
Parece que te estoy enviando directamente al banquillo sin conocerte, pero no.
¿Soy titular, este post va para mi, Mar?
Sí, porque aunque seas titular, en algún momento pisarás el banquillo. Sin embargo, voy a concretarte para quién va, concretamente:
- Para centrales y líberos que continuamente paran su juego para venir al banquillo.
- Para todo suplente que comienza en el banquillo.
- Para el titular que necesita salir un rato para desbloquearse.
- Para el doble cambio que necesita coger nuevas ideas y calma.
- Y para todo entrenador que quiera conocer como ayudar a su jugador.
Además, lo que te cuento aquí no solo te servirá si estás en el banquillo, sino también para los momentos previos a llegar al pabellón, mientras te cambias en el vestuario o en el mismo calentamiento.
Porque controlar tu estrés durante la ronda de ataque, ya sabes hacerlo.
¿Cómo que ya sé hacerlo?
Sí, la semana pasada ya te hablé de ello, y te di un PsicoTruco para cambiar tus pensamientos negativos. Por cierto, ¿lo usaste en tu partido del fin de semana?🫣
¿Qué veremos hoy, entonces?
Cómo vas a gestionar la actividad cognitiva (rumiación) que generas mientras estás en el banquillo, para que cuando entres a jugar no cometas errores porque tu concentración y atención están en tus pensamientos.
¿Y habrá PsicoTruco para poner esto en práctica?
Sí, al final de toda la explicación, en el PsicoTruco te explicaré paso a paso como usar todo lo que anteriormente te conté.
¡¡¡Mar, deja ya la introducción, vamos al grano!!!
Tus deseos son órdenes, vamos allá😏
Estar en el banquillo
Como te he dicho más arriba, por el banquillo acabamos pasando todos, seas o no seas titular, cualquier jugador en un momento determinado, se encontrará siendo espectador de su propio partido.
Sabes que formo parte de un Primera Nacional, donde soy la segunda entrenadora. Por mi función, no se me permite levantarme de la silla, y estoy permanentemente en el banquillo.
Eso me ha permitido descubrir muchas cosas sobre el jugador que sale de la pista.
Para empezar, cada tres rotaciones tengo si o sí a una jugadora diferente, la central lejana, cercana o la líbero.
Como supondrás, cada vez que se sale, el estado emocional, atencional y cognitivo es diferente.
Me llegan jugadoras agobiadas por el error que acaban de cometer, felices por lo bien que lo hicieron, culpables por no hacer bien su función, desesperadas por fallar por quinta vez un saque, nerviosas por no gestionar la activación propia de una defensa extenuante y la inseguridad y duda de qué pasará la próxima vez que entre.
¿Mar, cómo es posible que haya tanto escenarios diferentes?
Te lo cuento más abajo jiji.
¿Y los que están en el banquillo y no salieron ni siquiera?
Ahí es donde está realmente la parte que me preocupa, como psicóloga y entrenadora.
Si estás en el banquillo, a no ser que sea por una lesión o el tema que ya comentamos, estarás porque tu rendimiento es menor que el de las compañeras que están jugando.
Esto ya tiene una gran carga emocional y cognitiva en la persona. El simple hecho de estar en el banquillo genera en el jugador algo que no lo generaría el estar en la pista.
¿Y qué se genera, Mar?
Sigue leyendo, te lo cuento en «Lo que ocurre mientras estoy en el banquillo».
Lo que ocurre mientras estoy en el banquillo
Vamos a dividir este apartado en: centrales y líberos que salen «obligatoriamente» y suplentes están ahí.
Para los reemplazos de central y líbero:
El estado con el que el jugador sale de pista y se incorpora al banquillo va directamente relacionado con la acción que se acaba de hacer.
Y no, no tengo un estudio que respalde esto, solo es mi análisis e interpretación junto a todo mi conocimiento y el día a día inmersa en el juego, que no quiere decir que sea cierto, es más me gustaría que me pusieras en duda, pero créeme que te hablo desde la honestidad y la experiencia propia.
Lo dicho, la acción final que acabas de hacer es la que está más viva en tu recuerdo cuando vienes al banquillo. Y según sea esta, tu estancia en el banquillo será mas o menos agradable.
Imagínate que la central viene tras fallar un saque, da igual cuantos bloqueos y puntos de ataque haya hecho, lo más seguro es que se sienta frustrada, cabreada y esté culpándose por ese error.
Es más, puede ser que ni se acuerde de todo lo bueno que hizo durante las rotaciones delanteras.
Con esa sensación tras fallar un saque, el central permanece un buen tiempo en el banquillo.
¿Qué habrá en su cabeza durante ese momento?¿Aumentará su confianza en sí misma o entrará en un bucle en el que repetirá el error?
Depende. Depende del jugador y del error.
Si es verdad, que he visto como el estar en el banquillo tras un error puede generar que durante ese periodo de tiempo se desarrolle una inseguridad enorme en el propio juego bajando la autoconfianza del jugador, su concentración en el juego y su estado de ánimo, desarrollando tristeza, enfado, dudas e inseguridad.
Si no sabemos gestionar tus pensamientos, la rumiación negativa mientras te encuentras en el banquillo puede hacerte jugar muy mal cuando te toque entrar.
Y esto mismo mismo puede pasarle a aquellos jugadores que desde el inicio están en el banquillo.
Mar me dijiste que me responderías ¿Qué genera el simple hecho de estar en el banquillo?
Pues a muchos jugadores, no a todos, puede generarle una enorme desconfianza en sí mismo.
Si eres una persona que da mucho alimento a pensamientos negativos, haciéndolos dar vueltas en su cabeza, mientras tus compañeras juegan, tu no estás en el partido.
Sino que estás en el diálogo interno repitiéndote que estás en el banquillo porque no eres buena, que no eres suficiente, que el resto son mejores, que nunca estarás a la altura de una titular, y mil pensamientos intrusivos más que irán rondando tu cabeza mientras el partido transcurre.
¿Y Mar, cómo hago entonces para poder sacarle partido al banquillo? Por qué que en algún momento me tocará estar y no quiero cometer errores al entrar…
El PsicoTruco te da la respuesta😉
El PsicoTruco para no cometer errores al entrar del banquillo
Ya te comenté la semana pasada que los pensamientos intrusivo son inconscientes, aparecen sin más y sino los detectas, se preparan un sitio calentito en tu mente y se instalan durante todo el partido, con suerte, algunos te acompañarán más rato.
Si aun no sabes identificar tus pensamientos, que es muy posible, lo que te propongo te ayudará:
- Acepta que estás en el banquillo. Acepta el rol que te toca, quizás otro día saldrás tú o quizás aun te quede mucho, pero lo primero que debes hacer es aceptar esa posición. Eso te permitirá ser consciente de tu estado siendo honesto contigo y trabajando más la semana siguiente. Si aceptas tu rol, y estableces un objetivo real a esa función, salir o no, no te hará sentir mal contigo mismo.
- Acepta el error, si vienes de fallar un saque, rece o defensa, lo primero que debes asumir es que hay algo de eso que se hizo que no fue correcto. Acéptalo sin juicio, no te culpes. Las cosas son, y en el juego es inevitable que salgan mal de vez en cuando. No le des más vuelta, piensa si hay algo que puedes hacer mejor a nivel técnico o táctico y desecha ese error sino va a hacerte mejor en la siguiente acción.
- Focalízate en algo externo, todo lo que sea un foco interno te hará mal, en este caso. Darle vuelta al error o a tus malos entrenamientos que hiciste, solo te harán ser un hamster dando vueltas en una rueda de la que no vas a salir. Tus jugadoras están jugando, tu estás fuera, pero eres parte de eso. Ánima, comunica, ayuda en la toma de decisiones, grita las victorias, ríete, canta, céntrate en lo externo, analizando el juego y al rival para cuando entres, pero deja de darle vueltas a un pensamiento que solo te hará revivir una sensación desagradable continuamente.
- Prepárate para cuando entres, a nivel conductual y emocional. Permanece tranquila, pero activa, no te dejes enfriar. Mira como actúa el contrario, donde están atacando, qué bloquean, qué huecos tienen en la defensa, que receptora es la más floja. Arma tu propio plan de juego mientras estás en el banquillo. Háblate bien sobre como lo harás si entras, repítete que quieres hacer y genera buenas sensaciones en ti y tu juego para que cuando juegues, la confianza y seguridad en ti se palpe con tu presencia.
Acuérdate, como nos decía José Sánchez en el post anterior, construimos como nos sentimos. En el banquillo estamos generando como actuaremos y como nos sentiremos durante partido.
Mar, con esto ya tendré para jugar bien al entrar ¿no?
Podría ser, pero creo que el post de la semana que siguiente de viene como anillo al dedo: «Tengo que demostrar» | Supera el miedo al fallo cuando te colocan.
Te veo en una semana.
¿Qué haré sin ti una semana, Mar?
Yo también me lo pregunto.
Pero no te preocupes. Por Instagram (@mardurannn) voy a estar subiendo contenido esta semana sobre este tema, así que puedes verme por allí.
Tu post de cada lunes,
hasta la semana que viene😉
Mar Durán 🏐 Psicóloga del Voleibol