¿Cómo trabajar en equipo con alguien que me cae mal?

Seamos sinceros. Dentro de un equipo, no todo el mundo nos parece igual de amigable. Podemos tener una relación cordial con todos, pero no con cualquiera del equipo, te irías a ver una película al cine.

Esto es lo normal. Cada uno es afín a aquellas personas que tienen sus gustos, su forma de ver la vida y por ello tendemos a tener una mejor relación con determinadas personas.

Dicho de otra forma, no es un problema que alguno de tu equipo no sea tu mejor amigo. Es un problema, que sino es tu mejor amigo, no sepas trabajar en equipo con él.

Como he dicho, sois un equipo y aquí entra el juego un concepto que me encanta. La interdependencia, ¿Qué significa esta palabreja?

Pues según la RAE, interdependencia quiere decir dependencia recíproca. Sigues sin entenderlo, ¿verdad?

Me explico, la interdependencia es cuando las personas se necesitan mutuamente para conseguir un fin. Se podría decir que es una dependencia bidireccional donde un jugador necesita al otro para realizar correctamente su trabajo. En los deportes de equipo se precisa de la acción del compañero, para realizar la acción propia. Un atacante no puede rematar sin una colocación anterior. Y un colocador no puede colocar sin una recepción inicial.

Lo que hago influye en mi compañero, por eso ambos nos necesitamos. Mejoraré si el otro mejora.

Vale Mar, entendí la interdependencia, pero ¿ahora cómo hago para trabajar con el que me cae mal?

La respuesta te la daré bajo una historia real.

El psicólogo Pep Mari, en su libro, Liderar equipos comprometidos, nos cuenta una anécdota sobre cómo él solucionó un situación muy parecida a la que os planteo.

Cooperar con la persona que odio

Pep comenzaba esta historia tal que así: «quiero comentarte un caso que me abrió los ojos: el de dos remeros que, si remaban juntos, tenían serias opciones de conseguir medalla«.

A esto, añadí que solo había un inconveniente. Por temas personales, los deportistas se detestaban, o como el mismo Marí escribe «no podían ni verse en pintura».

Pep, realizó una entrevista con cada uno de ellos. Por supuesto, fue por separado.

  • PSICÓLOGO: ¿Es verdad que no tragas a tu compañero?
  • REMERO: ¡Cierto!
  • PSICÓLOGO: ¿Qué estás dispuesto a hacer para ganar una medalla?
  • REMERO: Todo lo que esté en mis manos…
  • PSICÓLOGO: ¿Incluso remar con tu compañero?
  • REMERO: Si solo es remar, sin hablarnos, sí.
  • PSICÓLOGO: Entrenador, ¿podrías escribir en un papel todas las tareas que debería ejecutar en el bote el día de la regata?
  • Entrenador: Ya lo traía preparado de casa, son estas.
  • PSICÓLOGO: ¿Estarías dispuesto a hacerlas?
  • REMERO: ¡Sí!
  • PSICÓLOGO: Vamos a repetir el mismo procedimiento con tu compañero, si acepta, tal como has hecho tú, en estas condiciones, ¿estarías dispuesto a remar con él?
  • REMERO: Así, sí…

Casualmente, coincidían en sus respuestas. Mientras que solo fuese remar, estaban de acuerdo. Remaron juntos, consiguieron la medalla pero no se saludaron, ni felicitaron, ni al comienzo, ni con la medalla en mano.

Concluía este apartado Marí diciendo que, bajo su experiencia, en los equipos cuanta más cohesión había mejor se entendían mientras competían. Esto ayudaba a que el compromiso estuviese al mismo nivel y el rendimiento fuese óptimo. No obstante, añadía que no hace falta un alto nivel de cohesión para conseguir los objetivos establecidos, como bien, estos dos remeros nos mostraron.

Entonces, ¿para rendir tengo que llevarme bien con mi compañero?

Leyendo sobre esto, te diré que aun no hay una verdad absoluta como tal.

Creo que es importante que antes de resumirte las ideas claves sobre cohesión y rendimiento, sepas las dos funciones principales de la cohesión.

Por un lado tenemos la cohesión social (orientada hacia el mantenimiento y desarrollo de las relaciones dentro del grupo) y por el otro, la cohesión a la tarea (orientada hacia lograr un objetivo). Definidas así por Isabel Castillo y Octavio Álvarez en Psicología social de la actividad física, el deporte y el ejercicio.

Estos autores, recopilan lo que se conoce hasta hoy sobre la relación entre cohesión y rendimiento.

Hay tres ideas principales, o como ellos dicen, el resultado de tres metaanálisis. Cada uno da una visión algo diferente y contrapuesta a la anterior. Vamos a verlas😉

En primer lugar tenemos a Carron (2002) que dice que no hay diferencias entre la cohesión social y tarea. Las dos aportan el mismo buen desarrollo al rendimiento. A más cohesión, sin importar cual, mayor rendimiento.

En cambio Filho (2014) dice que se produce más rendimiento en los equipos cuando la cohesión está enfocada a lo que sería la tarea. Y que cuando se trata de cohesión social, el rendimiento no es tan alto.

Rivio (2009), como ultimo aportador en este tema nos cuenta que, tras una investigación en un equipo de hockey hielo, se descubrió que en los grupos con una alta cohesión (tarea y social teniendo en cuenta la integración y la atracción hacia el grupo) daba lugar al conformismo dentro del grupo, baja calidad en la evaluación del rendimiento y disminución del rendimiento real. A su vez se desarrolló un proceso desadaptativo con pensamiento grupal y polarización del grupo. Es decir, que si te llevas demasiado bien con todo tu equipo puede ser algo contraproducente para el rendimiento de este.

Si te llevas mal con tu compañero, haz esto:

  • Elije a un intermediario, que hable con ambas partes como hizo Marí. Esta persona será la encargada de establecer los limites que cada uno de vosotros poneis sobre vuestra relación.
  • Deja muy claro el objetivo y las aportaciones con las que sí te sentirás cómodo y estás dispuesto a realizar.
  • Trabaja y coopera con tu compañero enfocado en ese objetivo. La interdependencia es saber que los dos os necesitáis y que el trabajo de uno influirá en el otro.
  • Si no os soportáis, no tenéis porqué entablar conversación, pero si realizar el trabajo que prometisteis.

En resumen

Es cierto que la cohesión influye en rendimiento y que siempre se trabaja mejor si se tiene una relación cordial. Pero, como hemos visto, no es tan importante esa cohesión social dentro de un equipo, ya que lo que prima en este es la consecución de los objetivos.

Claro esta, que esta aportación va orientada a los equipos que tienen que cumplir con un alto rendimiento. No sería igual en equipos de jóvenes en periodos de formación. En estos casos, si cobra la cohesión social un importante papel para la adherencia al deporte y el desarrollo de habilidades interpersonales (Castillo y Álvarez, 2023).


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😏

Mar Durán 🚀La Catalizadora Deportiva


Referencias

Castillo, I. & Álvarez, O. (2023). PSICOLOGIA SOCIAL de la actividad física, el deporte y el ejercicio. McGraw Hill.

Marí, P. (2017). Liderar equipos comprometidos. Barcelona: Plataforma Editorial

«Hemos perdido por mi culpa»

Lee esto siempre que creas que perdisteis por tu culpa

Ha pitado el árbitro.

Fin del partido.

Has perdido.

En tu mente, estalla una cascada de pensamientos que te hacen sentir extremadamente culpable.

«Qué mal jugué», «no hice nada bien, estuve fatal», «hemos perdido por mi culpa».

Sin darte cuenta estos pensamientos se han apoderado de ti. Te entran ganas de llorar y sientes mucha rabia. Te sientes incompetente, incluso inútil, super frustrado. Quieres mejorar y no sabes como podrías hacerlo.

Siguen esos pensamientos rondando tu cabeza y tú estás enredado en ellos. Tienes la mirada perdida y rostro triste. Se acercan tus compañeros, tu entrenador y tu familia a decirte que lo hiciste bien, pero tú solo sientes que te lo dicen para que no te sientas mal, porque no hiciste un buen partido.

Te vas al vestuario mientras tus pensamientos siguen destrozándote. Cada vez te sientes peor, y la frustración se va apoderando de ti. Tratas de animarte, pero esa voz interna, te calla trayendo a tu recuerdo las imágenes de todos los errores que hiciste. Aquella bola que se te quedó en la red, el remate que se fue fuera, esa bola que cayó delante tuya…


Es posible que este ejemplo te resulte familiar, probablemente te hayas sentido así alguna vez. A lo largo de la trayectoria de un jugador los partidos malos son frecuentes .

El fin de este artículo será tratar esta sensación de la mejor manera y sacarle partido a esa «aparente incompetencia» tuya.

Quiero que entiendas en primer lugar que este ejemplo no tiene por qué ser algo malo. Me explico, la frustración forma parte del progreso como jugador. Necesitamos sentir que no somos suficientes en algo para esforzarnos más y poner el enfoque en eso que buscamos. Por ello, de primero, esta situación no debe porqué suponer un malestar emocional que perdure.

El problema estará cuando este evento se repita continuamente, te impida motivarte y concentrarte en el entrenamiento, generalices tu resultado deportivo a tu vida (haciendo dudar de tu valía personal), o suponga un desequilibrio sobre tu autoconcepto y autoconfianza.

