Reincorporación al juego tras una lesión

En la reincorporación al juego el jugador tiene que ser consciente de que sus condiciones físicas y mentales habrán cambiado. Estar inactivo durante algún tiempo hace que el ritmo sea más bajo que el que se tenía antes de la lesión.

Por esto mismo, quiero tocar tres puntos concretos que te ayudarán a que la reincorporación sea lo más progresiva, adaptativa y efectiva para ti.

En esta reincorporación tenemos que tener en cuenta que no eres el mismo que antes, tu estado psicológico, emocional y condición física son diferentes.

A la hora de la reincorporación:

  • Establece objetivos graduales y adaptados a tu estado actual. Antes de la lesión podías saltar, tirarte al suelo, colocar y rematar sin problema. Ahora tu desarrollo deportivo está limitado. Es normal que no puedas dar el cien por cien, llevas un tiempo parado y tu ritmo habrá descendido. Tu cuerpo tiene que volver adaptarse a los entrenamientos y tú volver a coger confianza en las acciones de precisión características del voleibol. Tomate con calma la vuelta, no puedes exigirte lo mismo que antes de la lesión, tu ritmo de entrenamiento no es el de tus compañeros y tu cuerpo y mente tiene que amoldarse de nuevo a ello. Te propongo que junto a tu entrenador/a establezcais que objetivos a corto plazo son más importantes y te ayudarán a sentirte y estar como antes de la lesión. Te ayudará que sean muy concretos y algo que puedas ir midiendo día a día. Hazlo por niveles, de forma gradual para que conforme pasen los días puedas ir aumentando el nivel, te hará sentir que progresas, estarás más motivado e irás generando autoconfianza en ti. A su vez, esto te ayudará a dejar a un lado la frustración de no poder dar y estar como antes de la lesión. Empieza con calma y poco a poco ve dando un poco más de ti.
  • Ajusta tus expectativas y las de tu equipo. Rebaja tus creencias y expectativas a tu estado actual. Olvida lo que hacías y quien eras, ese forma parte del pasado. Crea nuevos pensamientos realistas sobre lo que eres ahora. Tu rendimiento será menor que antes de la lesión y será así solo por un tiempo. No te exijas demasiado, no te culpes por no conseguir lo que antes hacías y sigue trabajando bajo tus posibilidades. Para cada objetivo que hayas marcado, ajusta tus expectativas sobre él. Preguntate si realmente tu estado post lesión te permite hacer eso y en ese tiempo establecido. Objetivo y creencias irán ligadas, si son congruentes tu ayudarán a progresar, sino es así, te estarán limitando y te obstaculizarán tu progreso. Piensa teniendo en cuenta el largo plazo, y ten paciencia.
  • Gestiona el miedo a una futura lesión. El miedo a una posible lesión siempre esta, y te acompañará durante algún tiempo. Cuando pasamos por una lesión y más si es una lesión grave y dolorosa, el simple hecho de pensar en tener que volver a sufrir lo mismo nos produce un miedo y preocupación demasiado grande. Este miedo va a paralizarte, va a serte lento e inseguro y te hará estar incomodo en un lugar familiar. La posibilidad de que la lesión vuelva es real, pero no debería porqué causar un impedimento para volver a desarrollar tu juego anterior. Toma conciencia, confronta y habla con tu miedo y sobre él. Si el fisioterapeuta te dio el alta, es que estas apto para volver al juego. Confía en ello, ve con prudencia, pero deja el miedo atrás. Crea un pensamiento alternativo cada vez que aparezca el miedo y la preocupación. Relativiza y confronta cada situación que te detenga o te haga sentir inseguro. El miedo solo te hará moverte lento, torpe y tarde, y en el voleibol eso es sinónimo de errores tontos y punto para el otro.

A modo de resumen, volver a jugar de nuevo es muy buena noticia, volver a sentir la competición y poder formar parte activa de ello es una alegría inmensa para aquel que ama su deporte. La vuelta será complicada y las recaídas están ahí. Pero márcate metas cortas que te ayuden a sentir que avanzas y tienes el control; ajusta tus pensamientos y creencias sobre tu estado actual; y gestiona tu miedo a una pasible lesión, confía en ti y detén todo pensamiento intrusivo y negativo sobre una recaida.

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Mar Duran 🚀 La Catalizadora Deportiva

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L.

El líbero | Carácterísticas psicológicas

El líbero es la figura especializada en la recepción y la defensa en el voleibol. Diaz (2013) se refiere a él como un jugador «a medias», ya que no realiza las acciones más vistosas y llamativas como el ataque o el saque.

El libero es un jugador que tiene una gran carga psicológica debido a su especialización, por lo que tendrá que tener unas habilidades y características especificas para soportar de la mejor forma dicha carga.

A continuación te muestro algunas de las caraterísticas del líbero según Joaquin Diaz (2013) nos plasma en su libro.

