
Acaba el partido. Sales de la cancha.
Tu entrenador te dice: «Buen partido».
Tus compañeros te chocan la mano.
Pero tú solo piensas en el error del final, el remate que se fue fuera, el fallo en la recepción.
Nada de lo bueno importa. Solo los errores.
Te vas a casa frustrado, con la sensación de que no hiciste nada bien.
¿Te ha pasado?
Déjame decirte algo: tu cerebro te está engañando.
El Sesgo de la Negatividad: Tu mente juega en tu contra
Tu cerebro no es un narrador objetivo. Tiene una tendencia natural a enfocarse en lo negativo.
Se llama Sesgo de la Negatividad, y es un mecanismo de supervivencia: en la prehistoria, recordar un error (como comer una planta venenosa) significaba vivir o morir.
En el voleibol, sin embargo, esto solo hace que te machaques innecesariamente.
Lo peor es que crees que estás viendo la realidad, pero no.
Tu mente está distorsionando los hechos, y si no te das cuenta, ese pequeño error que cometiste se convierte en una losa gigante que afecta tu confianza, tu disfrute y, al final, tu rendimiento.
Haz este experimento
Piensa en tu último partido.
Ahora dime: ¿Cuántas cosas buenas hiciste?
¿Puedes decirme tres jugadas en las que tomaste una buena decisión?
Si te costó responder, pero en cambio recordaste al instante lo que hiciste mal, ya sabes quién está manipulando la historia: tu propia mente.
El precio de no conocer tu mente
Crees que el problema es que «eres muy exigente contigo mismo». Que simplemente «te importa mucho mejorar».
Pero el verdadero problema es que no conoces cómo funciona tu mente, y eso tiene un precio que estás pagando sin darte cuenta.
1. Tu confianza se deteriora
Cada vez que solo te enfocas en lo que hiciste mal, refuerzas la idea de que no eres lo suficientemente bueno.
No importa cuántas veces juegues bien, si tu mente está entrenada para encontrar el error, tu autoconfianza nunca subirá. Y sin confianza, el rendimiento se desploma.
2. Dejas de disfrutar del voleibol
¿Te acuerdas de cuando jugabas solo por diversión? Cuando cada partido era emoción, adrenalina, pasión…
Ahora, cada vez que termina un partido, te sientes insatisfecho. Como si nunca fuera suficiente. Como si jugar bien no importara, porque solo puedes ver lo malo.
Sin disfrute, el voleibol se convierte en una carga, en una fuente de estrés en lugar de satisfacción.
Y cuando jugar deja de ser placentero, el rendimiento baja y la motivación desaparece.
3. Tu rendimiento baja (sin que te des cuenta)
El cuerpo sigue a la mente.
Si te enfocas en los errores, empiezas a dudar. Y cuando dudas, pierdes velocidad, reacción y seguridad en cada movimiento.
Te vuelves más tenso. Más mecánico. Juegas con miedo a fallar en lugar de confianza para arriesgar. Y el miedo siempre te hace jugar peor.
No es casualidad que muchos jugadores con gran talento se queden atrapados en su propia cabeza y no lleguen a su máximo nivel.
4. La presión se convierte en tu peor enemigo
Cuando no conoces cómo funciona tu mente, te conviertes en su prisionero.
Te presionas más. Exiges más. Esperas más de ti mismo, pero sin entrenar la parte que realmente lo necesita: tu mente.
Y así, cada partido importante se vuelve un tormento. Cada error pesa el doble. Cada fallo confirma tu peor miedo: “No soy lo suficientemente bueno”.
El PsicoTruco | Cómo empezar a ver la realidad completa
1️⃣ Haz una «Revisión Objetiva» del partido
Después del partido, escribe tres cosas que hiciste bien y tres que puedes mejorar. Tu cerebro quiere que solo veas los errores, pero tú vas a entrenarlo para ver todo el cuadro.
2️⃣ Cambia la pregunta que te haces
En vez de decir «¿Por qué jugué tan mal?», pregúntate: «¿Qué aprendí hoy?». Esto cambia el foco de lo negativo a lo constructivo.
3️⃣ Mira los datos reales
Si puedes, revisa el partido grabado. Muchas veces te darás cuenta de que tu memoria exageró los errores y que, en realidad, jugaste mejor de lo que creías.
4️⃣ Entiende que tu mente necesita entrenamiento, igual que tu cuerpo
Muchos jugadores entrenan su físico y su técnica, pero dejan su mente al azar. Y la mente es lo que marca la diferencia en los momentos clave.
Un pensamiento mal gestionado puede arruinar tu rendimiento.
Un pensamiento bien gestionado puede hacerte ganar un partido.
Bonus extra
Si un amigo jugara como tú, ¿le dirías que fue un desastre?
Seguramente no. Entonces, ¿por qué eres tan duro contigo mismo?
Deja de hacer zoom en los errores y empieza a ver todo el partido.
Si tu mente no está preparada, te va a jugar en contra en cada partido.
Y si no conoces cómo funciona tu pensamiento, seguirás viéndote peor de lo que realmente eres.
«Si no dominas tu mente, ella te dominará a ti. No te dejes engañar por tu propio pensamiento.»
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Te veo la semana que viene😝
¿Qué haré una semana sin ti, Mar?
Yo también me lo pregunto…
Pero no te preocupes. Por Instagram (@mardurannn) a lo largo de la semana subiré contenido muy chulo relacionado con todo esto.
¿Mar, no hay charlas este año?
Pues sí, ya ha está el 4er episodio de El Juego Interior del Voleibol y te dejo por aquí la segunda entrevista: Cómo debe ser un colocador con colocadora en Beziers Angels Officiel
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Tu post de cada lunes,
hasta la semana que viene😉
Mar Durán 🏐 Psicóloga del Voleibol