Dicho de otra forma, la frustración va a ser algo negativo si sobrepasa el límite en el que en vez de motivarte para ir al entrenamiento, te hace que no quieras enfrentarte al balón de nuevo.

¿Cómo gestionar la frustración y autoculpa tras el partido?

En primer lugar, recordarte que estas sensaciones que se producen tras un partido son emociones. Acuérdate, como ya conté en otras publicaciones, que las emociones son estados internos involuntarios, no podemos controlarlas una vez han aparecido. Pero si podemos controlar nuestra respuestas frente a ellas.

Quiero decir, no puedo evitar sentir rabia, enfado y tristeza al perder, pero sí soy responsable y dueño de qué hacer y cómo actuar ante esos sentimientos y pensamientos.

Estas emociones desagradables van a desarrollar pensamientos negativos y muy desagradables. Estos, si están bajo nuestro control y es nuestra responsabilidad controlarlos y modularlos.

Vamos a ello.

Te lo voy a hacer muy fácil. Solo van a ser cuatro pasos a seguir:

Déjate de culpas. Sois un equipo.

Se ha perdido, sí.

Has hecho cosas que podrían haber estado mejor, sí.

Has acertado en muchas cosas, sí.

Acepta que hiciste cosas mal, al igual que también hiciste cosas bien.

Tú realmente sabes que «lo hice TODO mal» no es una afirmación realista del partido.

Por eso mismo, lo primero es dejar de echarte todas las culpas. La ultima acción negativa puede que fuese la tuya, pero no fue la única. No sé perdió solo por esa acción.

Segundo, sientes rabia, sácala. Sin herir ni herirte, pero sácala. Busca la forma más sana que conozcas de sacarla de ti. Pero no la dejes dentro. Escribe, cuéntaselo a alguien, date un paseo, dibuja, cualquier cosa, pero haz que esa emoción desagradable esté fuera. No te muerdas los labios, aprietes los puños o niegues tu estado de ira. Esa contención atrapa la emoción dentro de ti. Sacar esta emoción te ayudará para realizar el paso tres.

Tres, vas a descubrir si realmente lo hiciste tan mal. Si tienes algún recurso objetivo (video o estadísticas), úsalo, te será muy útil poder tener una herramienta franca que alivie tu sensación subjetiva. De todas formas, tengas o no un extra objetivo vas a profundizar en el partido. Quiero que hagas lo siguiente. Elabora un análisis más detallado sobre tus acciones durante el partido.

En este punto es importante que entiendas que la memoria es prisionera de tu interpretación de los hechos, así que es posible que recuerdes que hiciste cosas mal, aunque no fueran así. Por eso, la importancia de que algo objetivo te muestre la realidad.

Volvamos al análisis que te pedí. Escribe aquellas acciones que más presentes tengas, y todas las que recuerdes. Clasificarlas en:

  • Acciones a mejorar
  • Acciones que mantener

Esta clasificación te ayudará a desarrollar críticas constructivas frente a tu desarrollo.

No te castigues por lo que hiciste, acepta y perdónate, actuaste de la mejor forma que sabias con los recursos y conocimientos que tenías en ese momento.

Una vez tengas esa clasificación hecha, entremos en el paso cuatro.

Coge todas las acciones a mejorar y trata de ver qué hacer para potenciarlas. Crea un mini plan para trabajar lo que fue mal durante el partido. Haz una guía de qué te gustaría trabajar, individualmente, en los entrenamientos de la semana próxima para evitar repetir los mismo fallos en el siguiente partido.

Haz este mini plan junto a tu entrenador, para que tu trabajo y el enfoque pueda desarrollarse en el entrenamiento al paralelo del objetivo grupal semanal.

De nada vale que te frustres si eso no te hace ir al entrenamiento con ganas de mejorar. Pon foco en lo que más te preocupa, pide ayuda y trasforma esa frustración en motivación y coraje para tratar de hacerlo mejor

En resumen:

  • Paso 1: Sois varios, no solo juegas tú. Hiciste cosas bien y cosas mal.
  • Paso 2: Saca tu rabia e ira de forma sana, camina, escribe, habla.
  • Paso 3: Haz una clasificación de las acciones más representativas del partido. Ayúdate de herramientas objetivas.
  • Paso 4: Crea un mini plan para enfocarte en lo que más te preocupa.

Como extra, busca una perspectiva diferente a la tuya, y por favor, no te autocastigues, acepta el partido, perdónate y ponte manos a la obra para hacerlo mejor.

Ponlo en práctica

Te invito a crees tu diario de entrenamiento. Quiero que este cuaderno forme parte de tu mochila de entrenamiento, al igual que lo son tus rodillas o tu stick.

Al final de cada entrenamiento, escribe cómo fue y cómo te sientes. Úsalo también en los partidos y ahí, clasifica las acciones y redacta el análisis que te pedí para gestionar tu frustración.

Este simple cuaderno te ayudará a ser mucho más conscientes de tu emociones, de tus pensamientos y de como estás evolucionando e interpretando lo que ocurre.

Además, será un bonito recuerdo cuando pasen los años y te recuerdes al leerlo


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😉

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva


Rendimiento deportivo en presencia de otros

¿Afecta el público a como se juega?

Vitali Kobzev lo tiene claro y así nos lo contó en La Charla PsicoDeportiva

Vitali Kobzev en La Charla PsicoDeportiva

Y ¿tú que opinas?

Ahora, vamos a ver que dicen las teorías sobre ello.

Para empezar, este rendimiento en presencia de otros tiene dos resultados, la facilitación o la inhibición social.

El primero en acuñar el término de facilitación social fue Allport en 1924. Con esta frase hacía referencia a esas situaciones en las que el rendimiento deportivo se mejoraba en presencia de otros. Por el lado contrario y años más tarde, Zanjonc (1967), nos habló de la inhibición social. Hacía alusión con este término al empeoramiento del rendimiento deportivo cuando hay otros a nuestro alrededor.


Este mismo autor, desarrolló una teoría que explicaba el modelo explicativo de estos dos conceptos. La teoría del drive, como la bautizó decía lo siguiente: «la presencia de otras personas aumenta tanto la activación como el impulso de la persona» (Zajonc, 1967, citado por Castillo y Alvaréz, 2023). Este impulso produce una mayor probabilidad de que la persona ejecute respuestas dominantes. Las respuestas dominantes son aquellas que prevalecen ante otras, las que se adquieren en presencia de un estímulo. Dicho con otras palabras, serían aquellos gestos que nos salen automáticos.

Retomando con la teoría del drive, la grada con gente hará que se desarrollen respuestas automáticas en tareas sencillas para el jugador, aumentando así su realización en estas, pero, hará que las respuestas más complejas se vean inhibidas (no se desarrollen).

Relacionando esto, con equipos en edades de formación podríamos entender lo siguiente. Un jugador joven durante el partido en el que hay público solo desarrollará aquellas acciones que ya tenga en su memoria como respuestas dominantes y automáticas ante un estímulo.

Imagínate que una de tus jugadoras tiene como conducta reactiva rematar fuerte, sea como sea la colocación. Si este chica se encuentra jugando ante el público es más probable que ejecute esa acción, dominante ante ese estímulo concreto. Lo raro será que desencadene el aprendizaje nuevo que comenzó a trabajar esa misma semana.

En esta situación, las tareas complejas son inhibidas (no se darán aprendizajes nuevos) y las acciones automáticas son facilitadas (se realizará aquello que ya se domina).

Lo contrario ocurriría en un jugador con mucha trayectoria y experiencia. En este caso, como nos contaba Vitali al principio, para él, que haya público siempre es mejor, es más bonito. El central ya tiene automatizados los gestos y acciones adecuadas ante cada estímulo, por eso él se ve beneficiado ante esa grada repleta.

En contraste, mis jugadoras (chicas que recién acaban de empezar a jugar) suelen ponerse nerviosas ante el público y no siempre quieren que haya. ¿La razón? La que te he comentado. Mis jugadoras aun no tienen los patrones correctos desarrollados ni sus respuestas automáticas son las que más correctas.

Son jugadoras que están aprendiendo, por lo que en el partido, como aun no tienen automatizados los patrones técnicos correctos, los ejecutarán como saben hacerlo. Es decir, jugarán peor de lo que entrenan.

Además le añadimos que su atención estará dividida y se sentirán evaluadas (te lo explico más adelante).

Y esto no quiere decir que lo que se trabaja durante la semana no esté surgiendo su efecto. Sino que, hasta que eso no forme parte de la respuesta dominante, mis jugadoras seguirán realizando conductas automáticas no muy acertadas.

Por lo tanto, sé paciente cuando tus jugadoras en formación estén en la pista. El público tiene este efecto en nosotros. Facilitará las acciones simples e inhibirá las complejas. Siendo complejas las que aun no están dominadas por el jugador. No obstante, en el entrenamiento, donde no haya público, si realizará esas nuevas acciones que aun no tiene automatizadas.

Este fenómeno se ve muy claro en la tanda de penaltis dentro del fútbol. Ante esa situación, el jugador tiene más tendencia a enviar el balón a donde hasta ahora lo ha enviado. Además, cuanta mayor transcendencia tenga el partido, más probabilidad tendrá de mantener esa tendencia propia hacia una dirección concreta.