  • Adaptabilidad mental. El libero es un jugador que intercala períodos de mucha intensidad con momentos de pausa en sus reemplazos por el jugador zaguero. Por esto mismo, deberá estar en continuo cambio de activación y de reenfoque atencional.
  • Motivación intrínseca. Este jugador no culmina las acciones típicas del voleibol, por lo que necesita una fuente más estable de motivación. El líbero es un jugador que se sacrifica para que los demás puedan rematar la jugada. Su motivación intrínseca será lo que le diferenciará de cualquier otro jugador y le ayudará a realizar sus acciones adecuadamente.
  • Gestión del error. Nuestro especialista forma parte de la acción inicial del juego, de él depende que la jugada pueda tener mayor o menor éxito. Si la recepción es mala, al colocador se le complica poner una buena bola, por lo que las probabilidades de éxito en ataque disminuyen. Como es un especialista, se espera mucho de él, y varios fallos pueden hacerle desconcentrarse del partido. Este debe saber gestionar y regular sus emociones de forma idónea y sobre todo tras los errores que pueda cometer en su especialidad.
  • Buen comunicador. Debe saber comunicar de forma simple y clara a sus compañeros la información que le dé el entrenador (en sus continuas salidas) para que estos puedan procesarla sin que interfiera con su concentración en el juego. Además, debe tener especial cuidado con su comunicación no verbal, esta tiene una gran influencia en la transferencia del estado de ánimo al equipo.
  • Animador y motivador del equipo. Anima y mantiene la activación y atención de sus compañeros. Da ánimos y procura que la motivación siga en pie al igual que la concentración y foco en el otro campo.
  • Atención y concentración en todo momento. Tanto la recepción como la defensa son acciones en las que se debe estar realmente concentrado para poder mandar el balón al sitio adecuado. El juego suele ser muy rápido y la atención debe estar reenfocandose para permanecer continuamente en el balón y los oponentes. Eso le ayudará mucho a poder anticiparse a la bola y defender balones complicados.
  • Autoconfianza y seguridad en sí mismo. El libero es un refuerzo para el equipo, es el experto de la recepción y defensa. El simple hecho de estar en pista, alivia y relaja a los jugadores, por eso mismo el líbero debe ser una persona segura y con autoconfianza en sus acciones y movimientos. Un líbero inseguro hará que sus compañeros se encuentren algo más inestables e inquietos en la defensa y recepción.

Por lo tanto, el líbero tendrá que tener una gran fortaleza mental, y resiliencia tras el fallo y una gran capacidad atencional que le permita el continuo cambio de enfoque y la adaptabilidad para ir regulando su activación según este dentro o fuera de la pista. También es el termómetro emocional del equipo, tiene el poder de gestionar las emociones, relajarlos o activarlos segun sea necesario.

El líbero es seguridad, es apoyo y comunicación, es mucho más que salvar bolas.

En las siguientes semanas me encantaría poner mostraros algunas pautas para poder desarrollar las habilidades que justo arriba os muestro. Hazme saber si te gustaría que siguiese tratando temas específicos del voleibol y si quieres conocer como potenciar las habilidades y características del líbero.

Te leo en los comentarios, en IG: @mardurannn o por lacatalizadoradeportiva@gmail.com

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Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Díaz, J. (2013) Voleibol. Entrenamiento psicológico para la recepción y defensa de segunda línea. Conesa, España: Ushuaia Ediciones.

La falsa autoconfianza

La falsa autoconfianza es el estado contrario a la autoconfianza. Podemos detectarla cuando nos encontramos diciendo frases como: «seguro que ganamos», «este partido es muy fácil», «somos los mejores», «esos son malísimos», etc.

Esta falsa autoconfianza se da cuando realizamos un análisis nada realista, ni objetivo sobre la situación en la que nos encontramos.

Dicho análisis está basado en aquello que queremos y deseamos conseguir (ganar), y no en nuestras posibilidades reales de conseguirlo.

A veces, ante situaciones complicadas pecamos de falsa autoconfianza. Diciendo algo así como: «seguro que ganamos, somos los mejores, esos no nos pueden ganar».

Pero, ¿esta afirmación está hecha bajo lo que deseo que pase o bajo el análisis realista de mis capacidades y las del contrario?

La falsa autoconfianza es una actitud de apariencia donde escondemos una autoconfianza débil que no queremos mostrar. Ni a los demás, ni a nosotros mismos, engañando tanto a los otros como a nosotros. Muchas veces es inconsciente, ya que no nos permitimos tener opción a no sentirnos seguros dentro de la pista.

Puede parecer reconfortante mostrarse «seguro» ante los demás y no reflexionar sobre la realidad del partido. Pero esto solo te llevará al autoengaño, y te evitará descubrir el verdadero estado de tu autoconfianza débil. Lo que no te impedirá mejorarla, porque no sabrás su estado real.

Al generar este tipo de expectativas sin reflexión sobre lo que realmente podría ocurrir, caemos en expectativas demasiado altas. Cuando la realidad del partido nos sorprende alejándose de nuestras expectativas irrealistas se ve dañada nuestra autoconfianza. Y es normal, porque tú piensas que vas a hacer un buen partido; que el otro equipo es peor, pero al ver que no, te das cuenta de que quizás eso que pensabas no era cierto. Ahí empiezas a creer que no eres suficientemente bueno y tu autoconfianza y autoestima se debilitan.

Pero no es así, no quiere decir que tú seas malo, sino que tu análisis irreal había elevado tus expectativas. El problema no es tu calidad como deportista, sino tu sistema de expectativas y tu miedo a autoobservarte.

Para asegurarte de que estás libre de la falsa autoconfianza, hazle estás preguntas a tus expectativas:

  • ¿Es coherente tu pensamiento con lo que está haciendo tu equipo ahora mismo?
  • ¿Es coherente con tu estado de forma actual?
  • ¿Conoces lo suficiente al rival como para que esa idea se dé?
  • ¿Tus frases son para aparentar seguridad frente a tu equipo?
  • ¿O es una forma de querer huir de un análisis realista sobre lo que pasará?

