino que se centraba en eso que por algún casual no salió del todo bien: «el ejercicio estuvo muy parado», «la rece no siempre llego a su sitio», «las niñas estaban de risas» e infinidad de cosas que mi inconsciente detectaba como no perfectas.
Mi autoexigencia por hacerlo todo bien, me hacía que no pudiera hacer nada bien.
Con el tiempo he podido salir de esa situación.
Ahora, pase lo que pase en el entreno me voy con una sensación de satisfacción, no me pesa el entreno y al salir del pabellón puedo dejar en él todo lo que allí ocurrió.
Pero me he dado cuenta, que justo había dos cosas que me estaban impidiendo salir con un sabor agradable del entrenamiento y quiero contártelas para que las evites tú.
Las dos cosas que me hacían castigarme tras el entreno:
- Centrarme en lo que no depende de mi. Sí, me enfocaba en cualquier cosa en la que yo no podría hacer nada, como el resultado final de un entreno, la actitud de las niñas, su mal descanso, su alterada atención. Todas esas cosas que salían mal del entreno. Todas las cosas que no sabía y aun no podía enseñar…
Mi mente se iba a lo que no tenía y se culpaba y lloraba por lo que no tenía. No era consciente de todo lo que podría estar haciendo bien si me centraba en lo que dependía de mí.
- Asumir la totalidad de la responsabilidad del resultado del entrenamiento, sentía que todo era culpa mía, y si había evolución era porque tenía niñas muy coordinadas, no por mi.
Continuamente atribuía los fracasos a mi labor y los éxitos a las niñas.
Me cargaba con lo malo, la responsabilidad total de cosas que no dependían de mi, eran mi culpa.
No era consciente de que la mente de 16 niñas no depende de mi, y por lo tanto, no puede ser culpa mía que eso influya de forma negativa en el resultado del entreno.
Me cargué con tantas responsabilidades que no puede encargarme de mi, de como estaba yo.
Sino que solo veía el mal resultado y me lo echaba en cara, desarrollando así una sensación permanente de ansiedad, frustración e incapacidad, porque sentía que nada de lo que hacia podría servir.
Claro esta mirando a donde no debía…
Cómo soy capaz de salir satisfecha tras un mal entreno
Modificando mi pensamiento. Abajo en el PsicoTruco te ayudo a que tu puedas hacerlo.
Me costó, pero cuando entendí que si seguía enfocándome en eso que no salió, no avanzaría, ni las niñas, ni yo, decidí hacer algo diferente.
Mi impotencia era tan grande, que sentía que las cosas eran así y no podía hacerlo de mejor forma aunque lo intentara, pero no, si había otra forma.
El problema era que lo seguía enfocando mal.
El enfoque adecuado es centrarme en lo que si dependía de mi: mi preparación del entreno, dirigirlo, y asegurarme de que mi objetivo se cumplía. Ahí era donde tenía que poner mi atención y focalizar todo de mi.
Cuando empecé a hacerlo, todo cambió.
Eso sí, mi interpretación del entreno dio un cambio de 360º grados porque entendí que no todo era mi culpa.
Siempre lo digo aquí y lo tenia clavado en mi mente, somos responsables y los referente de nuestros jugadores.
Pero eso es una cosa y otra, que todo lo que pase en el entreno es culpa del entrenador.
No, no, lo es, el entrenador puede crear el mejor entreno de su vida, pero si las niñas durmieron mal, están estresadas y no tienen ganas de entrenar, el mejor entrenamiento se convierte en un «churro».
Podemos influir en esa actitud, sí. Sin embargo no somos los responsables de ella.
Ahora, planteo un buen entreno, teniendo en cuenta que actitud quiero en ellas, pero si ellas no me la dan y yo lo intenté todo, no me voy mal a mi casa.
Yo trabajé en lo que dependía de mi y asumí mi responsabilidad.
Esto es lo que me hace salir satisfecha del entreno y del partido, haya pasado lo que haya pasado.