Otros autores también nos habla sobre el impacto del público. Cottrel (1972) elaboró la teoría de la aprensión a la evaluación. Es decir, formulaba que la presencia de otros actúa como distractor para el juego, incrementando el impulso y la respuesta dominante, como ya nos contaba Zajonc.

Por otro lado, la teoría biprocesual del procesamiento de la información de Manstead y Semin en 1980 defendían lo siguiente. Las tareas automáticas tiene un desarrollo rutinario, por eso, en presencia de la gente aumentan su atención y su rendimiento.

Opuestamente, ocurre con las tareas controladas (esas que aun se encuentran en aprendizaje) que requieren una mayor atención y concentración para realizarse. En estas la grada ejerce una función evaluadora (siento que están juzgando y hablando sobre como lo hago) y por esa razón el jugador divide su atención entre la tarea y el público, lo que solo le permite desarrollar tareas que ya están automáticas, porque son las que necesitan menos concentración para que se den.

En último lugar, Paulus propone un modelo integrador uniendo a las anteriores teorías. El modelo cognitivo-motivacional nos dice que los efectos sociales en presencia de otros incrementa las consecuencias positivas y negativas. Estas consecuencias sociales afectan a los procesos individuales y al rendimiento personal frente a la tareas.

Dentro del modelo, se aprecian las consecuencias negativas y positivas de este efecto social.

  • Consecuencias negativas, se desarrollan ante la posibilidad de fracasar por no realizar bien la tarea y temer que la gente pueda recriminarlo y reírse ante ellos
  • Consecuencias positivas, tienen relación con el apoyo de la grada expresada a través de la aprobación y admiración de estos hacia el jugador.

En resumen, y a modo de recopilación, el rendimiento en presencia de otros:

  • Aumenta el rendimiento en tareas simple y automáticas
  • Disminuye el rendimiento en tareas complejas, aun por aprender
  • Puede actuar como distractor y dividir la tención entre tarea y audiencia
  • Afecta al proceso y rendimiento individual

El público desarrollará tanto consecuencias negativas como positivas. Va a estimular tu impulso facilitándote tareas sencillas y complicarte respuestas que aun no tienes controladas.

Por lo tanto, tu tarea como entrenador será minimizar el proceso de inhibición y reforzar los procesos de facilitación en tus jugadores.


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Mar Durán🚀 La Catalizadora Deportiva


Referencias

Castillo, I. & Álvarez, O. (2023). PSICOLOGIA SOCIAL de la actividad física, el deporte y el ejercicio. McGraw Hill.

El Juego Interior | Los dos yoes que habitan en mí

Esta publicación trata de las ideas más importantes que encontrarás en el libro El Juego Interior del Tenis de Timothy Gallwey.

¿Juego interior?¿Qué es eso?

Gallwey, comienza su libro tal que así:

«Cada juego consta de dos partes, un juego exterior y un juego interior. El exterior se juega contra un adversario externo para superar obstáculos externos y alcanzar una meta externa (…) El juego interior tiene lugar en la mente del jugador, y se juega contra obstáculos como la falta de concentración, el nerviosismo, las dudas sobre sí mismo y la excesiva autocrítica» (Gallwey, 2017).

A este primer argumento le sigue la idea de que no se llega a ningún dominio en el deporte sin haber trabajado en las habilidades del juego interior.

Lo que pretende este libro y el desarrollo de esta idea es construir una concentración relajada en la que el jugador pueda sentir la verdadera base de la confianza en sí mismo. En este estado de calma mental (sin miedo, ni juicios) el cuerpo encuentra la forma de acercarse cada vez más al objetivo establecido.

Gallwey nos habla sobre la existencia de un proceso natural y efectivo para aprenderla. Es el mismo proceso que nos permite caminar y hablar, usando las capacidades intuitivas de la mente. Lo que presenta el tenista no es aprender un sistema nuevo complejo, «es desaprender los hábitos que interfieren en su funcionamiento y luego dejarlo que opere por sí mismo» (Gallwey, 2017)

¿En qué consiste ese proceso?

Timothy ha sido entrenador de tenis durante muchos años, además de jugador. En sus sesiones de entrenamiento observaba como al jugador le costaba mucho seguir el patrón y movimiento correcto. Se dio cuenta de como los jugadores tenían habituados movimientos que realizaban sin ser conscientes de que los hacían y sin poder modificarlos. A su vez, se percató de cómo estas acciones iban acompañadas de juicios propios y desconfianza.

Cuando se cometía un error, el mismo entrenador, trataba de forma verbal, reducir ese fallo. Con intervenciones habladas intentaba dar información al jugador de qué hacer y cómo hacerlo. Hasta el momento en el que decidió hablar menos y observar más a sus jugadores. Ahí, todo fue diferente.

Descubrió que en los entrenamientos que permanecía más callado, los errores que sus jugadores cometían se iban corrigiendo solos, sin que el joven fuera consciente de que lo había hecho mal. Es más, como él dice, fue un golpe para su ego, cuando apreció que sus intervenciones verbales hacían disminuir la probabilidad de que el ejercicio se corrigiese de la forma que le pedía.

¿Qué ocurre dentro de su cabeza desde que recibe la información hasta que golpea la bola? – se preguntaba curioso Timothy.

La respuesta se la dio uno de sus tenista en un entrenamiento. Durante éste, el chico trataba de esforzarse tanto por seguir la indicación de Timothy que no podía concentrarse en la pelota. Tenía en la mente demasiadas instrucciones.


Permíteme que haga un parón y te haga una pregunta:

Como entrenador, ¿estás más tiempo en silencio o hablando durante el entrenamiento?¿Te has parado a ver qué resultado tienen ambas acciones en tus jugadores?

Como jugador ¿Cuántas veces las instrucciones de cómo hacerlo te saturaron tanto la mente que no podías concentrarte en balón y en la anticipación del contrario?


Gallwey, en cuanto se percató de esto, decidió disminuir sus instrucciones verbales. En el entrenamiento siguiente, quería dejar la mente de su jugador despejada y ver qué efecto tenía.

Hizo lo siguiente, no le dijo nada verbalmente, y el mismo se puso a realizar el ejercicio que espera ver en su jugador. Le pidió que le observara mientras el lo hacía, sin pensar, solo tratando de capturar una imagen visual del gesto. Luego, la tarea sería imitar ese movimiento. En este caso, la única instrucción que le dio fue, trata de imitarme lo mejor que puedas. Antes de intentarlo, el joven le dijo a su entrenador, he visto como lo primero que hiciste fue mover los pies. Gallwey le invitó a intentarlo.

¿Qué crees que pasó?¿Fue capaz de copiar los movimientos?¿Qué piensas que hizo con los pies?

El resultado fue curioso. Cuenta Timothy como el jugador fue capaz de imitar casi a la perfección la acción de su entrenador. Excepto un detalle, los pies. Sus pies no se movieron durante el golpeo. Sorprendido cuenta el autor como lo único que trató de recordar fue aquello que no hizo. El resto de movimientos fue capaz de absorberlos y reproducirlos sin haberlos acompañado de una sola palabra.

Concluyó esa anécdota diciendo que las imágenes son mejores que las palabras y que mostrar es mejor que contar. Para los entrenadores de voleibol esto no debería ser nada nuevo. Aurelio Ureña ya basó el Método 5C en esta capacidad innata de aprendizaje por imitación.

Desde pequeños, como antes señalé, tenemos una gran capacidad de la imitación. Te darás cuenta como tu hijo pequeño empieza a sacar la lengua si tú lo haces, o reírse cuando tú, o a regañarte con los brazos sen jarras como le haces tú. El lenguaje se aprende de forma tan rápida, por esta misma función. En el día a día pasa igual, vemos como nos encontramos adolescentes actuando como sus ídolos, como se visten, hablan y se comportan de igual forma. En el proceso de aprendizaje de un patrón motor ocurre también. El cerebro aprende por imitación, a través de las imágenes.

Siguiendo con el hallazgo de Gallwey, éste vio que esos jugadores que estaban en racha, a los que todo le salía bien, actuaban como si una parte de su mente no estuviera activa, como si no pensaran.

En este estado, el jugador está plenamente consciente pero no está pensando, ni tampoco está intentado esforzarse demasiado. A esto mismo, el le llamó concentración relajada, también conocido como Estado de Flow.

¿Cómo estar conscientemente inconsciente? – se preguntaba el autor.

Con el tiempo descubrió que en ese momento, la mente constituye una unidad con el cuerpo y las funciones automáticas están operando sin la interferencia de pensamientos. En una mente totalmente concentrada no hay espacio para pensamientos sobre el desempeño del cuerpo y mucho menos para pensar cuál es ese desempeño.

En este proceso de descubrimiento, Gallwey apreció cómo los jugadores se comunicaban entre ellos mismo. Cuenta que escuchaba a sus jugadores decirse a sí mismos «Vamos, Tom, ve al encuentro con la pelota».

¿Con quién hablaba Tom?¿Consigo mismo?

«La mayor parte de los jugadores están siempre hablando consigo mismo» (Gallwey, 2017). Esto, es lo que en otras ocasiones hemos denominado como autodiálogo o diálogo interno.

Timothy continuaba sorprendido por cómo el jugador continuamente se decía cosas. Solía criticarse así mismo y reprocharse acciones anteriores. Él se preguntaba, ¿Quién hablaba con quién? Yo estaba hablando conmigo mismo le decían. ¿ Y quién es ese «yo»?, ¿y quien es ese «mí mismo».

