Aprender a perder en el voleibol

Walter Riso (psicólogo clínico) y Toni Nadal (entrenador de Rafa Nadal) van a ayudarme a explicarte lo importante que es aprender a perder y lo necesario que es frustrarse y seguir trabajando.

*No quiero que se confunda el mensaje, no hablo de no querer ganar y resignarse a ser un perdedor. En estas lineas quiero remarcar lo que pasa si no se gana y como continuar tras no ganar*

Para Walter, aprender a perder, es entender que los recursos que tengo ahora mismo no son suficientes para alcanzar el objetivo marcado. Es ser capaz de reconocer la propia limitación.

Hoy, se nos enseña a ganar, se presiona para ser el mejor y nos da miedo hablar de errores y la posibilidad de perder. Sentimos que al hablar de perder, nos volvemos perdedores, que si perdemos es que somos menos. Se piensa que perder es de gente que no vale lo suficiente, que es poquita cosa. Pero aprender a perder es aprender a tolerar la frustración cuando las cosas van mal.

Riso relata que aprender a perder es ser capaz de comprender en qué momento las cosas se escapan de nuestro margen de control. Cuando eso ocurre, esto no debe ser un perder triste, sino un aliciente para seguir intentándolo. No todo el mundo es el mejor en lo que hace, ni todo el mundo puede ser el primero en aquello a lo que se dedica. Y eso no le hace menos válido.

Esto fue algo de lo que habló Walter Riso y quiero recalcar. Un jugador no vale por lo que tiene, por las veces que ganó o perdió, un deportista vale por lo que es. Hay jugadores que no ganan y siguen siendo personas maravillosas.

Es más, Walter nos cuenta como estas personas que no siempre ganan son capaces de tolerar mejorar la frustración y manejan menos ansiedad en su día a día. La necesidad constante de ser el mejor y no poder fallar en nada genera una gran ansiedad que mantiene al jugador en constante alerta este o no jugando.

Toni Nadal, entrenador y tío del famoso y excelente jugador de tenis, Rafa Nadal, habla en sus numerosas conferencias sobre la frustración en el deporte. En esta (te la dejo abajo), concretamente, nos explica el miedo atroz que tenemos a fracasar, a la frustración. Ese propio miedo es el que nos hace estar continuamente frustrados. Toni lo que plantea es a convivir con el fracaso, porque esta ahí y siempre estará. Es condición humana caerse, fallar, equivocarse. Si lo evitamos nos sentiremos frustrados a la primera por algo que es natural y forma parte del día a día.

Frustrarse es lo que nos ayuda a dejar de hacerlo, si cuidamos constante a nuestros jugadores e hijos para que no se frusten nunca sabrán como responder a ello cuando esto pase.

Toni decía, «las cosas que tienen valor, cuestan«. El hecho de perder nos informa de que lo que hemos hecho hasta ahora no es válido y que hay que seguir trabajando. Como decía Walter Riso, el perder nos presenta nuestras limitaciones, y aprender a gestionar la frustración comienza ahí. En comprender cuales son nuestras debilidades y limitaciones ante el rival o nuestras propias habilidades. Perder nos muestra por donde tenemos que seguir trabajando.

A menudo nos autoengañamos, creemos que somos mejor de lo que realmente somos y por eso, fallar nos fastidia y frusta tanto. Convivimos con una falsa autoconfianza que nos hace sobrevalorarnos y no esforzarnos lo suficiente. Lo que hace que el día del partido no entendamos porque perdemos y nos haga pensar sobre abandonar.

Dentro del voleibol, aprender a perder y tolerar el error es algo fundamental. Ya lo he comentado varias veces, y es que el voleibol es un deporte técnicamente complejo y requiere una gran presión, velocidad y fuerza según la acciones a realizar. El campo es relativamente pequeño, hay una red alta en mitad y se necesita la ayuda de los compañeros para poder jugar. Al menos dos toques de personas diferentes son necesarios para poder armar un ataque que pueda darnos punto.

Es decir, querer ser jugador de voleibol es sinónimo de dar mal a miles de bolas antes de saber hacerlo bien. Voleibol y error van juntos. La bola debe ir a un sitio concreto y con la altura justa, frustrarte cada vez que toques el balón no te va a permitir avanzar como jugador.

Lo primero, es que quiero que comprendas que vas a equivocarte, que la mayoría de repeticiones que hagas serán malas.

Pero, cada vez que lo hagas mal, sabrás como no hacerlo. Cada error te acercará un poco más a ser mejor voleibolista.

Cuando algo te salga mal:

  • Acéptalo,
  • frustrate,
  • y continua intentándolo,
  • sigue, sigue y vuelve a seguir

Las cosas con valor cuestan tiempo y trabajo.

Vales por lo que eres, por tu trabajo, por tu esfuerzo. Vales por lo que haces, no por el resultado de lo que haces.

Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene 😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Como dije al principio, tanto Walter Riso como Toni Nadal han sido quienes han inspirado y basado este articulo. Ambos dos los escuché en las siguientes conferencias:

Walter Riso junto con BBVA Aprendemos juntos, Más fuerte que la adversidad (minutos 30-34) https://www.youtube.com/watch?v=VKMjSmbJUcc

Toni Nadal junto a Telefonica Mejor conectados, Aprender a convivir con el fracaso para tener éxito https://open.spotify.com/episode/4Y53NZ4wKsskMxVqTPQjOx?si=JIjmF-FrRWqcTcRH1Dw_IA&utm_source=copy-link

Cómo mejorar en el Voleibol

Quiero hablaros de la inmediatez dentro del deporte y la tendencia generalizada que existe con la necesidad de obtener resultados cuanto antes.