En las publicaciones anteriores hablo sobre la autoconfianza y qué hacer para potenciarla. Si a menudo tienes comentarios de este tipo y crees que elevas las expectativas, las publicaciones pasadas van a ayudarte. Puedes encontrarlas en el apartado de estrategias psicológicas.

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Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L.

Acciones para potenciar tu autoconfianza

En VOLEIBOL

La semana pasada hablamos de la autoconfianza. Nos referíamos a ella como la sensación de sentir control ante una situación, en este caso un partido o entrenamiento.

A lo largo de este artículo quiero mostrarte alguna acciones que pueden ayudarte a potenciar tu confianza.

Estas acciones están encaminadas al voleibol, pero pueden adaptarse a otros deportes o la vida cotidiana.

La idea es realizar una serie de conductas que nos ayuden a generar y mantener seguridad en nosotros sea cual sea la acción.

Son cuatro ideas independientes, sin embargo usar las cuatro potenciarán aún más tu autoconfianza. Si quieres hacerlo por separado, cada una podrá ayudarte sin necesidad de las demás, pero su efectividad no será igual.

  • Visualizate. Imagina como quieres entrar a la pista, como quieres moverte en ella, como quieres sacar, recibir, atacar, colocar. Imagínate haciendo el partido de tu vida. Trata de hacerlo de la forma más real posible. Trae a tu mente el ruido, el olor, tus sensaciones, a tus compañeros… Haz un esfuerzo por imaginarte lo más nitidamente posible todo lo que hay a tu alrededor. No sólo pienses en ti de manera fugaz. Se trata de un trabajo consciente en el que vas a reproducir en tu mente la escena que luego quieres que ocurra. Por ello, deberás tener la mayor cantidad de información para que sea lo más similar posible a la realidad. Como consejo, haz esto tras un par de respiraciones profundas que te permitan estar en calma y de ahí con lo ojos cerrados comenzar a visualizar. Hazlo el día antes del partido o en las horas previas.
  • Elabora un autodialogo positivo. No es necesario que te hables bonito y te digas que eres el mejor y lo harás genial. No se trata de eso. Pero si de que tu conversación sea en tono positivo, que te permitas fallar y que no te autoculpes, castigues o te infravalores. Se realista y confia en ti. No empieces con un «no puedo», «no me sale», «soy malo». Antes de cada inicio de punto, permítete demostrarte que puedes hacerlo bien, date un voto de confianza. Si algún pensamiento negativo te llega, lo siguiente te ayudará.
  • Detén todo aquel pensamiento negativo especialmente en el saque. El saque se trata de esa acción que solo depende de ti. Si estás inseguro o incómodo, si sientes que la situación se te va de las manos, se notara en tu saque haciéndolo inestable. Por ello, antes de tener la bola en mano y escuchar el pitido del árbitro, detén cualquier pensamiento o sensación que pueda invadirte y hacerte dudar en ese momento (lo tienes explicado en la publicación detener el pensamiento). Respira, haz tu rutina/ritual y golpea la bola.
  • Anticípate a los obstáculos que puedas encontrarte. Párate a intuir (antes del partido) que momentos, acciones y sensaciones crees que puedan sacarte del partido. Los set contienen 25 puntos, y en ellos cada punto puede contar con muchas acciones rápidas que pueden sorprenderte, agobiarte, frustrarte y enfadarte. Adelantate a ellas y piensa que harás cuando aparezcan. Así serás más rápido y efectivo para cuando se den. Por ejemplo, si eres una persona muy impulsiva y tus fallos o los de tus compañeros te hacen enfadar, piensa que acciones podrían beneficiar al equipo tras ese fallo. Así cuando falles o fallen tendrás algo que hacer que ayudará al equipo y te sacará ese error de la mente.

Espero que puedan serte útiles algunas de estas acciones. Si es así estaré encantada de que me lo cuentes en los comentarios.

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Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

AUTOCONFIANZA (en el deporte)

Bandura (1977) hablaba de autoeficacia para hacer referencia a la seguridad de una persona sobre sus capacidades para realizar algo correctamente. Con el tiempo y como sinónimo se comenzó a usar, la conocida palabra autoconfianza. De la cual, vamos a estar hablando en este artículo.

José María Buceta (2020) se refiere a esta como la percepción de control del deportista sobre las diferentes situaciones. Es decir, la autoconfianza es la variable que nos va a permitir sentir control sobre un partido teniendo en cuenta nuestras habilidades y capacidades.

Para mi, la autoconfianza es como un ejercicio de honestidad con uno mismo sobre qué podemos o no hacer con eso que tenemos. Es decir, qué control puedo tener yo durante un partido, teniendo en cuenta aquellas cosas que se me dan bien o mal, y la calidad del contrario.

La sensación de control durante un partido no es decir que el partido será muy fácil y se ganará con los ojos cerrados. No. Tener control sobre un partido requiere tener seguridad y confianza en cada movimiento que se haga. Para ello tengo que conocer muy bien que habilidades técnicas tengo y cuáles son las que tengo que usar en ese partido.

Buceta (2020), definía este término de la siguiente manera. La autoconfianza es:

– Conocer las posibilidades propias y el qué hacer para que se den en el partido.

– Conocer las acciones necesarias para resolverlas las rachas malas y dificultades que se den.