Esta es la base del juego interior según el autor.

Afirma que ese «yo» y «mi mismo» son entidades diferentes, ya que sino, no podría darse una conversación como tal. Podríamos decir, que dentro de nosotros hay dos yoes. Uno que se encarga de evaluar la ejecución «yo 1» y otro que actúa, «yo 2», según lo que el «yo 1» diga.

Es decir, se genera un juego interno en el que «yo 1» no confía, juzga y critica al «yo 2». El «yo 2» que es el cuerpo, los músculos, el movimiento, y el que aprende a través de imágenes, se siente saturado ante tanta petición exigente que desarrolla tensión en sus músculo y una mala coordinación en el cuerpo. Lo que genera mayor desconfianza del «yo 1» al «yo 2». Traducida en frustración y bajo rendimiento del jugador.

¿Cómo hacer que estos dos yoes se comuniquen de forma efectiva? Silenciando al «yo 1».

Deja un me gusta en la publicación si quieres saber cómo silenciar al yo 1 para alcanzar la concentración relajada y una comunicación efectiva y productiva entre los dos yoes.


«Muchas veces somos nuestro peor enemigo. No es el adversario externo el que nos derrota, sino nuestras propias dudas, nuestro propio miedo y nuestra falta de concentración» (Gallwey, 2017)


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Mar Durán 🚀La Catalizadora Deportiva


Referencias

Gallwey, T. (2017). El juego interior del tenis. Málaga, España: Editorial Sirio, S. A.

La figura del Central en el Voleibol

El central desde el ámbito psicológico

Hoy te traigo una publicación especial. El post lo completan centrales profesionales de la Liga Española tanto femenina como masculina. Al final, encontrarás como ellos viven y sienten ser centrales.

Dentro del voleibol, como en la mayoría de deportes de equipo, cada jugador tiene una función concreta y especifica que trata de potenciar las habilidades del jugador. En este caso, el voleibol contiene diferentes posiciones según su lugar en el campo y sus acciones en el desarrollo del juego.

Hace ya un tiempo, hablamos del líbero. Esta función la llevaban a cabo los jugadores expertos en la recepción y defensa. Justamente, la figura del líbero es el reemplazo de la función de la que te vengo a hablar hoy, EL CENTRAL.

¿Quién es central? Y sus características

Su mismo nombre ya nos informa, de al menos, su posición en el campo. Es el jugador que se encuentra en el centro de la pista, concretamente en la zona 3. En ingles, se conoce como middle blocker, y este nombre nos da más información sobre sus propias funciones. Como bien dice la palabra inglesa, el central es el bloqueador del centro. Por lo tanto, una de sus principales implicaciones en el juego será la de bloquear. Al ser el jugador del centro, el peso del bloqueo recae en él, ya que es él mismo, el que dirige esta acción. Dentro del juego, estará ayudando a los extremos a la hora de bloquear.

Además de ser el capitán en el bloqueo, es el jugador más rápido en ataque. Con él, el colocador juega, el conocido primer tiempo o balón rápido. Esto quiere decir, que el jugador ya está en el aire cuando se posa el balón en los dedos del colocador. Esta bola rápida es complicada de cazar para el bloqueo del oponente, por ello, salir por el centro suele ser una buena opción.

Como ya comenté, el líbero juega solo en la parte zaguera de la pista y es el encargado de reemplazar a central. Dicho de otra forma, el central solo juega en la red. Exceptuando una acción, su propio saque y posterior defensa.

Es decir, como puedes apreciar, el central, es un jugador muy especializado en el ataque rápido y el bloqueo. Dejando a un lado acciones como recibir (que solo lo hará si es una bola corta) y defender, que tan solo contribuye a esto si él es el que saca.

Si no conoces mucho el voleibol, te estarás preguntando, si el líbero reemplaza al central, ¿dónde está el central cuando el líbero entra al campo por él?

En el banquillo. No es que jugó mal y el entrenador le sacó, no. Es que el juego es así. El central pasa las tres rotaciones delantera dentro de la pista y las tres rotaciones traseras en el banquillo.

Y está es la razón por la que la figura del central me es tan interesante a nivel psicológico.


¿Qué ocurre cuando el central es reemplazado por el líbero?

Hoy tengo la suerte de poder completar mi visión con el testimonio de jugadores profesionales sobre este ámbito, y eso hace que lo que te cuente tenga más valor.

Dentro del deporte, la concentración es una de las variables psicológica con más peso dentro del rendimiento del jugador. Esta concentración está basada en la capacidad atencional y enfoque que el jugador tenga en cada momento.

No es fácil llegar a tener la concentración óptima al principio del partido, como tampoco es fácil mantenerla a lo largo de este. Formar parte continua del juego ayuda a que la concentración esté en el propio juego. El central cada vez que acaba su función de saque, se va hacia el banquillo y permanece allí durante tres rotaciones más. ¿Cuánto tiempo es eso? Buena pregunta, por que dependerá de muchas cosas. Puede ser que en un par de minutos vuelva al juego, o que la recepción no funcione y pase más tiempo del que se desea acompañando a los suplentes.

¿Es fácil mantener la concentración en el partido estando fuera de él?;¿cómo me saco de la cabeza el saque que he fallado si ahora tengo tiempo para pensar en él?; ¿qué hacer para entrar enfocado cuando me toque ir a la red?; ¿cómo es pasar por la red y no tocar la bola?¿cómo es hacer un bloqueo al otro lado?

Estas eran parte de las preguntas que me venían a la cabeza al observar al central y su peculiar función. Las respuestas os la dan los profesionales de esta actuación:


Desde la propia experiencia. El Central.

Antes de leer sus respuestas, quiero contarte quienes son los que me han ayudado a que esta publicación sea tan especial. Y desde aquí, volver a darles las gracias por acceder a mis preguntas y permitirme que formen parte del post.

En primer lugar tenemos a Vitali Kobsev jugador del ConectaBalear Manacor, que ha formado parte de ligas tan importantes como la Italiana (Delta Voley Porto Viro) y belga (Envol Herve Mortoux), además de haber estado en equipos como CV Teruel, Unicaja Costa de Almería, FC Barcerlona y CD Cisneros Alter.

Le sigue Carla Jiménez, jugadora del actual equipo que encabeza la Liga Iberdrobla, Avarca de Menorca. También jugó en el CajaSol Voley Dos Hermanas y ha sido jugadora de la selección española realizando un papel muy importante dentro del EuroVolley23.

También, Jean Pascal, actual jugador del CV Guaguas. El muro de la selección española que mide 2,10m. Ha formado parte de equipos como tan importantes como CV Teruel, CV Melilla, Voley Palma y Unicaja Costa de Almería.

Y por último, Carlota García Conrado, actual jugadora del Heidelberg Volkswagen. Hasta este pasado año ha estado jugando en Bélgica ( E.S. Charleroi ) y formó parte del Avarca de Menorca que ganó la Supercopa, Cajasol Vóley Dos Hermanas y el Ocisa Haro Rioja. Asimismo, ha acompañado a Carla este verano en el EuroVolley23 como jugadora central de la selección española.


¿Cómo definirías al central?

Vitali: «la figura del central la explico como una posición sacrificada y poco «valorada» o recompensada. Al final hacemos un trabajo sucio, que estadísticamente no aparece. Hacemos un trabajo muy sucio, tocar bolas, controlar bloqueos, bloqueos defensivos, que son muy necesarios para el equipo y estamos saltando todo el rato, amagando, intentando llevarnos al central del otro equipo», me definía el mismo jugador.

¿Cómo afecta salir del campo cada tres rotaciones?

Carlota: «salir a veces te rompe el ritmo, pero desde fuera ves cosas que dentro no ves. Es algo positivo, porque tiene una doble visión, para regular emociones, para observar el bloqueo». Y acaba concluyendo, «la mayoría de veces es positivo».

Vitali: «después de jugar miles de años, la concentración no la pierdes, es más es un buen momento para analizar un poco por ti mismo o con los entrenadores que está pasando si el equipo esta trabajando con lo que se había estudiado y planificado». Durante ese periodo «sigues concentrado en el trabajo, pero lo ves desde otra perspectiva. Porque dentro del campo todo pasa muy rápido tu concentración a lo mejor esta más enfocada en alguna faceta del juego y hay cosas que no te das cuenta y te las hacen ver una vez que estas fuera«, concluía como punto positivo del salir.

Además añadía Vitali «es un buen momento para tomarse un respiro y bajar pulsaciones, porque es un trabajo muy físico, porque estas todo el rato bloqueando la red, corriendo de un lado para otro, en cada recepción y contraataque tienes que entrar a atacar te la den o no te la den«. «Es un momento para bajar pulsaciones y analizar todo desde otra perspectiva» sentenciaba el jugador.

Carla: «actualmente no me afecta tanto como antes, pero generalmente te puede afectar, porque tienes tiempo para pensar los fallos de antes»

¿Cómo es eso de fallar el saque y salir del campo?

Carlota: «lo de fallar un saque y salir, es horrible. Hay saques y saques. Pero si fallas sin ningún criterio, ahí quiero hacerme invisible».

Carla «lo que me va bien es no pensar en el fallo y seguir, después de fallar un saque pensar ya en la siguiente acción, lo importante es encontrar cosas que te ayuden a no perder la concentración porque esa es la clave».

Saltar todo el rato y no tocar bola

Carlota: «saltar y saltar, y por suerte golpear a tres bolas, es duro«. Ella ayuda a sus compañeras más jóvenes a que esto no les frustre demasiado, les indica que se centren más en dirigir el bloqueo. «Cuando se alcanza un mayor nivel, las recepciones no son tan buenas. Tu manera de sentirte útil en el campo es <oye he tocado esta bola> ya que bloquear es complicado, porque no solo depende de ti».

«He tocado esta bola, he saltado y he dejado a mi opuesta sola, eso no sale en las estadísticas, pero es un mini punto para ti» me decía Carlota que usaba como estrategia para sentirse útil aun cuando no aportaba en ataque. «A veces es muy complicado, tienes que jugar con eso, porque muchas veces pasas las tres rotaciones en red sin tocar la bola y encima vas a sacar. Tienes que tener bastante cabeza fría para ser central» acaba comentando.

Carla: «los centrales en, general, atacamos poco eso también hace que puedas perder la concentración porque no te sientes “dentro” del juego. A esto, ella lo llama «estar en el congelador». «Quieres dar mas y no puedes, o cuando te dan el balón después de entrar 30 veces (y no recibir nada), te puede venir de sorpresa«. Continuaba así, «pero llegas a un punto que ya no te pasa tanto y eso, porque tienes que estar concentrada en lo tuyo».

¿Qué es lo más complicado de ser central?

Vitali, «una de las cosas más complicada es estar leyendo el juego del rival y no perder la concentración en ese sentido«. A esto le seguía, es complicado «no entrar en la frustración debido a no recibir bola, a no hacer punto», añadía. «Hay mucho trabajo sucio que no esta reflejado y no hay que entrar en esa frustración de no me están dando balón. Por mucho que no estés haciendo ataques o puntos de bloqueo estas controlando bloqueo o te estas llevando al otro central» con las que Vitali concluía como las acciones mas complicadas.

¿Qué es lo que más te gusta de ser central?

Vitali: «la cosa que más me gusta son esos rallys interminables en los que estas todo el rato corriendo de un lado para otro, tocando balones, bloqueando. Las típicas jugadas largas y eternas de idas y vueltas que acaban con un bloqueo» afirmaba con tono alegre.

¿Qué siente un central cuando le bloquean?

Jean Pascal, nos cuenta que si le bloquean se enfada y que lo que quiere es que le vuelvan a colocar para superar el «gorro» que le habían puesto. Cuando se da esta acción «la jugada pasa y lo normal sería pensar en la siguiente, pero a mi se me queda ahí para intentar rectificar eso, para que no me vuelvan a hacer un gorro», acababa diciéndome. Eso si, Jean hace referencia a que también es acierto del otro que te bloqueen tu ataque, «te puedes equivocar pero el otro puede acertar también», sentenció.

¿Qué siente un central cuando bloquea?

A esto Jean respondió «es una sensación muy satisfactoria, ¿por qué? porque en el voley es muy complicado bloquear, estas intentando bloquear a alguien que no quiere que le bloques y va a intentar esquivarte». También pasa que «muchas veces bloqueas porque el otro se equivoca, o porque has acertado tú». «Entonces cada vez que bloqueas es una sensación increíble, muy satisfactoria, es como GUAY, lo logré» decía con una sonrisa. Y continuaba «es como una sensación increíble, porque además al ser central estar todo el rato de un lado para otro».


Como ves, la figura del central es realmente sacrificada. Como decía Carlota hay que tener la mente muy fría para serlo. Aun así, se notan que aman su función y que, dentro de ese juego sucio, como nos contaba Vitali, hay una enorme sensación de satisfacción tras cada bloqueo como nos decía Jean. Eso sí, como nos confesaba Carla, la clave del central es mantener la concentración y pensar en la bola siguiente.


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Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

La actuación del entrenador en los partidos

¿Afecta la intervención del entrenador en el desarrollo del partido?¿Afecta positiva o negativamente?

Durante el partido es posible que el comportamiento del entrenador pueda estar interfiriendo negativamente a la actuación de las jugadoras.

Si mientras el balón está en juego, el entrenador habla, el jugador tratará de escucharle. La atención se trasladará del partido a la información que el entrenador le está dando. Es decir, deja de estar atento al juego y el balón y se concentra en tratar de entender lo que su entrenador le pide.

Por esto mismo, Buceta (2000) argumenta que un entrenador solo es conveniente que se dirija a sus jugadores en momentos de pausa, dónde estos no están jugando.

El voleibol, contiene muchos de ellos. El periodo temporal que hay entre que acaba un punto y el equipo ganador saca, se considera un momento de pausa. Estas pausas son muy cortas y muchas veces los entrenadores siguen dando indicaciones aún cuando el balón ya salió de la mano de la sacadora.

¿Cuánto bien hace esa información a nuestros jugadores? ¿Le beneficia o le saca de la concentración que requiere la recepción?¿Si le estoy hablando puede mi jugador atender y concentrarse en el sacador y la bola?

Como entrenadores, continuamente sentimos la necesidad de estar comunicándonos con nuestros jugadores, de hablar sobre como actuar en el siguiente punto o hacer referencia a algo que acaba de pasar.

Respecto a esto, Buceta matiza que cuando hablamos en estos momentos de pausa, debemos hacer referencia solo a lo qué se tiene que hacer en ese momento. Nada de hablar de lo que ha pasado o de lo que se creé que podrá pasar mucho más adelante. Es decir, si se interviene que sea para focalizar al jugador en la acción que va a desarrollarse justo en ese momento próximo.

En numerosas ocasiones he presenciado como en estos momentos de pausa o aún con la bola en juego, el entrenador recrimina al jugador lo que acaba de hacer.

Imagínate por un momento, que el jugador eres tú. Acabas de recibir una bola que en vez de ir hacia el colocador va al lado contrario. El jugador ya sabe que lo hizo mal, ¿realmente es necesario que el entrenador empiece a gritarle y decirle lo torpe que es?

Si este jugador recibe tanto grito y alteración del entrenador, ¿a donde creéis que va su atención? ¿al juego o al entrenador?

Quizás quiera focalizar de nuevo su atención en el juego para arreglar aquello que causó, pero el comportamiento del entrenador y las referencias que este hace sobre él le hacen imposible centrarse en el juego. La intervención del entrenador está haciendo que el rendimiento del jugador disminuya, ya que su pensamiento estará en el recuerdo de lo mal que recibió esa ultima bola.

Si este jugador es alguien que trata siempre de ser perfeccionista y muy rumiante. El entrenador acaba de hacer que el jugador se autocastigue y no pueda sacarse de la cabeza lo poco hábil que fue en esa situación.

El jugador al escuchar a su entrenador en ese estado se distrae y empieza a ponerse nervioso. Cuando le llegue la bola, ¿crees que estará en condiciones de tomar la decisión correcta frente a la situación que se le dé? Seguramente, no.

Favorecer la concentración de los jugadores

Aún así, seas un entrenador gritón o no. Tu intervención puede estar disminuyendo el rendimiento deportivo de tu jugador. Con que el entrenador haga referencia a algo diferente a lo que en ese momento está pasando creará una división en la atención del jugador. Ya que estará generando un estímulo más al que atender:

  • por un lado tiene que escuchar al entrenador y asimilar esa información
  • y por el otro, tiene que estar atento a los aspectos clave del juego

Buceta nos propone actuar de forma metódica y dejar la impulsividad a un lado. Para ello nos afirma que es más apropiado no decir nada para facilitar que el jugador pueda quedarse en la tarea. Si tenemos que realizar un comentario, que éste aporte información relevante y útil para ese instante. Es decir, dar algún matiz verdaderamente constructivo sobre cómo actuar justamente antes de la siguiente jugada.

En resumen, el entrenador puede usar los momentos de pausa para referirse a algo que pasará en el siguiente punto. Que sea algo conciso, breve y que ya conozca, no debe requerir un procesamiento elevado.

Y si la intervención se hace durante la misma jugada debe ir referido a esa tarea que se está realizando en ese instante.

No le repitas el error a tu jugador, favorece que su atención siga en el balón y el atacante contrario. Anímale a continuar y hacerlo mejor la próxima vez que tenga el balón entre manos.

Ejercicio práctico

Obsérvate en un partido. Deténte a analizar cómo actúan tus jugadores tras tu intervención:

  • ¿En qué momentos intervienes?
  • ¿Cuánto de importante es lo que quieres decir?¿Es útil hacerlo en ese momento?
  • ¿Qué contenido tiene esa intervención?
  • ¿Cuál es la respuesta del jugador? ¿Le favorece o perjudica?
  • ¿Lleva a cabo lo que le pides?

Esta información te va a permitir ajustar tus intervenciones al juego y a tus jugadores. Sé eficaz en tus comentarios y haz que esas palabras favorezcan su concentración.


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Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva


Referencias

Buceta (2000) Baloncesto para jugadores jóvenes, cap 5 La actuación del entrenador en los partidos.

Mañana tengo examen, «lo llevo mal» y no sé si ir a entrenar

Lee esta publicación, te ayudo a decidir😏

Te gusta tu deporte, lo sé, quieres ir a entrenar, pero no quieres suspender. Crees que ir a entrenar te «quitará tiempo».