Y ahora te enseño cómo puedes hacerlo tú.
PsicoTruco | Gestiona la emoción que no te deja sentirte satisfecho con tu trabajo
Lo primero es identificar en la situación que te encuentras.
El otro día leí, «si no llegas a un lugar, no puedes irte de él» (Leslie Greenber, 2000). Por lo que, lo que a mi me hizo salir de ese bucle interno negativo era darme cuenta que estaba dentro de él.
¿Cómo hacer esto?
- Emoción y pensamiento se desarrollan a la vez, es lo mismo, mejor dicho. Por lo tanto si detectas el desagrado en ti, podrás llegar al pensamiento
- Cuando te encuentres mal (con ansiedad, sientas que estás incomodo y quieres huir de ese lugar) párate y escucha tu cabeza, ¿qué pensamientos e ideas hay? Cógelas al vuelo, ellas te ayudarán a salir de ahí
- Imagínate que cazaste el pensamiento «no valgo para esto». A este pensamiento vamos a sacarle información para ver realmente qué sentimos, porqué y como dejar de hacerlo.
- Pregúntate ¿frente a que no te sientes valido?,¿es al entreno, a la gestión de las niñas?, ¿no te sientes valido por que te comparas con gente que llega muchos años en esto y lo resuelve mejor?
- Tu mente te puede responder que se siente incapaz frente al entreno, porque siente que no sabe planear buenos entrenamientos, ni dirigirlos cuando no sale como debe. Pregúntale desde ahí, y eso ¿cómo te hace sentir?
- Seguramente frustrado, enfado consigo mismo, impotente, solo, incapaz, sin recursos, inferior, poco resolutivo... ¿de que informan realmente estás emociones?
- Estas sensaciones te informan de que lo que ha pasado es diferente a lo que querías que pasase, esperabas algo mejor y ha habido una situación menos favorable. Pero en ningún momento, eso te enfoca a ti como único responsable.
- Si la emoción de frustración te informa de que las cosas no salieron como querías, tienes dos opciones: 1. Seguir fijándote en lo que no salió y culpándote a ti mismo; 2. Ver que realmente que no salió y preparar un entreno para que poco a poco vaya saliendo mejor.
- Si eres capaz de identificar tu sensación negativa y el pensamiento, podrás ponerte a dialogar con él para descubrir que hacer y que mensaje te envía. Si realizas esto cuando sales de tu entrenamiento y te centras en mejorar lo que salió mal, tendrás el control y te sentirás satisfecho con tu trabajo.
Lo que aquí acabo de mostraste es un paso a paso para descubrir que sientes y piensas y cómo poder modificarlo para sentirte mejor.
Pero si no eres capaz de entender que debes enfocarte solo en lo que depende de ti y asumir que no todo es tu culpa, aunque realices esto, no podrás sentirte bien.
Entrenador, lo estás haciendo bien, ya eres suficiente. Das tu día a día porque esto salga bien y si no sale, no es porque no quieres sino porque no sabes como hacerlo mejor.
Pero sabrás, saldrás y te sentirás satisfecho con tu trabajo.
Yo salí de ahí, tu también lo harás.
Te veo la semana que viene😝
¿Qué haré una semana sin ti, Mar?
Yo también me lo pregunto…
Pero no te preocupes. Por Instagram (@mardurannn) voy a estar subiendo contenido esta semana sobre este tema, así que puedes verme por allí.
¿Mar, no hay charlas este año?
Pues sí, ya ha está el 3er episodio de El Juego Interior del Voleibol y te dejo por aquí la segunda entrevista: El miedo a la lesión y cómo afrontar un error con Fran Ruiz, receptor del Vidya Viridex Sabaudia:
Más contenido que te va a interesar:
Tu post de cada lunes,
hasta la semana que viene😉
Mar Durán 🏐 Psicóloga del Voleibol
Referencias
Greenberg, L. (2000). Emociones: Una guía interna. Editorial Desclée de Brouwer.