– Tener la capacidad de anticipación sobre lo q que puede dificultar mi seguridad en el juego

Es decir, cuando hablo de autoconfianza, me refiero a un estado activo. Me explico, la propia confianza no solo se basa en creer, sino también en actuar sobre eso que se cree. Sólo sentir que puedo realizar un saque flotante, no me hará conseguirlo. Para hacerlo tengo que ponerme a ello y ser realista frente a las dificultades que aparezcan. Que confíe en que tengo habilidad no quiere decir que no vayan a existir obstáculos. Ser consciente de esos baches y planear como resolverlos, es tener autoconfianza. Esta no es una creencia ilusa sobre el que puedo hacer, sino una percepción de uno mismo realista y contextualizada.

Usándose de esta forma, la autoconfianza es uno de las mayores aliados del rendimiento deportivo. Para desarrollar un juego estable y eficiente necesitamos sentir control y seguridad durante el partido y para ello necesitamos de autoconfianza. Esta nos llevará a entender que hay cosas que no dependen de nosotros. Saberlo, nos da control para tolerarlas cuando se dén.

Al desarrollar un estado de autoconfianza el deportista genera soltura y fluidez en sus movimientos, tiene la mente en el juego y se siente resolutivo. Es decir, confía en sus propios recursos. De esta manera, forma un estado interno de fortaleza psicológica que supone el conocimiento de la dificultad del objetivo y las posibilidades reales de conseguirlo.

Del mismo modo esa autoconfianza activa previene de sorpresas en el juego, elimina situaciones muy estressantes y ayuda a poner foco en la resolución de la acción.

Directamente la autoconfianza potencia el rendimiento deportivo del jugador.

¿Cómo potenciar la autoconfianza? Te lo cuento en las próximas semanas

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Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L

Claves para una charla «pre-partido»

Las conocidas charla pre-partido son aquellas que da el entrenador en los momentos previos al comienzo del encuentro. Suelen hacerse una vez los jugadores están con la ropa de juego y aún permanecen en el vestuario, donde se da ésta.

Sería interesante que esta charla tocase estos puntos claves:

  • Recordar el trabajo de la semana y el enfoque que esta tenía
  • Hablar del estado de ese día del equipo. Expectativas, debilidades y fortalezas.
  • Analizar escuetamente al rival
  • Anticipar dificultades y qué hacer con estas
  • Establecer objetivos y tareas del partido
  • Función de cada jugador
  • Validación emocional
  • Potenciar autoconfianza y seguridad

En los momentos previos a un partido, la capacidad atencional es bastante limitada. Son momentos de nervios, presión, ganas de jugar, motivación, miedo…

En estos casos, mucha información extra será difícil de procesar. El entrenador deberá transmitir poca información, muy fácil de entender y específica.

Cuanto más concreta y familiar sea la información que se dé, mejor asimilación tendrá.

Principalmente yo basaría esa charla en:

  • Establecer los objetivos y tareas del equipo en ese encuentro. Debemos centrarnos en objetivos de realización, «qué hacer», no de finalización (ganar, perder). Es decir, enfocar el objetivo en las acciones de cada jugador. Estos objetivos y tareas deben ser realista y ajustados al estado actual del equipo en ese día. Tanto el entrenador como los jugadores tendrán que ajustar sus expectativas frente al partido. Puede haber bajas por lesión, ser un rival muy superior o inferior, hacer mucho frío o lluvia.
  • ¿Qué puedes esperar de tus jugadores? ¿Es realista eso? ¿Es asequible para ellos eso que planteas? ¿Las condiciones que hay permiten ese objetivo?
  • Anticiparse a las posibles dificultades que puedan aparecer a lo largo del partido.
  • ¿Cuál es vuestro punto débil? ¿Cuál es su fuerte? ¿Qué cosas podrían sorprenderos?
  • Decidir qué hacer cuando las dificultades aparezcan.
  • ¿Qué se hará en cada posible situación?¿Cómo se va gestionar cada racha mala? ¿Y la buena? ¿Qué hacer cuando la situación sea superior a lo trabajado?

La anticipación permite eliminar el factor sorpresa para los jugadores y el entrenador. Saber que es posible que algo ocurra te prepara para asimilarlo de mejor forma. Tener un plan para cuando ello pase te hará tener control y poder sobre la situación. Así podrás organizar mejor tu equipo frente a esos contratiempos.

Conocer esto hace que el entrenador pueda gestionar su enfado, irá y frustración frente a los jugadores; evitará enfados y gritos de parte de este; y mantendrá la calma, ya que sabrá cómo actuar.

En etapas de formación, un partido es un evento realmente estresante. No dominan el juego, sienten presión externa e interna, miedo y vergüenza. Es posible que el estado emocional sea bastante intenso e incómodo para ellos.

Validar y calmar estas sensaciones a la vez que recordar que fallarán, porque así se aprende, son apartados que yo personalmente trato de incluir siempre en momentos previos.

Por otro lado, un aspecto que considero realmente fundamental, es dejar clara la función de cada uno de los jugadores y acompañarla de un objetivo individual. Esto les enfocará en sus acciones, les hace responsables de ellas, les motiva a querer hacerlo bien y mantenerse en el juego apesar de los errores.

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Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Lesiones

Deporte y lesión van de la mano. Una lesiones no es solo un parón deportivo con una incomodidad física.

Una lesión supone mucho más que todo ello, y muchas veces, su impacto psicológico y emocional es mucho mayor que el físico. La lesión va a topar con la psicología del jugador, potenciar su sensibilidad y hacer trabajar su inteligencia emocional.

Lesionarme me hizo pensar. Percatarme de su impacto emocional en mi y como mis estados de ánimo iban fluctuando conforme pasaba el tiempo, me han hecho querer hablaros sobre este tema.

«Las fases de la lesión»

Elisabeth Külber-Ross, psiquiatra estadounidense experta sobre la muerte, descubrió que cuando sentimos una perdida pasamos por una serie de fases. Estas van desde su negación, a la aceptación de la realidad.

Al lesionarnos (ya sea una lesión leve o crónica) presenciamos una perdida. Me explico, cuando me lesiono pierdo algo que antes tenía, ya sea movilidad, condición física, tiempo completo de entrenamiento, la posibilidad de jugar los partidos y todo lo que conlleva ser deportista en plenas condiciones.

La lesión se convierte en un cambio inesperado, una situación de inactividad para una persona activa.

La idea de este articulo es poder ayudarte en la adaptación a ese cambio.

Külber-Ross, enumeró las fases que hay tras sentir una perdida. Son conocidas como la fase del duelo:

  • Negación
  • Ira
  • Negociación
  • Depresión
  • Aceptación

Te explico esto, porque lo que te propongo es asimilar una lesión teniendo en cuenta las fases del duelo. Quiero que te ayuden a asimilar los cambios emociones por los que podrías pasar. Conocer que existe un proceso te ayudará a ir con mayor tranquilidad sobre él. Ir superando cada fase te acercará a aceptar la realidad de tu lesión y centrarte en el qué hacer.

Por lo tanto, al lesionarte es posible que pases por estas fases:

  • Vas a negar la lesión, no vas querer verla y tratarás de jugar aun lesionado (negación).
  • Te vas a enfadar contigo, con la acción que hiciste o con quien lo ocasionó (ira).
  • Vas a echar de menos tus entrenamientos y el poder jugar. Vas darte cuenta que es muy posible que tardes en poder hacerlo y que tendrás que dedicarle tiempo y mucha paciencia para poder volver (negociación).
  • Te preguntarás por el sentido que tiene para ti jugar, porque te llena hacerlo. Sentirás nostalgia, tristeza, y quizás, decepción y/o frustración (depresión)
  • Comenzarás a dejar de quejarte e ir comprendiendo y adaptándote a tu nueva realidad (aceptación).

Me encantaría que entendieras que pasar estás fases es natural y necesario, incluso si tienes otro tipo de emoción o sentimiento. Es natural, es un cambio que supone un descoloque de lo que es tu día a día y tu mayor pasión.

La mejor forma de adaptarte a todo esto es pasar cada una de esas fases, es permitirte sentir cada emoción incómoda que te surja. Ten mucho cuidad con quién y cómo. No pagues tu enfado con alguien que no, o si tiene que ver con tu lesión. Sácalo de una forma más sana. Háblalo con alguien de confianza, escríbelo, o cualquier otra forma que te permita expresar lo que sientes.

Pero deja fluir esa emoción, si la evitas, te quedarás estancado en esa fase y no podrás continuar. Te quedarás maldiciendo y culpando a otro o a ti mismo por algo que posiblemente no dependiera totalmente de ti. Ocupate de lo que ahora tienes entre manos. Dedícate a tu recuperación, deja lo que ocurrió atrás y con calma y paciencia trabaja en estar en un mejor estado a la vuelta.

Soy consciente de que cada lesión es un mundo y cada contexto agrava o suaviza la situación, pero sea cual sea tus circunstancias, no te castigues. Tu estado físico y emocional van a cambiar, y eso forma parte del proceso. Cuanto antes lo asumas, antes podrás ponerte a trabajar en lo siguiente. Preparar tu vuelta al juego.

Eso si, va a ser muy complicado. La recaída o recaídas van a estar ahí. Pero eso lo dejamos para otra semana😏 .

Extra | Prevenir la lesión

Unas líneas más arriba te proponía una idea para asimilar emocionalmente la lesión. Ahora, quiero que tengas en cuenta el nivel de activación para prevenirlas.

  • Si la activación es baja (cansancio, mal descanso, desmotivación), el jugador se encuentra en un déficit de atención que no le permitirá identificar el riesgo real y su cuerpo no estará en condiciones para acciones más delicadas.
  • Si la activación es alta (exceso de motivación, mucha presión, estrés), la atención se estrecha, como si de una visión de túnel se tratase, le hará actuar de forma muy impulsiva, arriesgándose en acciones peligrosas.

Jugar con un nivel de activación óptimo te ayudará a prevenir lesiones. Tienes varias publicaciones, en el apartado de estrategias psicológicas, que te ayudarán a conseguirlo.

Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Cómo enfoco un partido

Hasta hace muy poco no le dedicaba mucho al planteamiento del partido, un poco más al de entrenamientos, pero no me estaba dando resultados. Trataba de plantearme un objetivo, pero no se cumplía. La mayoría de veces el objetivo no era medible, ni realista, ni tampoco lo suficientemente concreto como para saber que se está alcanzando. Quería hacerlo bien, por ello, modifiqué dicho planteamiento.

Establecer un objetivo para cada entrenamiento es muy potente, aunque hay que saber hacerlo bien, no solo vale establecerlo y ya. Hay dos cosas que tenemos que tener en cuenta como entrenadores a la hora de marcar objetivos para el equipo.

  • El resultado no depende solo de mi. Depende de mi proporcionar recursos, dar información, evaluar y mostrar resultados. Somos quién arregla el camino por el que el deportista pasará, pero nosotros no podemos hacerlo por ellas.
  • Las jugadoras deben conocer el objetivo. Ellas deben saber para qué están trabajando, así podrán enfocarse en ello. Aumentará su interés y querrán saber si lo están consiguiendo.

La importancia de establecer una meta la tenemos clara el cómo creo que no tanto.

La semana pasada hablábamos de como afectaba el nivel de activación a la atención y como un mayor número de estímulos (situaciones y emociones) a los que atender disminuía la capacidad atencional. Pues del mismo modo pasa si cargamos la mente de objetivos y tareas.

La mente del jugador, sobre todo del inexperto, tiende a tener un enfoque interno (pienso en qué y cómo tengo que moverme). Me explico, aun no conocen la técnica correcta, la táctica, los movimientos adecuados y carecen de una buena interpretación del juego.

Durante el trascurso del partido, habrá nervios, presión, vergüenza, culpa, alegría, frustración, decepción. Es mucha información que tiene que estar procesando el sistema atencional y emocional. Todo esto no solo va afecta a mi concentración sino también a mi nivel de activación y mi tiempo de reacción frente a la bola y el oponente.

Si además añadimos constantemente tareas complejas que supongan tener que memorizar y comprender, estamos aumentando la cantidad de información que tratar.

Todo esto dentro de un deporte se convierte en un gran hándicap para poder desarrollar un óptimo desarrollo deportivo.

Como entrenadora novata, me ocurría como a ellas, tenía tanto a qué atender, que se me olvidaba el fin de la tarea. Decidí proponerme el reto de mantener el objetivo y la tarea en mente durante los entrenamientos y partidos. Ahí deducí que, o era algo muy sencillo y muy concreto o se me olvidaría poder trasmitirlo, medirlo y darles un feedback.

Por lo tanto, la idea que quiero compartir es: hacer que los jugadores tengan un enfoque más externo para poder centrarse en el juego (y no tanto internamente, que vuelve lento el movimiento) y a su vez algo que les permita mantener la concretración y motivación en la tarea externa.

Nuestra información como entrenadores siempre debe ser clara, breve y simple.

Por ello, ahora trabajo de la siguiente forma (hasta ahora me dio mejores resultados):

  • Establezco un objetivo. Muy concreto y medible (ej: conseguir un 18% en ataque en el primer set)
  • Propongo una(s) tarea(s). Algo sencillo, fácil de recordar, (ej: bolas altas a los laterales, sino a zona 6)
  • Marco un reto. Algo que aun no se ha conseguido, supone mayor esfuerzo y atención (ej: mantener la intensidad en el tercer set aún con un 0-2 abajo)
  • Doy feedback sobre lo que ocurrió. Debe serlo más objetivo posible, lo mejor, que lleve datos.

En resumen, el objetivo es eso a donde queremos llegar; la tarea es el qué tenemos que hacer para llegar y el reto es ese extra que va ayudarnos a mantener la motivación para el sitio al que queremos llegar.

Este sistema me ha permitido mantener en mente que quería estar trasmitiendo y recordando a mis jugadoras. Y por otro lado, ellas tenían información fácil de recordar y sencilla sobre que hacer, que no les supone un extra para el sistema atencional, y les ayuda al motivacional.

A menudo tengo la necesidad de trabajar muchas cosas a la vez, y se me olvida que con tanta información, lo que hago es no trabajar nada. He podido comprobar como con ideas sencillas es mucho más fácil que aprendan y estén atentas. Una vez consolidado eso, se puede trabajando cosas más complejas de forma más rápida.

Una vez que la idea se entendió, añadir matices es mucho más fácil.

Por último, de nada sirve un objetivo sino se va a medir, ni se va a dar feedback sobre que se hizo. Será como estar trabajando par nada, porque no conoces que avance hay sobre ello.

Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Las consecuencias de la alta activación

En la publicación de hace unas semanas hablamos sobre el nivel de activación. Nos referíamos a él como esa respuesta corporal y mental en la que el sistema nervioso central forma parte. En ese post (podéis encontrarlo en el apartado de estrategias psicológicas) comentaba que existía un punto intermedio de activación que era el que nos daba el mayor rendimiento y enfoque deportivo, si estábamos por encima o por debajo nuestro rendimiento decaía.

Hoy quiero entrar en profundidad sobre lo que ocurre cuando tenemos una alta activación y como afecta a nuestro desarrollo deportivo. Dicho de otra manera, qué ocurre cuando estamos muy agobiados dentro del campo y nos es imposible centrarnos en jugar bien.

Antes de nada, quiero definir dos conceptos que nos servirán de ayuda: atención y concentración. La concentración es la capacidad de dirigir y mantener el foco atencional en el estimulo que la tarea necesita (Díaz, 2013); y la atención es ese estado que nos permite estar alerta frente lo que ocurre fuera (Buceta, 2020).

¿Qué relación tiene todo esto? Te lo cuento.

Si me agobio no me concentro

«El buen funcionamiento atencional coincide con el nivel de activación óptimo» (Buceta, 2020) por lo que, mantener el estado óptimo de activación nos ayuda a tener la atención en el movimiento del balón y anticipar la acción de los atacantes.

Cuando estamos ante una situación de estrés o ansiedad en el campo, tenemos mucha información. Me explico, si yo acabo de fallar, a parte de seguir atento al juego, tengo que estar atento a mis movimientos, porque no quiero volver a equivocarme. Esto en sí, desarrollará pensamientos insistentes sobre que ha pasado y tengo qué hacer.

Es más, puede que tenga que estar debatiendo con mis compañeros u entrenador sobre lo que acaba de pasar. O peor aún, tener que aguantar reproches, críticas y culpas. Todo esto aumenta mi activación cognitiva, mi mente va estar llena de pensamientos, ya que ahora tengo que atender a muchos más estímulos. Nuestra atención tiene un límite y ahí está el problema. Si se carga de otros estímulo no relevantes del juego, no podré atender a este, por lo que mi concentración dentro del partido será casi nula.

Esta situación, no solo puede afectar a una activación mental, sino que también corporal. Puede ser que mi cuerpo ahora se tensionado, debido a la situación de estrés y miedo a fallar. Me moveré lento y torpe cuando vaya a por la bola.

Uniendo todo esto con la frase del principio, parece lógico que si tengo una mayor activación desencadena una mayor cantidad de información que procesar, por lo que mi atención se verá disminuida. Así que, todo exceso de información perjudicará mi concentración en el juego y el jugar bien.

¿Cómo volver a concentrarme cuando me agobio?

En mitad de un partido

Aunque el juego sea muy rápido siempre existen momentos de baja intensidad que debemos aprovechar para autoregularnos.

En el voleibol, en mitad de un punto (alta intensidad), uno no puede pararse a gestionar que piensa o siente. Pero si puede hacerlo en momentos de baja intensidad. Dicho de otra forma, esos momentos en los que se cambia de complejo, en el trayecto hacia el saque y en los momentos donde se espera la recepción (KI) o cuando nuestro sacador va a efectuar el saque (KII), conocidos como sub-periodos de espera (Díaz, 2017). Estos momentos en los que no tengo que estar centrado en el juego, pueden ayudarme a volver a centrarme.

La idea es que en ese espacio de intensidad menor de juego, tú bajes tu intensidad mental, para que puedas enfocarte de nuevo en el partido. Para ello:

  • Detén el pensamiento. Busca una palabra que pare eso que estas pensando (en el apartado de Estrategias Psicológicas encontrarás como hacerlo).
  • Da una respiración profunda, para que oxigene el cerebro.
  • Mientras exhalas, repitete una frase que te de calma, fuerza y ánimo
  • Pon tus ojos en la bola y centrate en el movimiento de esta.

Además, es muy importante que cuides tu lenguaje no verbal. Controla las malas caras, los resoplidos, los aspavientos, o cualquier otro gesto o expresión que denote agobio. Le estás dando mucha información al contrario. Si el contrario sabe que estás agobiado, serás su diana. Eso te debilitará mucho más.

Por último, no te permitas el autocastigo ni la autoculpa.

¿Cómo ayudar a un compañero agobiado?

Si el que está agobiado es tu compañero, ayúdale a bajar su intensidad mental.

  • No le recuerdes el fallo.
  • No le reproches, ni le critiques.
  • No pongas malas caras, ni hagas aspavientos.
  • Dile algo que le calme (un «cálmate» no calma)
  • Recuérdale que sabe hacerlo bien.
  • Hazle saber que confías en él.
  • Y si necesita alguna corrección, hazla con tacto, cuida el tono y la expresión facial.

Por lo tanto, tienes como tarea, buscar una palabra que te permita detener tu pensamiento y elaborar un manta que te calme, te de fuerzas y te concentre. Y por último, actúa con tus compañeros como te gustaría que actuaran contigo cuando no lo haces bien.

Esta serie de estrategias son efectivas si se dominan y se trabajan primeramente fuera del entorno deportivo. Una vez que se dominan prúebalas durante la semana e instaurala en los partidos.

Envíame un mensaje por IG: @mardurannn o a lacatalizadoradeportiva@gmail.com si quieres que te ayude a entrenar esta y otra serie de estrategias durante el juego.

Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene 😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Referencias:

Díaz, J. (2013) Voleibol. Entrenamiento psicológico para la recepción y defensa de segunda línea. Conesa, España: Ushuaia Ediciones.

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L.

Establecer objetivos para 2023

Antes de todo, me gustaría definir que sería un objetivo. Un objetivo es una meta, algo que se quiere conseguir. Supone un reto no exageradamente exigente, pero si lo suficientemente desafiante como para impulsarte a querer alcanzarlo.

La misión de esta publicación es muy simple: mostrarte porqué puede ayudarte establecer objetivos y aprender a hacerlo. Quiero plasmarlo de forma sencilla, por lo que trataré de ser muy concreta y directa.

En estas líneas me centraré en el ámbito deportivo, pero su utilidad y método sirven para cualquier disciplina como la vida personal, educativa o profesional.

¿Por qué establecer objetivos deportivos?

Establecer tu objetivo deportivo te va a beneficiar porque:

  • Da una dirección y enfoque. A menudo vamos a entrenar sin algo en mente, solo con la motivación de mejorar. Pero mejorar ¿el qué? Poner foco en algún matiz tanto de aprendizaje como de mejora técnica/táctica va ayudarte a concentrarte en ese aspecto con mayor enfoque. Es decir, te va a permitir estar caminando hacia un sitio que quieres conseguir, y no estar entrenando por entrenar.
  • Genera responsabilidad individual. Si te comprometes a alcanzar una determinada marca sabes que cada acción tendrá sus consecuencias en ello, por lo que querrás hacerlo bien y comprometerte con tus comportamientos. Te obligará a ser consecuente y dueño de cada paso que des.
  • Potencia la motivación. Si el objetivo está bien establecido, este será combustible para ti. Tus habilidades deben estar equilibradas con el reto marcado, si es así, querrás trabajar para conseguir eso que deseas. Tener un objetivo te ayudará a seguir cuando las cosas vayan mal, frente a una derrota o una lesión. Si el objetivo tiene realmente relevancia para ti, tu motivación intrínseca será tu gasolina diaria para mejorar.
  • Permite el progreso. Un objetivo bien marcado a corto plazo te hará ver que estás trabajando y consiguiendo aquello que quieres. Te hará sentir competente y capaz. Ir alcanzando pequeñas metas te hará aumentar tus habilidades deportivas, por lo que el reto tendrá que aumentarse con estas. Eso te permitirá progresar y avanzar como deportista.

Tipos de objetivos

Para establecer objetivos, tenemos que tener algunas cosas en cuenta. Existe varios tipos de objetivos.

En primer lugar, vamos a diferenciar los objetivos a corto, medio y largo plazo. Estos varían según a la distancia que se encuentre su fecha de cumplimiento. Pudiendo elaborar objetivos a largo plazo que contengan también a medio y corto otros más pequeños para que nos permitan ver la evolución y progreso.

En segundo lugar, dejando a un lado el aspecto temporal, nos adentramos en el contenido. Tenemos dos tipos:

  • Objetivos de realización/proceso. Son los que tiene que ver con la conducta, lo que hacemos o podemos hacer. Por lo tanto, estos objetivos estarán destinados a las cosas que podemos hacer como deportista para conseguir un fin.
  • Objetivos de resultado. Son los que tienen que ver con la consecuencia, con lo que se quiere conseguir. Estos ayudarán a potenciar nuestra motivación. Serán el cúmulo de muchos otros objetivos de realización.

Nuestro foco debería estar en los objetivos de realización, en esas cosas que podemos hacer. Estar todo el rato pensado en el resultado es contraproducente. Lo que hacemos nos permitirá llegar a donde queremos.

Marcate un objetivo y trabaja en él, el resultado vendrá mucho antes de lo que esperas.

¿Cómo establecerlos?

A la hora de establecer objetivos existen numerosos métodos y siglas que pueden ayudarte a conseguirlo de forma más rápida. Te traigo una de las más conocidas y usada. Se dice que un objetivo debe ser SMART (inteligente en inglés) para ser alcanzado. Cada letras esconde un aspecto esencial que debe cumplir tu objetivo para que puedas conseguirlo.

  • Specific/eSpecífico. Tu objetivo debe ser algo concreto. Para saber si lo es, debes responder a estas preguntas: ¿qué quieres conseguir?¿Quién lo tiene que conseguir?¿Cómo sabrás que lo conseguiste?
  • Measurable/Medible. Tiene que ser cuantificable, ¿cuanto/cuantos días, acciones, repeticiones? Tiene que llevar números para que pueda ser medible objetivamente.
  • Achievable/Alcanzable. Debe ser realista, no debe abrumarnos, si tampoco aburrirnos. Para esto tienes que tener en cuenta tus destrezas y recursos deportivos actuales. Para hacerlo alcanzable responde a: ¿cómo puedes lograr el reto planteado?,¿cuánto de posible es alcanzarlo?
  • Relevant/Relevante. El objetivo tiene que tener una importancia para ti, vas a dedicarle mucho tiempo, tiene que suponer algo que te mueva por dentro. ¿Para qué?¿Por qué?¿Que grado de importancia tiene?¿Realmente quieres plantearte eso ahora?, son preguntas que te ayudarán a saber si ese reto realmente merece tu esfuerzo en este momento.
  • Time Bassed/Limite de tiempo. Debe cumplir un plazo, tu objetivo tiene que tener un final. Esto te ayudará a saber si llegado a ese momento, lo cumpliste. Sin esto, no te pondrás «manos a la obra». ¿Para cuándo? Fija una fecha y hora, como si de una entrega de un trabajo se tratase.

Ve poco a poco, no te establezcas muchos. Cuanto más frentes tengas abiertos, más complicado será trabajar en cada uno de ellos.

Te muestro un objetivo para final de temporada y sus objetivos intermedios de una jugadora de voleibol.

  • Objetivo a largo plazo, de resultado. Ser la sacadara más regular de mi competición (15 de junio).
  • Objetivo a corto plazo, de realización. Mejorar técnicamente. Sacar cada día 10 veces.
  • Objetivo a medio plazo, de realización. Hacer 10 saques seguidos dentro en potencia y con buena técnica.

Conforme vayan pasando los días y el objetivo se vaya cumpliendo, este debe que ir modificándose. Un objetivo será motivante siempre y cuando nuestras habilidades y desafíos estén equilibradas. Si es muy simple nos aburriremos, si es muy difícil, lo dejaremos.

Y recuerda, de nada sirve tanto objetivo sin un plan de acción.

  • ¿Cuál va a ser tu primer paso?
  • ¿Qué obstáculos y dificultades puedes encontrarte?
  • ¿Qué habilidades y recursos tienes para resolverlo?
  • ¿Qué vas a hacer y cuando lo vas a hacer?

Por último, Toni Nadal siempre decía que la incomodidad nos hace mejores. Si ves que el objetivo es muy ambiciosos, no lo modifiques, modifica tus acciones. Cambia el sistema, el método, pero no bajes la meta. Esa incomodidad sacará muchas cosas buenas de ti.

He creado un documento práctico en el que te ayudo a establecer tus objetivos, volverlos SMART y crear tu plan de acción para cada uno de ellos.

Envíame un mensaje a: lacatalizadoradeportiva@gmail.com y te lo haré llegar. También puedes encontrarme en Instagram: @mardurannn

Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva