
Mitad del tercer set.
Los dos anteriores los habéis ganado.
Pero este, aunque empezasteis bien, vais perdiendo 6 puntos abajo.
De repente, el clima del equipo se ha vuelto hostil, turbio y las caras largas llegan hasta el suelo.
El entrenador no entiende nada, antes el juego iba bien, pero ahora, es como si no supieran jugar.
El entrenador no lo sabe porque pasó sin que el se diera cuenta.
Tiene que ver con el equipo, con lo que se han dicho unas a otras en el cambio de campo.
Resulta, que la de seis no cogió aquel free que iba largo. La colocadora, y la opuesta le han reprochado con la mirada acompañada de una de subida del labio que no duró ni un segundo.
La receptora de seis, asume su error internamente, aunque no lo verbaliza. No obstante, le ha quedado marcada la reacción de sus compañeras en la mente.
Y no solo será esa reacción la que se le quedará.
Unas bolas más adelante, la colocadora le pondrá una bola pasada de varilla a la cual, la receptora, aunque lo intentó, no puedo salvar.
La colocadora y la opuesta volvieron a juntarse un segundo para hablar. Lo hacían mientras la miraban a ella. No supo entender que se decía, pero les notaba enfadadas, imitando el gesto con el que ella trato de salvar la bola.
No le han dicho nada, pero esos gestos han hecho que haya una separación de kilómetros entre ellas aun estando a menos de un metro.
Esta receptora es la máxima anotadora del equipo, la cual, si está enchufada, ella sola se podría hacer el partido. Pero hoy no es su día. No lo está siendo ahora, mejor dicho.
De repente todo lo que toca va fuera o a la red.
Esto, de una u otra forma ha hecho que la precisión de la colocadora descienda, generando así, un descontrol en la colación y errores no forzados en el ataque.
La defensa no funcionó. Rece tampoco.
Empiezan los reproches verbales, las malas caras exageradas y los resoplidos acompañados de aspavientos.
Se perdió ese set.
El siguiente, también.
Y el siguiente.
Se perdió el partido.
El entrenador no entiende nada, y las chicas se van odiándose así mismas y al resto del equipo.
«Así no se puede trabajar».
Los 5 errores que te hacen perder partidos:
Tras esta historia, no real, pero muy real a la vez, voy a contarte los errores más típicos que aprecio en esta y situaciones parecidas. Y que como ves, hacen que el rendimiento del equipo caiga empicado.
Al final, en el PsicoTruco te cuento como EVITAR que sigas cometiendo estos errores.
Error 1: Reprochar con la mirada
No le dijeron nada, cierto.
Pero no les hizo falta. Muchas veces nos duele más eso que no nos dicen que lo que si nos dicen. Esa mirada con ese gesto de asco hace que quien lo recibe directamente se sienta rechazada por el resto. Es algo que automáticamente desconcierta e incomoda a la otra.
Por eso se hace, de forma inconsciente, pero se hace por eso mismo.
Las miradas matan.
Cuida las tuyas.
La gente es muy expresiva y debe saber modular eso si quiere estar dentro de un equipo que gane y en el que pueda sentirse medianamente cómoda.
Error 2: Hablar mal de una compañera a sus espaldas
En este ejemplo vemos como cuchichean algo de la otra compañera frente a ella. Pero no solo lo veo dentro del juego, sino que fuera de éste, al inicio y al final.
Los subgrupos se juntan para criticar la actuación de una de las compañeras para así retroalimentarse sobre lo que opinan.
Nunca verás que una critica a otra delante de alguien que le llevará la contraria. Cuando hablamos mal de alguien necesitamos que el otro nos confirme eso que pensamos.
Ni que decir tiene, el daño que hace esto dentro de un equipo.
Es directamente todo lo contrario a lo que encontrarás en literatura científica sobre grupos y comunicación.
Y como sabes, esto jamás resuelve los problemas, sino más bien, los agranda y distancia a las jugadoras generando odio entre los diferentes subgrupos.
Error 3: No reparar el vínculo tras el fallo
O repararlo mal.
Cuando una compañera falla, no siempre necesita el ánimo de la otra. Hay gente que es capaz de autogestionarse sola.
Eso si, lo que no necesitan pero se encuentran son las malas caras.
Si tu compañera falló y por alguna razón tu no quieres mostrarle tu ánimo o cariño, no lo hagas.
Pero tampoco muestres la expresión contraria.
Ya te lo he comentado por aquí alguna vez, sino tienes nada bueno que decir o expresar: NO DIGAS NADA, permanece callada.
Aun así, siempre aconsejo que tras el error, las compañeras deben seguir mostrando confianza y amor a esa jugadora. No es necesario que le digas algo del error.
Pero si es muy beneficio que le recuerdes a la que falló que sigues confiando en ella. No solo se lo digas, demuéstraselo, dándole oportunidades y estando cerca de ella.
Error 4: Guardarse lo que duele y desconectarse del equipo
Es tan silencioso este error, que parece que nunca está, pero mira por donde, es el que nunca falla.
Te lo dije la semana pasada, uno de los mayores errores que cometemos como equipo y personas dentro de una sociedad, es callarnos las cosas.
Por experiencia propia, nunca sale bien.
La idea principal es callar lo que siento para no generar un conflicto, pero es que el conflicto será mucho mayor si esa cosas pequeña no se resuelve.
No es lo mismo ir tratando un problema de uno en uno, que 20 a la vez.
Además del perjuicio que hace que las jugadoras se callen lo que pasa, es que esto les aleja del equipo.
¿Por qué?
Porque están molesta con este, pero como no quieren hablarlo, no están cómodas con la cercanía. Sino que lo que quiere es alejarse para que se le olvide.
Spoiler, nunca se le olvida.
Error 5: Dejar que el conflicto emocional afecte al juego
Y por último, una de las más importantes para mi.
Esta es la más invisible de todas. Porque no tiene que ver tanto con el resto, sino conmigo misma. El problema es que ese conflicto interno generado por el bucle negativo que no sé gestionar, acaba haciendo que mi rendimiento y el de mi equipo baje.
Sobre esto, será el post de la semana que viene: cómo eso que me bloque a mi, bloquea también a mi equipo.
Consecuencias de estos errores
Siempre que hablamos de relación entren compañeros debemos hablar de la cohesión. Esta es definida por Carron et al., (1998) que está citada por Castillo y Álvarez (2023) como «un proceso dinámico que se refleja en la tendencia de un grupo de permanecer juntos y mantenerse unidos en la búsqueda de objetivos instrumentales o por la satisfacción de necesidades efectivas de sus miembros».
En español, es cuando un grupo quiere estar junto, no solo porque tenga que lograr un objetivo, sino porque de verdad se siente bien estando unido.
Si subimos al ejemplo de arriba, ¿dirías que ese equipo quiere estar junto? ¿se siente unido?
Tenemos muy poca información, pero si eso se repite a menudo, no es un equipo cohesionado.
Y quizás pienses que da igual que el equipo esté o no cohesionado. Pero eso es porque no sabes el efecto que tiene ésta dentro del rendimiento del equipo.
Antes de contártelo, decirte que la cohesión tiene dos grandes enfoques, la cohesión social (se basa en el desarrollo y mantenimiento de las relaciones sociales) y la cohesión a la tarea (relacionada con la actividad y el objetivo común del grupo).
Castillo y Álvarez (2023) sacan la siguiente información de tres metaanálisis en los que se descubre lo siguiente.
En el primero Mullen y Copper (1994) concluyeron que los aspectos de la cohesión a la tarea son los que se relacionan en mayor medida con el rendimiento. Carron et al., (2002) tras examinar 46 estudios que relacionaban la cohesión y el rendimiento informaron que tanto la cohesión a la tarea como la social tienen relación con el rendimiento. Y por otro lado, contrario a éste último Fihlo et al., (2014) encontraron que correlacionaba mayor efecto la cohesión de tarea con el rendimiento. Es decir, daba mayor victorias un enfoque que tenía que ver con la tarea y el objetivo del grupo.
Y entonces, ¿si yo tengo una buena cohesión, voy a tener buenos resultados?
Si solo nos quedaramos con esta información, sí. Pero a esto hay que añadirle un estudio de Rivio et al., (2009) donde vieron como la alta cohesión hizo que en el grupo se diese conformidad grupal, polarización del grupo y pensamiento grupal que descendió el rendimiento del equipo.
Es decir, un equipo debe estar unido y sentirse unido. Pero si este tiene tanta confianza y se lleva muy muy bien, quizás descontrole todo el trabajo y sea una pachanga entre amigos.
Para ello, como algunos estudios marcan, da buena relación con el rendimiento, tener una meta clara en común.
No obstante, viendo que es importante la cohesión y la cantidad de errores que cometemos que la evitan te traigo el PsicoTruco y el PsicoTruco Premium (solo pueden acceder los de la comunidad) para que empieces a ganar y llevarte bien, pero sin pasarte, con tu equipo.
EL PsicoTruco para llevarte bien con tus compañeras y ganar
La buena cohesión se basa en evitar los errores que más arriba mencionamos. Si estos están es más complicado que exista una buena cohesión, ya sea de tarea o social.
Pero para ello, te muestro como reducir esos 5 errores:
Error 1 – Reprochar con la mirada
Cuando una compañera falle, entrena tu gesto neutro o empático. Si no puedes animar, al menos no señales con la cara que estás molesta.
Respira y mantén tu lenguaje no verbal abierto. No sumes tensión, bájala.
Error 2 – Hablar a espaldas de una compañera
Si tienes algo que decir, dilo a quien corresponde y desde el respeto.
Y si no es para ayudar o mejorar, no lo digas.
Si hay algo que no te gustó de una compañera dile al final del entrenamiento: «¿te importa que hablemos a sola un segundo?
Error 3 – No reparar el vínculo tras el fallo
Después de un error, hazle saber (aunque sea con una mirada o un toque en el brazo) que sigues contando con ella. Es más importante que el punto que se perdió. Si se siente sola, jugará peor.
Invítale a que pruebe algo nuevo, fintar, blockout. Muéstrale que a la siguiente le saldrá mejor.
Error 4 – Guardarse lo que duele y desconectarse del equipo
Entrena la valentía de decir las cosas antes de que te quemen por dentro. A veces una frase corta, dicha con calma, desactiva semanas de tensión.
Si no puedes decirlo, escríbelo. Pero sácalo de ti.
Usa a tu entrenador, para que te ayude a resolver ese conflicto a tu ritmo.
Error 5 – Dejar que el conflicto emocional afecte al juego
Aprende a identificar cuándo te estás rindiendo emocionalmente.
Ten preparado un anclaje o ritual mental para volver: una palabra, un gesto, una respiración (si eres cliente mío, sabes que esto lo trabajamos mucho, usa tu Pensamiento Pegatina).
No te dejes llevar por el bucle.
Es buena información, pero se queda algo corto, lo sé, pero por eso debajo tienes el PsicoTruco Premium, con un extra que te ayudará a poner esto en práctica.
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En poco tiempo, el post de lunes desaparecerá. Pero no lo hará el contenido. Seguiré hablando de voleibol y psicología por correo. Déjame el tuyo si quieres saber cómo preparar tu mente para septiembre y el resto de cosas que irán pasando.
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Referencias
Castillo, I. & Álvarez, O. (2023). PSICOLOGIA SOCIAL de la actividad física, el deporte y el ejercicio. McGraw Hill.
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hasta la semana que viene😉
Mar Durán 🏐 Psicóloga del Voleibol