Voy a hablarte desde la experiencia personal. Trabajo bajo presión, me cuesta mucho adelantar trabajo y hacerlo con tiempo, sino es en el último momento, me cuesta desarrollar la concentración suficiente para que salga bien. Pero cuando se trataba de organizarme para poder ir a entrenar, todo era diferente.

En mi época adolescente recuerdo organizarme muy bien para no faltar ni un día a entrenar. Es más tan solo tengo el recuerdo de haberlo hecho uno o dos días durante los 7 años que estuve. Quiero decirte con esto, que si tu excusa es que si solo te concentras el último día y no puedes adelantar trabajo, te traigo el ejemplo de alguien que consiguió hacerlo.

Hasta que no tuve que organizarme para poder ir a entrenar, no supe realmente lo que era organización y productividad. Si es verdad que mi amor por ir a entrenar era enorme. No concebía el faltar, como tampoco el suspender. En mi cabeza iban las dos cosas y tenía que averiguarmelas para sacarlo todo hacia delante.

No perdía ni un solo minuto en el móvil. Era llegar a casa del instituto, comer y poner a estudiar y con los deberes. Tenía poco tiempo, así que había que aprovecharlo.

Irme a entrenar, me daba la vida. Como llega y al instante me ponía a estudiar, el camino hasta el pabellón era mi primer y ansiado descanso. Me sabía a gloria ese camino hasta la pista, me liberaba el estrés acumulado y me permitía ir asentando lo que acaba de estudiar. Es más, en muchas ocasiones me descubría repasando la materia mientras iba caminando al entrenamiento.

Ni que decir tiene, que al llegar a casa, usaba el mismo procedimiento, me duchaba, cenaba y sin mirar móvil ni perder más tiempo, me encerraba de nuevo en la habitación a seguir estudiando.

Si te quedas en casa, ¿cómo sabes que no desperdiciarás una 1h30min en Instagram, BeReal, YouTube o Tik Tok?¿crees de verdad que te pasarás las 4h de la tarde sentada estudiando y siendo muy productiva?¿crees que no necesitarás un respiro, alguien con quien hablar y algo que te haga liberar esa tensión y estrés de tener que aprenderte una materia en una tarde?¿no crees que el tener que ir a entrenar te hará estar más concentrada antes y después?

¿Qué pasa realmente si te quedas en casa?

Hasta ahora hemos puesto el foco en ti y en tu organización. Pero cuando faltas a entrenar y te quedas en casa, ¿solo hay consecuencias para ti?

Si realizas un deporte individual quizás si, pero si estas en un equipo, realizando un deporte colectivo como el voleibol, no solo esa ausencia en el entrenamiento te acomete a ti.

Supongo que al decidir crearte la licencia te comprometiste con tu equipo. Dentro de ello, estará el asistir a entrenar cada día.

Sois un equipo, cada una de las cosas que tú haces influye y condiciona a los demás. Lo que se conoce como interdependencia, ¿recuerdas?

¿Qué quiero decir con esto? Que cada vez que te quedas en casa para estudiar, fastidias a tus compañeras. Tu mala organización no solo te está privando esta tarde de ir a entrenar, sino que esta haciendo que tus compañeras no puedan entrenar como siempre. Falta una jugadora, faltas tú.

No sé si te habré convencido, tampoco es mi idea, pero si quiero que entiendas que tomar la decisión de ir o no ir a entrenar no solo te influye a ti. Hay un equipo que espera tu asistencia, hay una entrenadora que ha creado unas tares que están adecuadas a ti, hay algo que ya no se volverá a trabajar de esa forma y tú no estás allí. Estás perdiendo un día de entrenamiento, un día en el que mejorar.

Si tomas la decisión de quedarte en casa a estudiar, quiero que lo siguiente te ayude para que sea el primer y ultimo día de tu ausencia a entrenar por estudiar.

Aprobar y entrenar, no tienes que elegir, puedes las dos

Lo primero quiero que dejes atrás todo tipo de excusas tal que así: «es que yo necesito estudiar mucho más que otros», «si no es el ultimo día no me concentro», «tengo mucho exámenes y deberes», «si voy a entrenar pierdo mucho tiempo».

Deja todo eso atrás. En numerosas conversaciones de La Charla PsicoDeportiva, deportistas de élite nos han contado como llevan sus estudios universitarios y sus entrenamientos diarios de 3-6h. Han sido y son jugadores de alto rendimiento que completan sus entrenamientos y estudios a la vez. Incluso, tuvimos la suerte de tener a una entrenadora que a su vez es opositora. No hay excusa, si esta gente no la tiene, tú tampoco.

Es decir, tengas las cosas que tengas, no estas a ese nivel. Y si estuvieses, ya sabes que se puede conseguir. Solo necesitas lo más importante.

Querer ir a entrenar.

Si quieres ir a entrenar, todo lo demás te va a ser mucho más sencillo. Tienes una motivación extra que te va a ser concentrarte como nunca antes.

Dejando esto claro, te ayudo a generar un plan organizativo para que llevarlo todo al día sea sencillo para ti.

  • Crea una rutina diaria. Si la tienes creada, genial. Sino idéala. Cada día, cuando llegues del instituto vas a sentarte a estudiar/hacer deberes todo el rato anterior a entrenar. Y cuando llegues también, tengas o no examen al día siguiente. Repasa lo que viste, adelanta trabajo, lo que sea. Pero cada día, siéntate antes y después del entrenamiento a trabajar en tus asignaturas. Hazte un horario, ya sabes tus días de entrenamiento y tus días libres. Ponle hora de inicio y final a cada tramo del que hablé. Sé responsable y trabaja cada día en ello. Esto te va a permitir no dejar nada para el último día, e ir a entrenar aunque tengas la semana llena de exámenes.
  • Ten un calendario a mano, pon en este cada nuevo examen y trabajo que te manden. Tenlo muy a la vista y de forma diaria revisa todas esas tareas que tienes que realizar. Aunque quede mucho, ponte a trabajar cada día en esas tareas. Adelanta trabajo para que no te pille nada sin hacer en el último día.
  • Fuera distracciones. Estudia en un sitio donde nadie te moleste, donde no haya mucho ruido. Si es así, usa unos auriculares para alejarte un poco de ese ruido. Eso te ayudará a centrarte más fácilmente en tus tareas. Pide a la gente que vive contigo, que mientras estés estudiando, no te molesten. Necesitas estar centrada en tus ejercicios, porque tiene poco tiempo pero éste tiene que ser de mucha calidad.
  • Móvil fuera de la habitación. Esta es la clave más importante. Da igual que tengas que preguntar cosas a tus compañeros, o buscar algo en internet. Tu móvil no puedes tenerlo al lado mientras estudias. Es la fuente más grande de distracciones que tendrás. Cada vez que lo coges, no es solo el tiempo que pierdes en él, sino el tiempo que necesitas después de dejarlo para volver a recuperar la concentración anterior a la hoja que tenías delante. Si tienes duda o algo que buscar, apuntalo en una hoja sucia y en uno de los descansos, sal de la habitación y realízalo. Pero, queda prohibido, llevar el móvil a la habitación. No entres a Instagram, ni a Tik Tok, ni a BeReal mientras estas estudiando o en tus descansos.
  • Toma pequeños descansos. Hay una estrategia muy útil que se llama Método Pomodoro, la cual te recomiendo. Consiste en trabajar durante un corto periodo de tiempo (25-30min) muy concentrado en la tarea, sin ningún tipo de distracciones y luego un descanso de unos 5 minutos para despejar un poco la mente. En esos 5 minutos es muy importante que el móvil este lejos. No es un descanso recreativo, sino un descanso para descansar la mente. Sal de la habitación en la que estabas, eso le dice a tu cerebro que hay un parón en la actividad que estabas realizando. Si sigues en la misma habitación, es muy posible que tu mente no entienda ese momento como descanso. Sal, ve al baño, toma agua, come unas nueces, estira y vuelve. Repite este proceso unas tres veces más. A la quinta haz un descanso más largo.
  • Trata de buscarle sentido a lo que estudias, no memorices sin más. Es muy aburrido sentarte y solo leer y releer eso que tienes que trascribir luego en un examen. Para el cerebro eso es algo muy aburrido, no le encuentra sentido y piensa que pierde el tiempo. Engáñalo, trata de darle sentido a eso que tienes delante, aunque no lo tenga. Relacionalo con algo que te guste mucho y trata de ver como eso que tienes delante te podría ayudar a ser mejor en tu deporte, en la relación con tus amigos, a la hora de conquistar al chico o a la chica que te guste. Lo que sea, pero dale sentido a eso que tienes frente a ti. Además, genera emociones positivas sobre lo que lees. Recordamos con mayor viveza aquello que nos hace feliz y nos trae buenos recuerdos. Úsalo a tu favor
  • No estar más rato sentada, no es estudiar más. Nuestra concentración no dura mucho más de 45 min. No creas que pasarte toda la tarde te ayudará a estudiar más y mejor. El cuerpo no esta hecho para estar sentado, ni mucho menos para pasarse el día leyendo cosas. Si te pasas una tarde entera estudiando, es muy posible que no la hayas aprovechado al completo, porque es muy difícil. Salir a entrenar te va a dar el oxigeno que necesitas para que estar estudiando sea productivo para ti.

Beneficios de ir a entrenar, aun teniendo examen mañana

Aquí te dejo algunos de los beneficios que Chat GPT ha recopilado para ti, a nivel emocional y cognitivo

Beneficios del deporte a nivel emocional:

  • Ayuda a liberar tensión y relaja el cuerpo, lo que nos permite reducir el estrés y la ansiedad frente a los exámenes y preocupaciones.
  • Aumenta la producción de los glóbulos rojos, lo cual ayuda a que el oxígeno fluya en el cerebro y te sientas más despejado y fresco.

Beneficios del deporte a nivel cognitivo:

  • Mejora la capacidad cognitiva, la velocidad de procesamiento de la información, la resolución de problemas y la atención.
  • Permite combatir el estrés y la ansiedad, canalizándolo en la tareas deportiva, a su vez libera endorfinas, que se encargan de hacernos sentir bienestar y felicidad.
  • Estimula la creación de nuevas neuronas y regiones como hipocampo, que relacionado con el procesos de memorización y aprendizaje.

Es decir, si el ejercicio te ayuda a mejorar la capacidad cognitiva, la velocidad de procesamiento de la información, la resolución de problemas y la atención, te va a ayudar, también, a mejorar el tiempo que pasas delante de los apuntes.

Y por si se te había olvidado, ir a entrenar te ayudará a socializar, sacar lo que te preocupa, a reír con tus amigas, te hará superar retos y gestionar la frustración del ejercicio que aun no te sale. Te sacará un rato de esas preocupación y estrés por el examen.

¿Aún tienes dudas sobre si quedarte en casa o ir a entrenar? Espero que todo lo anterior te haya ayudado a tomar una decisión más consciente.

Suerte para el examen.


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😏

Mar Durán 🚀La Catalizadora Deportiva


De «ganar» a perder (del 2-0 al 2-3)

El juego de las expectativas en el trascurso del juego

Este post va a dedicado a una situación de juego concreta y las aportaciones son específicas a ella.

Esta idea salió de una de vuestras respuestas de la cajita de preguntas que hago a menudo en Instagram (@mardurannn). Paula Carpintero (@paulacarpin8) jugadora profesional de voleibol de la Liga Iberdrola (SuperLiga 1) del equipo Haro y ex jugadora de la selección española, me la propuso. Si tu también quieres que trate algún tema que te interese y quieras aprender cómo gestionar, házmelo saber. Estaré encantada de crearlo como publicación.

La situación es la siguiente, ¿cómo gestionar perder un partido 3-2 cuando ibas 0-2 ganando?

Primero quiero tratar el porqué se escapa un partido que se «tenía ganado» y luego qué hacer para reducir las probabilidad de que pase de nuevo.

Este análisis está basado en mis conocimientos actuales sobre cómo funcionan las expectativas frente a la autoconfianza y el rendimiento deportivo.

¿Porque se pierde un partido que se «tenía ganado»?

Por eso mismo, porque antes de ganarlo, ya se «había ganado».

Me explico, pongamos que estamos en el tercer set y el equipo A acaba de ganar los dos anteriores casi sin sudar. 

En el tercero la activación del equipo A ya no es la misma, han ganado muy fácil, hasta ahora. Y puede que el entrenador decida hacer cambios.

Es decir, el tercer set ya comienza diferente.

Pongamos que ese tercer set el equipo A lo pierde. Muy probable si contamos con cambios y baja motivación de los jugadores.

En el cuarto set, comienza lo interesante.

Cuando llega el tercer set, sienten (consciente o inconscientemente) que ya lo tiene hecho, les ha costado poco llegar hasta ahí y ya creen que será fácil ganar ese supuesto ultimo set. Ese clima de confianza esta basado en algo objetivo porque los set anteriores se ganaron por más de diez puntos de diferencia. En estos casos es normal que el entrenador realice cambios para el nuevo set.

A ha perdido uno y ganado dos con facilidad. El  cuarto set se comienza con la plantilla de los dos primeros, esos que se ganaron sin apenas esfuerzo.

¿Les resultará ahora igual de sencillo ganar?

Spoiler: ocurre todo lo contrario. Te cuento porqué.

El equipo A está con los ánimos bajos aunque vaya ganando aún. El equipo B tiene un ánimo más positivo ya que viene de ganar el último set.

En este momento entran en juego las expectativas y su relación con la autoconfianza y el rendimiento. Veamos que ocurre realmente:

Lo que pasa en el equipo A, el que va ganando.

Ya han ganado dos set, y eso les ha hecho desarrollar una autoconfianza realista basada en lo que ha ocurrido. Pero claro eso solo comprende lo que hasta ahora ha pasado con ese equipo y en ese estado.

El tercer set ya no es igual, ha habido modificaciones. Aun así se cree que el partido ya está ganado, aunque la plantilla e intensidad son diferentes, el pensamiento sobre el partido permanece igual.

Los que salen a jugar y los que repiten set, piensan que ya está ganado por lo que ha ocurrido, y no realizan un nuevo ajuste de expectativas sobre la nueva situación.

Lo que pasa en el equipo B, que va perdiendo

Ya han perdido dos sets por bastante diferencia. Sus expectativas, basadas en la realidad, les informan de que el equipo contrario es superior a ellos. Si quieren ganar tendrán que dar más de lo que hasta ahora dieron. En vez de sacar a suplentes (como el equipo A) se esforzarán por reforzar al equipo como sea.

En el cuarto set:

Aún el partido no acabó. Y la situación es la siguiente: un equipo ganador creyendo que ya lo tiene hecho y un equipo perdedor con mucho que pelear aun.

El A ya no sale motivado, el B todo lo contrario.

El equipo A, empieza a cometer fallos por exceso de confianza, falta de foco, intensidad y activación.

Es como si el partido en sí ya perdiera su gracia. Como se tiene por ganado, el cuerpo decide poner sus recursos en otra cosa que lo necesite más. Jugar ese partido, según las expectativas desarrolladas, no necesita la intensidad anterior. Por ello, el cerebro que quiere ahorrar toda la energía posible, rebaja la activación, sistema atencional y pone su sistema energético en otra cosa que sienta más importante en ese momento.

Por el contrario, en el equipo B, el que estaba perdiendo, ocurre todo lo contrario. Sus expectativas informan de que la energía, foco e intensidad anteriores no fueron necesarias, por lo que ahora hay que trabajar más centrados para poder ganar.

Con el foco puesto en el partido, las cosas empiezan a salir y se ponen por encima en el marcador. Al remontar sienten que tienen habilidades para poder ganar. Hasta ahora sus expectativas eran que iban a perder, por lo que, al ver que no, y que tienen opciones, su autoconfianza empieza a subir. Ahora ellos sienten que pueden ganar y lo otros comienzan a dudarlo.

Por otro lado, el equipo A, hasta ahora tenía su autoconfianza arriba. Sus expectativas se estaban cumpliendo, habían ganado los dos sets anteriores.

Sin embargo, acaban de perder el tercero. En este momento, sus expectativas dejan de cuadrar con el resultado. Lo que esperaban esta siendo diferente a la realidad. Esta discrepancia hace que la autoconfianza disminuya, lo que da una reducción de la sensación de control sobre la situación.

En lo que antes se tenía confianza, ahora hay duda. En las acciones que antes se arriesgaba ahora se asegura. Hay incertidumbre por lo que la dinámica se vuelve más lenta, dubitativa e ineficaz por el equipo A.

Ven que no tiene el mismo control que antes y se pone a pensar cómo hacerlo bien para no fallar. Y ahí, es donde se falla. Una vez comienzan a pensar, el sistema atencional se va del partido y se ocupa en la mente y desarrollo cognitivo. Lo que se conoce como parálisis por análisis. Mientras en el equipo A tenemos este panorama, el B sigue enfocado trabajando en hacer punto. Ellos si tienen todos sus recursos en el partido. Por esta razón, esas cosas que al principio no salían comienzan a salir. Han cogido una dinámica muy buena en la que lo que se piensa hacer, sale bien. El marcador lo corrobora están ganando. Su autoconfianza aumenta a la vez que la del equipo A disminuye.

B siente control y arriesga. A sienten incertidumbre y va lento. Lo que le hunde un poquito más en la débil autoconfianza del A.

Este proceso es muy probable que haya dado como resultado un 2-2 y ahora, en tan solo 15 puntos, se tiene que dar un ganador.

Venimos de partido en el que un equipo acaba de remontar y en el que otro, acaba de ser remontado. El estado emocional de los equipos, aparte de ser diferentes, es muy intenso. En ambas lados de la cancha la emocionalidad está a flor de piel y el cansancio empieza a verse.

Dentro del voleibol la toma de decisiones es un aspecto fundamental en el trascurso del juego. Para tomar una decisión, nuestro cebero lo hace a través de nuestras emociones, pues estas son las que nos permiten estar en contacto con nuestro alrededor y ayudarnos en la mejor opción.

Si el voleibol es toma de decisiones rápida en la que necesito ser eficaz y vengo de una situación que emocionalmente ha sido tensa y no me encuentro ni seguro ni cómodo, es muy probable que mis acciones no sean del todo las mas acertadas.

Algo similar a esto es lo que ocurre en un tie break (quinto set) y por eso suelen ser tan tensos, a parte de por su supuesto nivel similar, su emocionalidad y toma de decisiones estará sujeta a una presión extra que hará ganar al equipo que mejor sepa gestionar sus emociones.

En el ejemplo que hemos desarrollado, es probable que el trascurso emocional del equipo B le ayude a ganar el partido. Este comenzó bajo y fue subiendo poco a poco. Estando arriba es más fácil mantener esa mentalidad. El equipo A tendrá que remontarse y volver a recuperar esa autoconfianza del inicio del paortido. Y en este estado de fatiga física y mental es muy complicado.


¿Qué hacer para no perder un 2-0 que voy ganando?

  • Repítete que el partido acaba de empezar, no lo des por acabado hasta no sea el final
  • Mantén tu intensidad, atención y activación en un 85% durante todo el partido
  • Genera confianza haciendo cosas que sabes hacer
  • Ajustar constantemente las expectativas según cambien los puntos, el set, el estado de ánimo del otro y el de tu equipo
  • Arriesga solo cuando el marcador te lo permita

Si necesitas recuperar confianza por que ya perdiste:

  • Busca acciones que te den seguridad recuperar el control
  • Sé honesto con sensaciones que te trasmite el partido y actúa para cambiarlas
  • Acepta que estas siendo inferior
  • Trata de crear incertidumbre en la otra pista, eso te dará el control que necesitas

Los partidos en los que el rival es mucho más inferior, hablando de nivel, mantener la intensidad es complicado. El rival no te tiene alerta, y te desconectas con facilidad del partido. Estás desactivado, relajado y en ese estado el otro puede hacerte puntos muy tontos. En estos partidos, el equipo superior tiene que tratar de ir motivándose y activándose el solo sin depender del contrario, porque este no podrá hacerlo por su nivel.


¿Te ha pasado alguna vez algo similar? Te leo en los comentario


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😉

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva


Bibliografía

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L

Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional (edición en castellano). Barcelona, España: Editorial Kairós, S.A.

Las Expectativas

¿Qué son las expectativas?

Las expectativas son eso que respondemos a ¿qué esperas que pase? Es decir, son ese tipo de pensamientos, emociones, ideas o sensaciones que tenemos preestablecidas sobre un evento o situación futura. Lo que yo creo que va a pasar antes de que eso pase.

Dentro de estas ideas podemos tener expectativas realistas (se asemejan a la realidad) y poco realistas (se distancia de la realidad).

Las expectativas realistas se basan en un análisis objetivo sobre mis habilidades pasadas y actuales, y el estudio de la situación en la que me encuentro. Lo que me permite tener sensación de control sobre la situación. Dicho de otra forma, tener autoconfianza en ti e ir seguro al partido, al entrenamiento o a cualquier otra situación.

En cambio, las poco realistas debilitarán tu autoconfianza y harán dudar de aquello que supones hacer bien. No son objetivas y hacen desconfiar de nuestras capacidades como jugador.

Por lo tanto, las expectativas van a ir totalmente relacionadas con el resultado. Me explico, según sea la diferencia/congruencia existente entre expectativa y éxito así será mi estado emocional tras el encuentro.

Buceta (2020) afirma «cuánto mayor sea la discrepancia entre expectativas, más duro es el golpe que se lleva la autoconfianza».

Así funcionan las expectativas

¿Cuánto crees que puede influir lo que piensas en lo que acaba ocurriendo?

Las expectativas van a influir directamente en tu autoconfianza y éxito. Es decir, si piensas que vas a ganar el partido 3-0 (expectativa) y el resultado (logro) es 0-3 tu autoconfianza bajará ya que la diferencia entre lo que esperabas y sucedió fue muy grande.

Sin embargo, si piensas que quedaas 3-2 y finalmente quedas 3-1 tu autoconfianza aumentará porque lo que esperabas no fue muy diferente a lo que ocurrió, con esto ayudas a potenciar tu sensación de control sobre la situación (autoconfianza).

Como hemos visto, la incongruencia entre lo que espero y el resultado puede dañar mucho tu autoconfianza, a la hora de establecer metas o pensamientos debemos ser precavidos ante esos eventos. La idea es evitar un fracaso que debilite la confianza en uno mismo por haber establecido expectativas demasiado altas. Buceta (2020) nos invita, a que en casos como este, le demos más valor y peso a las experiencias y oportunidad que si sabemos que son congruentes (resultado y pensamiento inicial).

Para afianzar una buena autoconfianza y alejar la falsa autoconfianza debemos diferenciar entre expectativas poco reales y las realistas (explicadas anteriormente), y que las realistas predominen frente a las poco realistas.

Pero, ¿y cómo crear expectativas realista?

Generar expectativas realistas (Buceta, 2020):

Para crear expectativas realistas, José María Buceta (2020) nos proporciona la siguiente estrategia.

Generalas respondiendo a partir de estos aspectos:

  • Qué he hecho hasta ahora

Es decir, tengo que pensar sobre cual es mi recorrido como jugador hasta ahora. En qué sitios jugué, cómo he jugado, cómo he sabido gestionar los partidos, cómo actúo ante la presión, o la falta de presión…

Debo ser honesto y tener en cuenta que hice hasta ahora. Partir de aquí me ayudará a saber qué puedo exigirme en futuras actuaciones.

  • Cuales son mis cualidades actuales

Ya sé que he hecho hasta este momento y ahora tengo que descubrir qué puedo hacer ahora. Quizás haya mejorado, o empeorado. Puedo estar sufriendo una lesión o saliendo de ella. O incluso puedo estar pasando un periodo de baja autoconfianza e inseguridad en mí. O una mala situación personal.

Conocer esto será muy importante porque este aspecto es clave para que la expectativa que he armado sea suficientemente congruente para no haya distancia con el resultado final.

  • En qué situación me encuentro

Y por último, sabiendo que he sido hasta ahora y qué soy en este momento, tengo que tener en cuenta en qué situación estoy. Con esto me refiero a que no todos los partidos son iguales, influye mi estado y también el entorno. No es lo mismo jugar contra el primero de la liga, que contra el ultimo. Hay diferencias entre un partido amistoso y una final del Campeonato de España. Al igual, que no es lo mismo tener a toda la plantilla, que a los jugadores principales lesionados.

Contar con estos detalles a la hora de imaginarme cómo será el partido son fundamentales para poder sentir control sobre la situación y desarrollar autoconfianza en mí y mi equipo.

Como ves, son muchas las cosas que influyen en nuestros pensamientos. A la hora de crear expectativas de forma inconsciente no siempre tenemos en cuenta todos estos aspectos, pero eso no quiere decir que no acaben impactando en el resultado.

Generar de esta manera expectativas realistas te ayudará a ser mucho más consciente de qué te rodea y cómo usarlo para que te potencie.

Por lo tanto, «obligate» a que estas expectativas partan de objetivos alcanzables que puedan estimularte hacia el logro de tus metas marcadas.


En resumen, es muy importante que un deportista se enfrente a situaciones con expectativas realistas, donde tenga en cuenta, bajo efectos objetivos que realmente se puede esperar de él respecto a la situación concreta. Esta expectativa congruente ayuda a que esos objetivos se vayan logrando convirtiéndose en situaciones exitosas que aumentará la autoconfianza.

Por esta misma razón, es imprescindible que acompañemos estas expectativas de objetivos a corto plazo que nos den alegrías conforme nos acercamos a la meta final. Estos objetivos a corto plazo, no deben ser de resultado. Formula objetivos de realización en los que te centres en mejorar tu rendimiento olvidando el resultado y elevando la percepción de control del partido y la situación. Con esto, tus posibilidades de éxito están casi aseguradas.

Las expectativas son algo realmente subjetivo y personal. Influye en su construcción nuestra percepción e interpretación de la realidad. De ahí sacaremos una serie de pensamientos y emociones que son lo que influirá en el futuro ante esa situación.


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene 😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva


Referencias

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L

Formación de entrenadores a nivel psicológico

He desarrollado un proyecto en el que ayudo a los clubes a formar a sus entrenadores a nivel psicológico.

En este proyecto se plantean diferentes tarifas según cuanto de específico se quiere trabajar con el entrenador.


¿Por qué trabajo con la formación de entrenadores?


Porque cada equipo es el reflejo de su entrenador y cada club es el reflejo de sus equipos. Si se pretende mejorar un club, es muy interesante hacerlo desde el desarrollo individual de cada equipo. Es decir, desde la persona que gestiona cada grupo, su entrenador.

¿Qué se trabaja?


Se trabaja desde la globalidad del individuo, teniendo en cuenta al entrenador como persona y como líder. Partiendo de esto, nos centramos en cuatro perspectivas: personalidad, conducta, potencial e interacción con los jugadores.

¿Cómo se trabaja?


El proceso consiste en llevar al club a un sitio mejor del que está. Se parte de un punto A, que es el estado actual y con ayuda del proyecto de formación, se llega al punto B, que es el sitio donde el club y el entrenador quieren estar.

El proyecto se adapta al estado actual del club y cada entrenador, buscando proporcionar herramientas individualizadas que puedan ser útiles y prácticas para cada uno de ellos. En el desarrollo de estos recursos se tiene en cuenta el estilo de liderazgo, forma de comunicación y metodología de trabajo, entre otras, del entrenador.

Este proyecto ya está en funcionamiento con otro club. Tengo algún hueco más para trabajar con un club.

Me encantará comentarte todo esto en mayor profundidad durante una breve reunión. En ella podrás contarme todas las dudas que tengas sobre el proyecto y su proceder.

Envíame un mensaje a lacatalizadoradeportiva@gmail.com con tu disponibilidad y te cuento todo por ahí 😊 También puedes contactarme por IG: @mardurannn.


Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva