Deja de Quejarte y Empieza a Aportar | 6 Claves para abandonar la queja y funcionar como equipo

A menudo veo y me cuentan como los entrenamientos y partidos están cargados de quejas, las cuales generan una mala vibra que empeora todo a su alrededor.

Hoy, vamos a hablar de ella misma, de cómo los y las jugadoras ponen pegas a todo y los 6 pasos para dejar la queja atrás.


Hace un tiempo, con uno de mis referentes en el voleibol y en gestión de grupo, Aurelio Ureña, hablaba este mismo tema.

El me hizo ver la queja de una forma diferente a la que yo la veía.

Le comenté que en mi equipo estaba sufriendo como mis jugadoras a menudo se quejaban de todo.

De TODO.

De la rotación del ejercicio, del ejercicio en sí, de que hay pocos balones, de que están muy blandos, de que los anteriores han tardado un minuto más en salirse de la pista, de que el ejercicio no sale, de que la compañera no se tira, de que la compañera tiene mala, de que me mira mal…

Así podría pasarme un par de horas.

Llegó un momento en el que esa continua voz que ponía una pega a todo, se volvió insoportable. Generan tan mal ambiente dentro de un grupo, que con que haya dos o tres quejas, de repente todos tendrán una visión negativa frente a eso que alguien se quejó.

Da igual que antes para los ojos del resto estuviese saliendo bien, si alguien se queja, ya destruía todo el entorno de trabajo y esfuerzo que se estaba desempeñando.

Como antes te dije, Aurelio me ayudo a verlo desde una perspectiva diferente. Él me dijo que «cuando una persona se queja, lo que hace es hacer colectivo un desagrado propio».

¿Qué quería decir esto?

Que si un jugador dice, «el ejercicio es muy aburrido» o «así no se puede trabajar», lo que está haciendo en verbalizando algo que a él no le agrada. Pero si te das cuenta, no habla de lo que el siente, sino que lo generaliza.

En ese momento, quizás otro jugar estaba sintiendo algo parecido en ese ejercicio, pero seguía trabajando para que le saliera mejor, pero… en cuanto escucha de otro decir «este ejercicio es una mierda», ¿cómo crees que pensará y actuará el otro?

¿Se centrará y se esforzará más para que salga el ejercicio? ¿o en cambio empezará a reducir su trabajo y unirse a la queja?

¿Cómo contribuye esta queja dentro del clima del equipo?¿Hace que se trabaje peor?¿o que de buenas a primeras, la gente deje de esforzarse?


La causa de la queja

Bajo ciencia cierta, no la sé.

Bajo mi experiencia como entrenadora y psicóloga, pienso que es la siguiente.

Piensa en una cosa, cuándo tú te quejas, ¿por qué es?

  • ¿Es porque va todo genial, estás enfocado y trabajando en equipo?
  • ¿Es porque no te sale nada bien, y te sientes tan frustrado que necesitas deshago?

Pues sí, la respuesta más habitual es la segunda. Es más nunca he visto a alguien comprometido y responsable quejándose.

¿Porque no?

Por que cuando las cosas van bien, no hay quejas. Obvio, ¿no?

Pero no es solo eso, nunca hay quejas si el jugador se responsabiliza de su entrenamiento, de su progreso y de su estado.

El jugador se queja cuando cree que el resto deben trabajar para él y hacer que el resalte sin hacer mucho. Y si esto no ocurre, es cuando uno se queja.

La falta de autocrítica es para mi una de las mayores causas de las quejas.

Cuando algo va mal, uno antes de echar culpas o quejar sobre algo, debe mirarse así mismo, para ver que puede mejorar él.

A menudo veo como jugadoras se quejan de algo que ellas también están haciendo, qué hipócrita, ¿no?

Sí, y así hay muchos casos.

Creo que en ese momento, cuando uno siente que no es capaz de realizar eso que debe salir, la incomodidad es tan grande que la única opción que tiene es verbalizarlo para que así ese malestar salga de él y otro se encargue de solucionarlo.

Pero es que esta queja, solo genera un entorno de mal ambiente en el que nadie trabaja a gusto.

No por nada, sino por que una queja no es más que hablar mal de algo.

No es detectar un problema y querer solucionarlo. No.

Es hacer referencia a lo que se hace mal y encima de todo, contribuir a que se siga haciendo peor.


El PsicoTruco para abandonar la queja

La idea base es muy clara.

Solo habla si vas a aportar. Si tu contenido ayuda, habla. Si solo vas a decir algo para desahogarte sin buscar mejoría interna, cállate.

Si eres entrenador, solo permite esto: comunicación que aporte.

Jugador si ves que algo va mal y podría mejorarse, acércate a tu entrenador y coméntaselo a él, pero nunca verbalice tu malestar para que así otro sienta la incomodidad como tú, y es que, mal de tontos, consuelo de muchos.

Si te quejas hablas más de ti que del foco de la queja.

Te está convirtiendo en un irresponsable e individualista que carga de mal ambiente a un grupo solo para sentirse un poco mejor.

En vez de la queja haz lo siguiente:

  • Cuando veas que algo no está saliendo como quieres, mírate a ti. ¿Qué estás haciendo?¿Estás teniendo la intensidad y buena cara que te deberías tener? ¿Haces de lo que te quejas?
  • Modifica internamente en ti, eso que quieres ver fuera. Imagínate que tu queja es sobre el pase en colocación. Se queda continuamente corto y el ejercicio no se puede hacer bien. En vez de soltar 💩 por la boca, concéntrate en hacer mejor tu trabajo para que ese mal pase se note lo menos posible.
  • Ayuda a que tu fuente de queja se haga más pequeña. No verbalices lo que no te gusta, actúa. Quizás no está saliendo algo por una mala actitud de tus compañeras. Actúa y compórtate TÚ con la actitud que querrías que tuviese tu compañera y arrástrala a tu terreno, no permitas que sea al contrario.
  • Asume que eres jugador. No eres la entrenadora, por que tu función no es dirigir el equipo ni preparar entrenamiento. No opines si no vas a ayudar a tu entrenador. Puede equivocarse, claro que sí, pero nunca deja de ser la autoridad y debe tu respeto. Si crees que algo puede hacerse mejor, de la forma más educada que existe, sugiérele un cambio. Pero tú no eres el entrenador y debes agradecer su trabajo y empeño en el equipo aunque el resultado no sea el correcto. Lo está haciendo lo mejor que sabe y puede.
  • Responsabilízate de tus acciones y de tu resultado. Si tu remate fue a la red, no culpes a la colocadora. Si la colocación no fue bien, no culpes a la receptora. Si la acción la realizas tú, la culpa es tuya. Puede venirte una mala bola, sí, pero si la empeoras, el problema a sido tuyo. Tu compañera lo hizo lo mejor que pudo, si una mala bola, decides estallarla contra la red, es que eres muy egoísta.
  • Trabaja en equipo y haz que se trabaje siempre lo mejor posible. Comunica aquello que aporta al grupo, que mejora a tus compañeras, al entrenador y al ambiente del grupo. Sino tienes algo bueno que decir, no digas nada.

Como entrenador, sé muy firme con esto. Trata de que las quejas se disminuyan recordando que si el mensaje no ayuda, que no se diga. Haz que el equipo se comprometa a señalizar a esa persona que se queja y que trate de enfocarse en mejorar lo que está en sus manos.

¿Y tú que quieres un compañero que se queja o que aporta?

Encárgate tú de ser el que aporta. Si todos se enfocan en esto, el equipo funciona.


Te veo la semana que viene😝

¿Qué haré una semana sin ti, Mar?

Yo también me lo pregunto…

Pero no te preocupes. Por Instagram (@mardurannn) a lo largo de la semana subiré contenido muy chulo relacionado con todo esto.

¿Mar, no hay charlas este año?

Pues sí, ya ha está el 3er episodio de El Juego Interior del Voleibol y te dejo por aquí la segunda entrevista: El miedo a la lesión y cómo afrontar un error con Fran Ruiz, receptor del Vidya Viridex Sabaudia:

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Tu post de cada lunes,

hasta la semana que viene😉

Mar Durán 🏐 Psicóloga del Voleibol


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