Lo quiero hacer bajo el ejemplo de dos jugadoras. Desde ahí quiero explicaros como el pensamiento de cada una de ellas ha afectado en su progreso e influido en su motivación.

Ambas jugadoras comenzaron el mismo día, han tenido a la misma entrenadora y los ejercicios han sido iguales para ambas.

Jugadora X: Se trata de una chica deportista que ha estado anteriormente en otros deportes. Cuenta con habilidades deportivas básicas, un mínimo de coordinación, agilidad y concentración durante el juego. Es una chica muy impaciente que quiere obtener el resultado esperado a la primera y sino es así, se desesperada, abandona lo que no le sale y se pone a hacer lo que sabe que si le sale.

Jugadora Y: Es una chica que nunca ha hecho deporte anteriormente. Carece de habilidades deportivas básicas, su coordinación y movilidad no son las que suelen constituir a un deportista. Es una chica muy paciente, trabajadora, que intenta e intenta las tareas aunque no le dé resultado lo que hace. A pesar de que se agobie cuando no encuentra el resultado esperado sigue trabajando en silencio, sin ninguna queja una y otra vez.

Al comienzo de los entrenamientos juzgué sin querer a estas dos personas, deposité mi confianza en la primera y traté de darle alas para que esas habilidades pudiesen potenciarse. En cuanto a la segunda, trate de que no se desanimara y siguiera intentándolo cada día aunque no consiguiera pasar la bola al otro lado.

Durante estos meses, en los entrenamientos, se ha hecho incapié en desarrollar y trabajar la condición física, buscando una mejora en la coordinación, movilidad y agilidad en todas las jugadoras.

Ahora, en mitad de la temporada puedo decir que mis juicios no fueron ciertos. En este punto nos encontramos una Jugadora X estancada. Cada vez que toca sacar esta se desespera y achaca que lleva intentádolo mucho tiempo y que ya no le va a salir nunca. Ha dejado de intentar el saque de arriba y se va al lado contrario en el que yo ayudo a las compañeras.

En cambio, la Jugadora Y cada día me sorprende más. Al comienzo le costó encajar, porque las demás la veían algo patosa y no depositaban confianza en ella. A día de hoy, ella misma se sorprende de que su trabajo empiece a dar resultados. Esta chica se ha pasado sacando desde septiembre hasta febrero sin meter un saque en el otro campo. La semana pasada corrió hacia mi con una sonrisa en la cara para contarme que todos los saques le habían entrado. Asimismo su coordinación, movilidad y medición del balón han mejorado muchísimo. Es capaz de completar correctamente todos los circuitos de coordinación, y golpear con éxito la bola en varias ocasiones.

La Jugadora Y cuando no veía resultados tomaba como opción seguir. No sé si buscaba una mejora a largo plazo o no. Pero no desistía y eso le está permitiendo ir cada día con ganas al entrenamiento. Su trabajo y esfuerzo diario sin la necesidad de un refuerzo inmediato le está permitiendo mejorar a pasos lentos, pero mejora.

De la Jugadora X no puedo decir lo mismo. Esta niña podría estar jugando mucho mejor de lo que lo hace, pero no se lo permite. Cada vez que comete un error se castiga. No se permite fallar y piensa que tiene que hacerlo bien todo. Si hay algo que no hace bien, lo abandona y retrocede a lo que sabe hacer. Esta jugadora está estancada, no progresa, no se permite trabajar y esperar pacientemente una recompensa a posteriori. Sino la tiene en ese momento, desiste. Ella misma día a día limita su mejora, no viene tan motivada, y en los entrenamientos está sin ganas y su activación ha disminuido mucho.

Lo que te comento en estas dos jugadoras es un tema muy tratado dentro de la psicología. En los sesenta Walter Mischel, psiclogo de la Stanford University, en California, hizo un experimento donde dejaban en una habitación a unos niños con una gominola. La tarea era que si conseguían no comersela le darían una más cuando el adulto comprobara que puedo aguantar. Tras este experimento se hizo un estudio longitudinal con los mismo sujetos, donde se descubrió como el autocontrol y la capacidad de postergar la recompensa tenía relación con el éxito de los participantes. Aquellos que esperaron tuvieron un mayor éxito durante el trascurso de sus vidas.

El autocontrol y la capacidad de buscar un beneficio a largo plazo dentro del deporte, es una habilidad fundamental, que va a permitir al jugador poder avanzar en su rendimiento deportivo. Se necesitan mucho años para poder ser bueno dentro de un deporte, quien busca un éxito inmediato acabará desisitiendo.

El voleibol, en concreto, es un deporte muy técnico donde la precisión en cada movimiento debe ser la adecuada, para que el juego pueda continuar. Cuando se carece de las habilidades y el entrenamiento suficiente, este deporte se vuelve muy complejo y desesperante. Se necesita mucha paciencia, trabajo y voluntad para poder progresar dentro de él.

Tanto en el voleibol como en otro deporte, la cantidad de horas que se debe echar al entrenamiento deben ser muy abundantes, y no siempre harán justicia al resultado final.

El cerebro necesita repetición para automatizar gestos y acciones, sino tenemos suficientes repeticiones buenas el cerebro no será capaz de desarrollar correctamente acciones como rematar o colocar de forma rápida, precisa y automática.

Cada vez que falles, pregúntate si quieres ser la jugadora X, quejarte, abandonar y retroceder en tu progreso o prefieres seguir intentándolo día a día, esperando que con el tiempo haya resultados, como la jugadora Y.

Sé paciente, trabaja y trabaja, visualízate consiguiéndolo y deja que el tiempo y tu esfuerzo diario te ayuden a conseguirlo.

Tu post de cada lunes, nos vemos la semana que viene 😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Reincorporación al juego tras una lesión

En la reincorporación al juego el jugador tiene que ser consciente de que sus condiciones físicas y mentales habrán cambiado. Estar inactivo durante algún tiempo hace que el ritmo sea más bajo que el que se tenía antes de la lesión.

Por esto mismo, quiero tocar tres puntos concretos que te ayudarán a que la reincorporación sea lo más progresiva, adaptativa y efectiva para ti.

En esta reincorporación tenemos que tener en cuenta que no eres el mismo que antes, tu estado psicológico, emocional y condición física son diferentes.

A la hora de la reincorporación:

  • Establece objetivos graduales y adaptados a tu estado actual. Antes de la lesión podías saltar, tirarte al suelo, colocar y rematar sin problema. Ahora tu desarrollo deportivo está limitado. Es normal que no puedas dar el cien por cien, llevas un tiempo parado y tu ritmo habrá descendido. Tu cuerpo tiene que volver adaptarse a los entrenamientos y tú volver a coger confianza en las acciones de precisión características del voleibol. Tomate con calma la vuelta, no puedes exigirte lo mismo que antes de la lesión, tu ritmo de entrenamiento no es el de tus compañeros y tu cuerpo y mente tiene que amoldarse de nuevo a ello. Te propongo que junto a tu entrenador/a establezcais que objetivos a corto plazo son más importantes y te ayudarán a sentirte y estar como antes de la lesión. Te ayudará que sean muy concretos y algo que puedas ir midiendo día a día. Hazlo por niveles, de forma gradual para que conforme pasen los días puedas ir aumentando el nivel, te hará sentir que progresas, estarás más motivado e irás generando autoconfianza en ti. A su vez, esto te ayudará a dejar a un lado la frustración de no poder dar y estar como antes de la lesión. Empieza con calma y poco a poco ve dando un poco más de ti.
  • Ajusta tus expectativas y las de tu equipo. Rebaja tus creencias y expectativas a tu estado actual. Olvida lo que hacías y quien eras, ese forma parte del pasado. Crea nuevos pensamientos realistas sobre lo que eres ahora. Tu rendimiento será menor que antes de la lesión y será así solo por un tiempo. No te exijas demasiado, no te culpes por no conseguir lo que antes hacías y sigue trabajando bajo tus posibilidades. Para cada objetivo que hayas marcado, ajusta tus expectativas sobre él. Preguntate si realmente tu estado post lesión te permite hacer eso y en ese tiempo establecido. Objetivo y creencias irán ligadas, si son congruentes tu ayudarán a progresar, sino es así, te estarán limitando y te obstaculizarán tu progreso. Piensa teniendo en cuenta el largo plazo, y ten paciencia.
  • Gestiona el miedo a una futura lesión. El miedo a una posible lesión siempre esta, y te acompañará durante algún tiempo. Cuando pasamos por una lesión y más si es una lesión grave y dolorosa, el simple hecho de pensar en tener que volver a sufrir lo mismo nos produce un miedo y preocupación demasiado grande. Este miedo va a paralizarte, va a serte lento e inseguro y te hará estar incomodo en un lugar familiar. La posibilidad de que la lesión vuelva es real, pero no debería porqué causar un impedimento para volver a desarrollar tu juego anterior. Toma conciencia, confronta y habla con tu miedo y sobre él. Si el fisioterapeuta te dio el alta, es que estas apto para volver al juego. Confía en ello, ve con prudencia, pero deja el miedo atrás. Crea un pensamiento alternativo cada vez que aparezca el miedo y la preocupación. Relativiza y confronta cada situación que te detenga o te haga sentir inseguro. El miedo solo te hará moverte lento, torpe y tarde, y en el voleibol eso es sinónimo de errores tontos y punto para el otro.

A modo de resumen, volver a jugar de nuevo es muy buena noticia, volver a sentir la competición y poder formar parte activa de ello es una alegría inmensa para aquel que ama su deporte. La vuelta será complicada y las recaídas están ahí. Pero márcate metas cortas que te ayuden a sentir que avanzas y tienes el control; ajusta tus pensamientos y creencias sobre tu estado actual; y gestiona tu miedo a una pasible lesión, confía en ti y detén todo pensamiento intrusivo y negativo sobre una recaida.

Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene 😏

Mar Duran 🚀 La Catalizadora Deportiva

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L.

El líbero | Carácterísticas psicológicas

El líbero es la figura especializada en la recepción y la defensa en el voleibol. Diaz (2013) se refiere a él como un jugador «a medias», ya que no realiza las acciones más vistosas y llamativas como el ataque o el saque.

El libero es un jugador que tiene una gran carga psicológica debido a su especialización, por lo que tendrá que tener unas habilidades y características especificas para soportar de la mejor forma dicha carga.

A continuación te muestro algunas de las caraterísticas del líbero según Joaquin Diaz (2013) nos plasma en su libro.

  • Adaptabilidad mental. El libero es un jugador que intercala períodos de mucha intensidad con momentos de pausa en sus reemplazos por el jugador zaguero. Por esto mismo, deberá estar en continuo cambio de activación y de reenfoque atencional.
  • Motivación intrínseca. Este jugador no culmina las acciones típicas del voleibol, por lo que necesita una fuente más estable de motivación. El líbero es un jugador que se sacrifica para que los demás puedan rematar la jugada. Su motivación intrínseca será lo que le diferenciará de cualquier otro jugador y le ayudará a realizar sus acciones adecuadamente.
  • Gestión del error. Nuestro especialista forma parte de la acción inicial del juego, de él depende que la jugada pueda tener mayor o menor éxito. Si la recepción es mala, al colocador se le complica poner una buena bola, por lo que las probabilidades de éxito en ataque disminuyen. Como es un especialista, se espera mucho de él, y varios fallos pueden hacerle desconcentrarse del partido. Este debe saber gestionar y regular sus emociones de forma idónea y sobre todo tras los errores que pueda cometer en su especialidad.
  • Buen comunicador. Debe saber comunicar de forma simple y clara a sus compañeros la información que le dé el entrenador (en sus continuas salidas) para que estos puedan procesarla sin que interfiera con su concentración en el juego. Además, debe tener especial cuidado con su comunicación no verbal, esta tiene una gran influencia en la transferencia del estado de ánimo al equipo.
  • Animador y motivador del equipo. Anima y mantiene la activación y atención de sus compañeros. Da ánimos y procura que la motivación siga en pie al igual que la concentración y foco en el otro campo.
  • Atención y concentración en todo momento. Tanto la recepción como la defensa son acciones en las que se debe estar realmente concentrado para poder mandar el balón al sitio adecuado. El juego suele ser muy rápido y la atención debe estar reenfocandose para permanecer continuamente en el balón y los oponentes. Eso le ayudará mucho a poder anticiparse a la bola y defender balones complicados.
  • Autoconfianza y seguridad en sí mismo. El libero es un refuerzo para el equipo, es el experto de la recepción y defensa. El simple hecho de estar en pista, alivia y relaja a los jugadores, por eso mismo el líbero debe ser una persona segura y con autoconfianza en sus acciones y movimientos. Un líbero inseguro hará que sus compañeros se encuentren algo más inestables e inquietos en la defensa y recepción.

Por lo tanto, el líbero tendrá que tener una gran fortaleza mental, y resiliencia tras el fallo y una gran capacidad atencional que le permita el continuo cambio de enfoque y la adaptabilidad para ir regulando su activación según este dentro o fuera de la pista. También es el termómetro emocional del equipo, tiene el poder de gestionar las emociones, relajarlos o activarlos segun sea necesario.

El líbero es seguridad, es apoyo y comunicación, es mucho más que salvar bolas.

En las siguientes semanas me encantaría poner mostraros algunas pautas para poder desarrollar las habilidades que justo arriba os muestro. Hazme saber si te gustaría que siguiese tratando temas específicos del voleibol y si quieres conocer como potenciar las habilidades y características del líbero.

Te leo en los comentarios, en IG: @mardurannn o por lacatalizadoradeportiva@gmail.com

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Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Díaz, J. (2013) Voleibol. Entrenamiento psicológico para la recepción y defensa de segunda línea. Conesa, España: Ushuaia Ediciones.

La falsa autoconfianza

La falsa autoconfianza es el estado contrario a la autoconfianza. Podemos detectarla cuando nos encontramos diciendo frases como: «seguro que ganamos», «este partido es muy fácil», «somos los mejores», «esos son malísimos», etc.

Esta falsa autoconfianza se da cuando realizamos un análisis nada realista, ni objetivo sobre la situación en la que nos encontramos.

Dicho análisis está basado en aquello que queremos y deseamos conseguir (ganar), y no en nuestras posibilidades reales de conseguirlo.

A veces, ante situaciones complicadas pecamos de falsa autoconfianza. Diciendo algo así como: «seguro que ganamos, somos los mejores, esos no nos pueden ganar».

Pero, ¿esta afirmación está hecha bajo lo que deseo que pase o bajo el análisis realista de mis capacidades y las del contrario?

La falsa autoconfianza es una actitud de apariencia donde escondemos una autoconfianza débil que no queremos mostrar. Ni a los demás, ni a nosotros mismos, engañando tanto a los otros como a nosotros. Muchas veces es inconsciente, ya que no nos permitimos tener opción a no sentirnos seguros dentro de la pista.

Puede parecer reconfortante mostrarse «seguro» ante los demás y no reflexionar sobre la realidad del partido. Pero esto solo te llevará al autoengaño, y te evitará descubrir el verdadero estado de tu autoconfianza débil. Lo que no te impedirá mejorarla, porque no sabrás su estado real.

Al generar este tipo de expectativas sin reflexión sobre lo que realmente podría ocurrir, caemos en expectativas demasiado altas. Cuando la realidad del partido nos sorprende alejándose de nuestras expectativas irrealistas se ve dañada nuestra autoconfianza. Y es normal, porque tú piensas que vas a hacer un buen partido; que el otro equipo es peor, pero al ver que no, te das cuenta de que quizás eso que pensabas no era cierto. Ahí empiezas a creer que no eres suficientemente bueno y tu autoconfianza y autoestima se debilitan.

Pero no es así, no quiere decir que tú seas malo, sino que tu análisis irreal había elevado tus expectativas. El problema no es tu calidad como deportista, sino tu sistema de expectativas y tu miedo a autoobservarte.

Para asegurarte de que estás libre de la falsa autoconfianza, hazle estás preguntas a tus expectativas:

  • ¿Es coherente tu pensamiento con lo que está haciendo tu equipo ahora mismo?
  • ¿Es coherente con tu estado de forma actual?
  • ¿Conoces lo suficiente al rival como para que esa idea se dé?
  • ¿Tus frases son para aparentar seguridad frente a tu equipo?
  • ¿O es una forma de querer huir de un análisis realista sobre lo que pasará?

En las publicaciones anteriores hablo sobre la autoconfianza y qué hacer para potenciarla. Si a menudo tienes comentarios de este tipo y crees que elevas las expectativas, las publicaciones pasadas van a ayudarte. Puedes encontrarlas en el apartado de estrategias psicológicas.

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Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L.

Acciones para potenciar tu autoconfianza

En VOLEIBOL

La semana pasada hablamos de la autoconfianza. Nos referíamos a ella como la sensación de sentir control ante una situación, en este caso un partido o entrenamiento.

A lo largo de este artículo quiero mostrarte alguna acciones que pueden ayudarte a potenciar tu confianza.

Estas acciones están encaminadas al voleibol, pero pueden adaptarse a otros deportes o la vida cotidiana.

La idea es realizar una serie de conductas que nos ayuden a generar y mantener seguridad en nosotros sea cual sea la acción.

Son cuatro ideas independientes, sin embargo usar las cuatro potenciarán aún más tu autoconfianza. Si quieres hacerlo por separado, cada una podrá ayudarte sin necesidad de las demás, pero su efectividad no será igual.

  • Visualizate. Imagina como quieres entrar a la pista, como quieres moverte en ella, como quieres sacar, recibir, atacar, colocar. Imagínate haciendo el partido de tu vida. Trata de hacerlo de la forma más real posible. Trae a tu mente el ruido, el olor, tus sensaciones, a tus compañeros… Haz un esfuerzo por imaginarte lo más nitidamente posible todo lo que hay a tu alrededor. No sólo pienses en ti de manera fugaz. Se trata de un trabajo consciente en el que vas a reproducir en tu mente la escena que luego quieres que ocurra. Por ello, deberás tener la mayor cantidad de información para que sea lo más similar posible a la realidad. Como consejo, haz esto tras un par de respiraciones profundas que te permitan estar en calma y de ahí con lo ojos cerrados comenzar a visualizar. Hazlo el día antes del partido o en las horas previas.
  • Elabora un autodialogo positivo. No es necesario que te hables bonito y te digas que eres el mejor y lo harás genial. No se trata de eso. Pero si de que tu conversación sea en tono positivo, que te permitas fallar y que no te autoculpes, castigues o te infravalores. Se realista y confia en ti. No empieces con un «no puedo», «no me sale», «soy malo». Antes de cada inicio de punto, permítete demostrarte que puedes hacerlo bien, date un voto de confianza. Si algún pensamiento negativo te llega, lo siguiente te ayudará.
  • Detén todo aquel pensamiento negativo especialmente en el saque. El saque se trata de esa acción que solo depende de ti. Si estás inseguro o incómodo, si sientes que la situación se te va de las manos, se notara en tu saque haciéndolo inestable. Por ello, antes de tener la bola en mano y escuchar el pitido del árbitro, detén cualquier pensamiento o sensación que pueda invadirte y hacerte dudar en ese momento (lo tienes explicado en la publicación detener el pensamiento). Respira, haz tu rutina/ritual y golpea la bola.
  • Anticípate a los obstáculos que puedas encontrarte. Párate a intuir (antes del partido) que momentos, acciones y sensaciones crees que puedan sacarte del partido. Los set contienen 25 puntos, y en ellos cada punto puede contar con muchas acciones rápidas que pueden sorprenderte, agobiarte, frustrarte y enfadarte. Adelantate a ellas y piensa que harás cuando aparezcan. Así serás más rápido y efectivo para cuando se den. Por ejemplo, si eres una persona muy impulsiva y tus fallos o los de tus compañeros te hacen enfadar, piensa que acciones podrían beneficiar al equipo tras ese fallo. Así cuando falles o fallen tendrás algo que hacer que ayudará al equipo y te sacará ese error de la mente.

Espero que puedan serte útiles algunas de estas acciones. Si es así estaré encantada de que me lo cuentes en los comentarios.

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Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

AUTOCONFIANZA (en el deporte)

Bandura (1977) hablaba de autoeficacia para hacer referencia a la seguridad de una persona sobre sus capacidades para realizar algo correctamente. Con el tiempo y como sinónimo se comenzó a usar, la conocida palabra autoconfianza. De la cual, vamos a estar hablando en este artículo.

José María Buceta (2020) se refiere a esta como la percepción de control del deportista sobre las diferentes situaciones. Es decir, la autoconfianza es la variable que nos va a permitir sentir control sobre un partido teniendo en cuenta nuestras habilidades y capacidades.

Para mi, la autoconfianza es como un ejercicio de honestidad con uno mismo sobre qué podemos o no hacer con eso que tenemos. Es decir, qué control puedo tener yo durante un partido, teniendo en cuenta aquellas cosas que se me dan bien o mal, y la calidad del contrario.

La sensación de control durante un partido no es decir que el partido será muy fácil y se ganará con los ojos cerrados. No. Tener control sobre un partido requiere tener seguridad y confianza en cada movimiento que se haga. Para ello tengo que conocer muy bien que habilidades técnicas tengo y cuáles son las que tengo que usar en ese partido.

Buceta (2020), definía este término de la siguiente manera. La autoconfianza es:

– Conocer las posibilidades propias y el qué hacer para que se den en el partido.

– Conocer las acciones necesarias para resolverlas las rachas malas y dificultades que se den.

– Tener la capacidad de anticipación sobre lo q que puede dificultar mi seguridad en el juego

Es decir, cuando hablo de autoconfianza, me refiero a un estado activo. Me explico, la propia confianza no solo se basa en creer, sino también en actuar sobre eso que se cree. Sólo sentir que puedo realizar un saque flotante, no me hará conseguirlo. Para hacerlo tengo que ponerme a ello y ser realista frente a las dificultades que aparezcan. Que confíe en que tengo habilidad no quiere decir que no vayan a existir obstáculos. Ser consciente de esos baches y planear como resolverlos, es tener autoconfianza. Esta no es una creencia ilusa sobre el que puedo hacer, sino una percepción de uno mismo realista y contextualizada.

Usándose de esta forma, la autoconfianza es uno de las mayores aliados del rendimiento deportivo. Para desarrollar un juego estable y eficiente necesitamos sentir control y seguridad durante el partido y para ello necesitamos de autoconfianza. Esta nos llevará a entender que hay cosas que no dependen de nosotros. Saberlo, nos da control para tolerarlas cuando se dén.

Al desarrollar un estado de autoconfianza el deportista genera soltura y fluidez en sus movimientos, tiene la mente en el juego y se siente resolutivo. Es decir, confía en sus propios recursos. De esta manera, forma un estado interno de fortaleza psicológica que supone el conocimiento de la dificultad del objetivo y las posibilidades reales de conseguirlo.

Del mismo modo esa autoconfianza activa previene de sorpresas en el juego, elimina situaciones muy estressantes y ayuda a poner foco en la resolución de la acción.

Directamente la autoconfianza potencia el rendimiento deportivo del jugador.

¿Cómo potenciar la autoconfianza? Te lo cuento en las próximas semanas

Tu post de cada lunes 😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L

Claves para una charla «pre-partido»

Las conocidas charla pre-partido son aquellas que da el entrenador en los momentos previos al comienzo del encuentro. Suelen hacerse una vez los jugadores están con la ropa de juego y aún permanecen en el vestuario, donde se da ésta.

Sería interesante que esta charla tocase estos puntos claves:

  • Recordar el trabajo de la semana y el enfoque que esta tenía
  • Hablar del estado de ese día del equipo. Expectativas, debilidades y fortalezas.
  • Analizar escuetamente al rival
  • Anticipar dificultades y qué hacer con estas
  • Establecer objetivos y tareas del partido
  • Función de cada jugador
  • Validación emocional
  • Potenciar autoconfianza y seguridad

En los momentos previos a un partido, la capacidad atencional es bastante limitada. Son momentos de nervios, presión, ganas de jugar, motivación, miedo…

En estos casos, mucha información extra será difícil de procesar. El entrenador deberá transmitir poca información, muy fácil de entender y específica.

Cuanto más concreta y familiar sea la información que se dé, mejor asimilación tendrá.

Principalmente yo basaría esa charla en:

  • Establecer los objetivos y tareas del equipo en ese encuentro. Debemos centrarnos en objetivos de realización, «qué hacer», no de finalización (ganar, perder). Es decir, enfocar el objetivo en las acciones de cada jugador. Estos objetivos y tareas deben ser realista y ajustados al estado actual del equipo en ese día. Tanto el entrenador como los jugadores tendrán que ajustar sus expectativas frente al partido. Puede haber bajas por lesión, ser un rival muy superior o inferior, hacer mucho frío o lluvia.
  • ¿Qué puedes esperar de tus jugadores? ¿Es realista eso? ¿Es asequible para ellos eso que planteas? ¿Las condiciones que hay permiten ese objetivo?
  • Anticiparse a las posibles dificultades que puedan aparecer a lo largo del partido.
  • ¿Cuál es vuestro punto débil? ¿Cuál es su fuerte? ¿Qué cosas podrían sorprenderos?
  • Decidir qué hacer cuando las dificultades aparezcan.
  • ¿Qué se hará en cada posible situación?¿Cómo se va gestionar cada racha mala? ¿Y la buena? ¿Qué hacer cuando la situación sea superior a lo trabajado?

La anticipación permite eliminar el factor sorpresa para los jugadores y el entrenador. Saber que es posible que algo ocurra te prepara para asimilarlo de mejor forma. Tener un plan para cuando ello pase te hará tener control y poder sobre la situación. Así podrás organizar mejor tu equipo frente a esos contratiempos.

Conocer esto hace que el entrenador pueda gestionar su enfado, irá y frustración frente a los jugadores; evitará enfados y gritos de parte de este; y mantendrá la calma, ya que sabrá cómo actuar.

En etapas de formación, un partido es un evento realmente estresante. No dominan el juego, sienten presión externa e interna, miedo y vergüenza. Es posible que el estado emocional sea bastante intenso e incómodo para ellos.

Validar y calmar estas sensaciones a la vez que recordar que fallarán, porque así se aprende, son apartados que yo personalmente trato de incluir siempre en momentos previos.

Por otro lado, un aspecto que considero realmente fundamental, es dejar clara la función de cada uno de los jugadores y acompañarla de un objetivo individual. Esto les enfocará en sus acciones, les hace responsables de ellas, les motiva a querer hacerlo bien y mantenerse en el juego apesar de los errores.

Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Lesiones

Deporte y lesión van de la mano. Una lesiones no es solo un parón deportivo con una incomodidad física.

Una lesión supone mucho más que todo ello, y muchas veces, su impacto psicológico y emocional es mucho mayor que el físico. La lesión va a topar con la psicología del jugador, potenciar su sensibilidad y hacer trabajar su inteligencia emocional.

Lesionarme me hizo pensar. Percatarme de su impacto emocional en mi y como mis estados de ánimo iban fluctuando conforme pasaba el tiempo, me han hecho querer hablaros sobre este tema.

«Las fases de la lesión»

Elisabeth Külber-Ross, psiquiatra estadounidense experta sobre la muerte, descubrió que cuando sentimos una perdida pasamos por una serie de fases. Estas van desde su negación, a la aceptación de la realidad.

Al lesionarnos (ya sea una lesión leve o crónica) presenciamos una perdida. Me explico, cuando me lesiono pierdo algo que antes tenía, ya sea movilidad, condición física, tiempo completo de entrenamiento, la posibilidad de jugar los partidos y todo lo que conlleva ser deportista en plenas condiciones.

La lesión se convierte en un cambio inesperado, una situación de inactividad para una persona activa.

La idea de este articulo es poder ayudarte en la adaptación a ese cambio.

Külber-Ross, enumeró las fases que hay tras sentir una perdida. Son conocidas como la fase del duelo:

  • Negación
  • Ira
  • Negociación
  • Depresión
  • Aceptación

Te explico esto, porque lo que te propongo es asimilar una lesión teniendo en cuenta las fases del duelo. Quiero que te ayuden a asimilar los cambios emociones por los que podrías pasar. Conocer que existe un proceso te ayudará a ir con mayor tranquilidad sobre él. Ir superando cada fase te acercará a aceptar la realidad de tu lesión y centrarte en el qué hacer.

Por lo tanto, al lesionarte es posible que pases por estas fases:

  • Vas a negar la lesión, no vas querer verla y tratarás de jugar aun lesionado (negación).
  • Te vas a enfadar contigo, con la acción que hiciste o con quien lo ocasionó (ira).
  • Vas a echar de menos tus entrenamientos y el poder jugar. Vas darte cuenta que es muy posible que tardes en poder hacerlo y que tendrás que dedicarle tiempo y mucha paciencia para poder volver (negociación).
  • Te preguntarás por el sentido que tiene para ti jugar, porque te llena hacerlo. Sentirás nostalgia, tristeza, y quizás, decepción y/o frustración (depresión)
  • Comenzarás a dejar de quejarte e ir comprendiendo y adaptándote a tu nueva realidad (aceptación).

Me encantaría que entendieras que pasar estás fases es natural y necesario, incluso si tienes otro tipo de emoción o sentimiento. Es natural, es un cambio que supone un descoloque de lo que es tu día a día y tu mayor pasión.

La mejor forma de adaptarte a todo esto es pasar cada una de esas fases, es permitirte sentir cada emoción incómoda que te surja. Ten mucho cuidad con quién y cómo. No pagues tu enfado con alguien que no, o si tiene que ver con tu lesión. Sácalo de una forma más sana. Háblalo con alguien de confianza, escríbelo, o cualquier otra forma que te permita expresar lo que sientes.

Pero deja fluir esa emoción, si la evitas, te quedarás estancado en esa fase y no podrás continuar. Te quedarás maldiciendo y culpando a otro o a ti mismo por algo que posiblemente no dependiera totalmente de ti. Ocupate de lo que ahora tienes entre manos. Dedícate a tu recuperación, deja lo que ocurrió atrás y con calma y paciencia trabaja en estar en un mejor estado a la vuelta.

Soy consciente de que cada lesión es un mundo y cada contexto agrava o suaviza la situación, pero sea cual sea tus circunstancias, no te castigues. Tu estado físico y emocional van a cambiar, y eso forma parte del proceso. Cuanto antes lo asumas, antes podrás ponerte a trabajar en lo siguiente. Preparar tu vuelta al juego.

Eso si, va a ser muy complicado. La recaída o recaídas van a estar ahí. Pero eso lo dejamos para otra semana😏 .

Extra | Prevenir la lesión

Unas líneas más arriba te proponía una idea para asimilar emocionalmente la lesión. Ahora, quiero que tengas en cuenta el nivel de activación para prevenirlas.

  • Si la activación es baja (cansancio, mal descanso, desmotivación), el jugador se encuentra en un déficit de atención que no le permitirá identificar el riesgo real y su cuerpo no estará en condiciones para acciones más delicadas.
  • Si la activación es alta (exceso de motivación, mucha presión, estrés), la atención se estrecha, como si de una visión de túnel se tratase, le hará actuar de forma muy impulsiva, arriesgándose en acciones peligrosas.

Jugar con un nivel de activación óptimo te ayudará a prevenir lesiones. Tienes varias publicaciones, en el apartado de estrategias psicológicas, que te ayudarán a conseguirlo.

Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Cómo enfoco un partido

Hasta hace muy poco no le dedicaba mucho al planteamiento del partido, un poco más al de entrenamientos, pero no me estaba dando resultados. Trataba de plantearme un objetivo, pero no se cumplía. La mayoría de veces el objetivo no era medible, ni realista, ni tampoco lo suficientemente concreto como para saber que se está alcanzando. Quería hacerlo bien, por ello, modifiqué dicho planteamiento.

Establecer un objetivo para cada entrenamiento es muy potente, aunque hay que saber hacerlo bien, no solo vale establecerlo y ya. Hay dos cosas que tenemos que tener en cuenta como entrenadores a la hora de marcar objetivos para el equipo.

  • El resultado no depende solo de mi. Depende de mi proporcionar recursos, dar información, evaluar y mostrar resultados. Somos quién arregla el camino por el que el deportista pasará, pero nosotros no podemos hacerlo por ellas.
  • Las jugadoras deben conocer el objetivo. Ellas deben saber para qué están trabajando, así podrán enfocarse en ello. Aumentará su interés y querrán saber si lo están consiguiendo.

La importancia de establecer una meta la tenemos clara el cómo creo que no tanto.

La semana pasada hablábamos de como afectaba el nivel de activación a la atención y como un mayor número de estímulos (situaciones y emociones) a los que atender disminuía la capacidad atencional. Pues del mismo modo pasa si cargamos la mente de objetivos y tareas.

La mente del jugador, sobre todo del inexperto, tiende a tener un enfoque interno (pienso en qué y cómo tengo que moverme). Me explico, aun no conocen la técnica correcta, la táctica, los movimientos adecuados y carecen de una buena interpretación del juego.

Durante el trascurso del partido, habrá nervios, presión, vergüenza, culpa, alegría, frustración, decepción. Es mucha información que tiene que estar procesando el sistema atencional y emocional. Todo esto no solo va afecta a mi concentración sino también a mi nivel de activación y mi tiempo de reacción frente a la bola y el oponente.

Si además añadimos constantemente tareas complejas que supongan tener que memorizar y comprender, estamos aumentando la cantidad de información que tratar.

Todo esto dentro de un deporte se convierte en un gran hándicap para poder desarrollar un óptimo desarrollo deportivo.

Como entrenadora novata, me ocurría como a ellas, tenía tanto a qué atender, que se me olvidaba el fin de la tarea. Decidí proponerme el reto de mantener el objetivo y la tarea en mente durante los entrenamientos y partidos. Ahí deducí que, o era algo muy sencillo y muy concreto o se me olvidaría poder trasmitirlo, medirlo y darles un feedback.

Por lo tanto, la idea que quiero compartir es: hacer que los jugadores tengan un enfoque más externo para poder centrarse en el juego (y no tanto internamente, que vuelve lento el movimiento) y a su vez algo que les permita mantener la concretración y motivación en la tarea externa.

Nuestra información como entrenadores siempre debe ser clara, breve y simple.

Por ello, ahora trabajo de la siguiente forma (hasta ahora me dio mejores resultados):

  • Establezco un objetivo. Muy concreto y medible (ej: conseguir un 18% en ataque en el primer set)
  • Propongo una(s) tarea(s). Algo sencillo, fácil de recordar, (ej: bolas altas a los laterales, sino a zona 6)
  • Marco un reto. Algo que aun no se ha conseguido, supone mayor esfuerzo y atención (ej: mantener la intensidad en el tercer set aún con un 0-2 abajo)
  • Doy feedback sobre lo que ocurrió. Debe serlo más objetivo posible, lo mejor, que lleve datos.

En resumen, el objetivo es eso a donde queremos llegar; la tarea es el qué tenemos que hacer para llegar y el reto es ese extra que va ayudarnos a mantener la motivación para el sitio al que queremos llegar.

Este sistema me ha permitido mantener en mente que quería estar trasmitiendo y recordando a mis jugadoras. Y por otro lado, ellas tenían información fácil de recordar y sencilla sobre que hacer, que no les supone un extra para el sistema atencional, y les ayuda al motivacional.

A menudo tengo la necesidad de trabajar muchas cosas a la vez, y se me olvida que con tanta información, lo que hago es no trabajar nada. He podido comprobar como con ideas sencillas es mucho más fácil que aprendan y estén atentas. Una vez consolidado eso, se puede trabajando cosas más complejas de forma más rápida.

Una vez que la idea se entendió, añadir matices es mucho más fácil.

Por último, de nada sirve un objetivo sino se va a medir, ni se va a dar feedback sobre que se hizo. Será como estar trabajando par nada, porque no conoces que avance hay sobre ello.

Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva