La Comunicación No Verbal del Entrenador

Siempre estamos comunicando aunque no queramos comunicar

¿Somos realmente consciente de los que transmitimos? ¿Mi postura corporal, mis gestos, mis expresiones faciales son las mismas en un partido que en un entrenamiento?¿Deberían serlo?¿Cómo transmito confianza a mis jugadores?

Muchas veces emitimos un mensaje verbal que no corresponde con el corporal. ¿No te ha pasado como entrenador que pides calma alterado, y como consecuencia solo consigues que tus jugadores se pongan más nerviosos?

En este caso, si tuviese que darle porcentajes a la importancia de la comunicación no verbal y verbal, ¿a qué le darías mayor número?¿Cuál sería el resultado?

Albert Merhabain descubrió que cuando representamos emociones, es decir, cuando hay una situación emocionalmente intensa, el mayor porcentaje de lo comunicado recae en la comunicación no verbal. Es decir, tan solo el 7% de la comunicación sería lo hablado, las palabras. El 38% el tono de voz, el volumen y la entonación y 55% del mensaje en general sería el procedente del lenguaje corporal: postura, gestos, expresiones faciales y microgestos.

Cuando descubrí este experimento mi forma de comunicarme con los demás cambio totalmente. O eso intentaba. Digo intentaba porque, es complicado modificar algo que no sabes que tienes que modificar. Quiero decir, si no soy consciente de qué transmito o en cambio estoy segura de que transmito lo que quiero trasmitir (pero no es así), es muy complicado poder modificar algo de esto.

Por eso, la base de todo esto es poder ser consientes de qué queremos trasmitir y realizar aquello que transmita realmente esa emoción que queremos que traspase.

Durante el desarrollo deportivo, como ya comenté otras veces, la emocionalidad es el eje central. Continuamente el deporte nos hace sentir emociones intensas que no sabemos gestionar adecuadamente. Es muy típico ver como tras una recepción fallada o un saque fuera, el jugador se lamenta, zarandea sus brazos enfadado o se tapa la cara avergonzado por su equivocación.

Constantemente emitimos información con nuestro cuerpo, y como entrenadores, la mayor parte del tiempo nuestra comunicación se basa en ello.

En el trascurso de los partidos suele haber mucho revuelo, se oyen cánticos, palmas, silbidos, el pitido del árbitro. En un contexto así, comunicar algo con palabras al jugador suele ser una tarea complicada. Puedes decir algo, pero no sabes cuanta parte de esas palabras están llegando realmente al jugador.

Este pasado sábado en un amistoso con mis jugadoras, en un momento concreto, trataba de dar una instrucción a una de mis jugadoras, se la dí y ella asintió. Otra que estaba conmigo en el banquillo me dijo, Mar no se ha enterado, la mayoría de veces no nos enteramos de lo que nos dices. Y pensé, claro, si es normal.

Para empezar, están concentradas en el partido, tienen los ojos y la atención en el otro campo. Para centrar su concentración, tratan de obviar el ruido tan odiosos que a veces se crea, por lo que, es normal que cuando el entrenador trata de emitir alguna información, ésta no siempre llega de igual manera que se emite.

¿Porqué cuento esto? Por que imagínate que yo le estoy reforzando positivamente algo que acaba de hacer bien, pero hoy no descasé bien y mi rostro está apagado, ojeroso y cansado. No emito mucha efusividad en el mensaje ni le sonrío. Si ella no ha escuchado el mensaje, ¿creéis que se tomará ese mensaje como un elogio?

¿Qué tipo de mensaje llega a nuestros jugadores cuando nosotros estamos tensos? ¿Verdaderamente somos capaces de controlar e ir modificando nuestro lenguaje corporal en situaciones complicadas?

Grabo siempre los partidos de mis jugadoras, para analizar y poder sacar estadísticas sobre sus partidos. Es decir, no es con fin de grabarme a mí. Pero siempre salgo por ahí dando indicaciones. La primera vez que me vi en un partido, me sorprendí y casi asusté. De primeras me molestaba verme, lo que veía no me gustaba, porque estaba trasmitiendo algo que en ningún momento quería transmitir.

Tenia cara seria y tensa mientras les decía «muy bien». Me movía mucho y no paraba ni un segundo quieta mientras les pedía calma. Gesticulaba mucho y muy rápido, quería decir muchas cosas en poco tiempo y me trababa… Bendito, el momento en que me vi, porque empecé a ser consciente de cuentas cosas estaba haciendo sin saber que lo estaba haciendo.

A raíz de ahí, mientras entreno y estoy en los partidos trato de observar como me posiciono delante de ellas, como me muevo, qué expresión facial tengo y cómo emito aquello que quiero que realmente cale.

Cada situación es diferente, y mi comunicación no verbal debe ir variando. La intención es que haya una congruencia real entre lo que muestro y digo. Si somos capaces de poder mostrar eso que queremos decir, nuestros jugadores van a sentir que esa información es real y pueden fiarse de ella.

Aunque creamos que sí, no sabemos disimular lo que sentimos, podemos obviarlo e ignorarlo nosotros, pero por fuera se ve. Y no llega al otro de igual manera. Si digo «muy bien hecho» mientras sonrío y aplaudo el jugador sabrá que esa información es sincera y lo que se dice se piensa de verdad. Si le digo «muy bien» con cara seria, el jugador sabrá que en verdad, el entrenador no cree que lo ha hecho bien.

Nuestros jugadores confiarán en nosotros cuando nuestra información esté en sintonía, cuando lenguaje verbal y no verbal vayan en la misma dirección.


Perdonarme😅 Me lancé a hablar de comunicación no verbal sin hacer referencia a qué aspectos concretamente son los que forman parte de esta comunicación sin palabras. La comunicación no verbal, es definida por Teresa Baró (2020) como las diferentes formas en las que nos expresamos sin palabras. Baró afirma que, siempre estamos comunicando, a través de nuestro lenguaje no verbal, aunque no queramos o no seamos conscientes.

El lenguaje no verbal lo constituye lo siguiente:

  • Proxemia, nuestro espacio personal y el uso con el entorno. Es esa distancia que tomamos respecto a la persona con la que estemos.
  • Kinesia, es el lenguaje corporal dónde incluimos gestos (movimientos de la cabeza, brazos y piernas), postura corporal, contacto visual, expresiones (sonrisa) y microgestos faciales.
  • Paralingüística, es todo lo que hay alrededor del mensaje, el tono, el volumen, el ritmo, la entonación.

Como ves, no solo forma parte del lenguaje lo que digo, sino el cómo, el qué le acompaña y a la distancia que lo emito.

Por último, dentro de todo este conjunto de aspectos a tener en cuenta, creo que hay dos que pueden ser nuestros aliados. La mirada y la sonrisa.

La mirada es capaz de expresar sentimientos, emociones e incluso reflejar actitudes (Baró, 2020). Por lo que, puede ayudarnos en muchas ocasiones a diluir nuestro mensaje y a comunicarlo de mejor forma.

Asimismo, la sonrisa es una forma de estimular sentimientos agradables (Baró, 2020). Es un fenómeno social que se contagia, que nos ayuda a reducir el miedo, liberar estrés y disminuir el enfado. Si ves que tu jugador está tenso, sonríele, le calmará.


En resumen:

  • Comunicamos siempre aunque no queremos comunicar nada
  • Nuestra comunicación no verbal se lleva gran parte del peso si estamos en una situación tensa
  • Debemos ser conscientes de nuestro lenguaje corporal para poder modificarlo
  • La comunicación no verbal variará según el contexto (regañar, reforzar o tranquilar a alguien)
  • Identificar mi lenguaje no verbal me va a ayudar a identificarlo en mis jugadores
  • Si hay congruencia entre lo que digo y comunico la comunicación con mis jugadores será mucho más efectiva
  • Si mi cuerpo trasmite confianza y seguridad, mis jugadores estarán seguros y con confianza dentro de la pista
  • La sonrisa destensa y da calma

Este tema es uno de los primeros abordajes que he tratado con clubes a los que formo. Por si no lo sabías, trabajo como formadora de entrenadores a nivel psicológico y les imparto seminarios en los que les ayudo a desarrollar habilidades para aumentar su rendimiento como entrenadores. En este caso, estamos trabajando cómo ser consciente del lenguaje corporal, cómo identificarlo en los jugadores y cómo mostrar aquello que queremos verdaderamente quieren transmitir.


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene 😉

Mar Durán 🚀La Catalizadora Deportiva


Referencias


Baró, T (2020). La guía del lenguaje no verbal. Barcelona, España: Editorial Planeta, S. A.


Ahora también puedes escucharme en La Charla PsicoDeportiva, cada martes a las 20h en directo en @mardurannn (Instagram) o los miércoles en Spotify.

De «ganar» a perder (del 2-0 al 2-3)

El juego de las expectativas en el trascurso del juego

Este post va a dedicado a una situación de juego concreta y las aportaciones son específicas a ella.

Esta idea salió de una de vuestras respuestas de la cajita de preguntas que hago a menudo en Instagram (@mardurannn). Paula Carpintero (@paulacarpin8) jugadora profesional de voleibol de la Liga Iberdrola (SuperLiga 1) del equipo Haro y ex jugadora de la selección española, me la propuso. Si tu también quieres que trate algún tema que te interese y quieras aprender cómo gestionar, házmelo saber. Estaré encantada de crearlo como publicación.

La situación es la siguiente, ¿cómo gestionar perder un partido 3-2 cuando ibas 0-2 ganando?

Primero quiero tratar el porqué se escapa un partido que se «tenía ganado» y luego qué hacer para reducir las probabilidad de que pase de nuevo.

Este análisis está basado en mis conocimientos actuales sobre cómo funcionan las expectativas frente a la autoconfianza y el rendimiento deportivo.

¿Porque se pierde un partido que se «tenía ganado»?

Por eso mismo, porque antes de ganarlo, ya se «había ganado».

Me explico, pongamos que estamos en el tercer set y el equipo A acaba de ganar los dos anteriores casi sin sudar. 

En el tercero la activación del equipo A ya no es la misma, han ganado muy fácil, hasta ahora. Y puede que el entrenador decida hacer cambios.

Es decir, el tercer set ya comienza diferente.

Pongamos que ese tercer set el equipo A lo pierde. Muy probable si contamos con cambios y baja motivación de los jugadores.

En el cuarto set, comienza lo interesante.

Cuando llega el tercer set, sienten (consciente o inconscientemente) que ya lo tiene hecho, les ha costado poco llegar hasta ahí y ya creen que será fácil ganar ese supuesto ultimo set. Ese clima de confianza esta basado en algo objetivo porque los set anteriores se ganaron por más de diez puntos de diferencia. En estos casos es normal que el entrenador realice cambios para el nuevo set.

A ha perdido uno y ganado dos con facilidad. El  cuarto set se comienza con la plantilla de los dos primeros, esos que se ganaron sin apenas esfuerzo.

¿Les resultará ahora igual de sencillo ganar?

Spoiler: ocurre todo lo contrario. Te cuento porqué.

El equipo A está con los ánimos bajos aunque vaya ganando aún. El equipo B tiene un ánimo más positivo ya que viene de ganar el último set.

En este momento entran en juego las expectativas y su relación con la autoconfianza y el rendimiento. Veamos que ocurre realmente:

Lo que pasa en el equipo A, el que va ganando.

Ya han ganado dos set, y eso les ha hecho desarrollar una autoconfianza realista basada en lo que ha ocurrido. Pero claro eso solo comprende lo que hasta ahora ha pasado con ese equipo y en ese estado.

El tercer set ya no es igual, ha habido modificaciones. Aun así se cree que el partido ya está ganado, aunque la plantilla e intensidad son diferentes, el pensamiento sobre el partido permanece igual.

Los que salen a jugar y los que repiten set, piensan que ya está ganado por lo que ha ocurrido, y no realizan un nuevo ajuste de expectativas sobre la nueva situación.

Lo que pasa en el equipo B, que va perdiendo

Ya han perdido dos sets por bastante diferencia. Sus expectativas, basadas en la realidad, les informan de que el equipo contrario es superior a ellos. Si quieren ganar tendrán que dar más de lo que hasta ahora dieron. En vez de sacar a suplentes (como el equipo A) se esforzarán por reforzar al equipo como sea.

En el cuarto set:

Aún el partido no acabó. Y la situación es la siguiente: un equipo ganador creyendo que ya lo tiene hecho y un equipo perdedor con mucho que pelear aun.

El A ya no sale motivado, el B todo lo contrario.

El equipo A, empieza a cometer fallos por exceso de confianza, falta de foco, intensidad y activación.

Es como si el partido en sí ya perdiera su gracia. Como se tiene por ganado, el cuerpo decide poner sus recursos en otra cosa que lo necesite más. Jugar ese partido, según las expectativas desarrolladas, no necesita la intensidad anterior. Por ello, el cerebro que quiere ahorrar toda la energía posible, rebaja la activación, sistema atencional y pone su sistema energético en otra cosa que sienta más importante en ese momento.

Por el contrario, en el equipo B, el que estaba perdiendo, ocurre todo lo contrario. Sus expectativas informan de que la energía, foco e intensidad anteriores no fueron necesarias, por lo que ahora hay que trabajar más centrados para poder ganar.

Con el foco puesto en el partido, las cosas empiezan a salir y se ponen por encima en el marcador. Al remontar sienten que tienen habilidades para poder ganar. Hasta ahora sus expectativas eran que iban a perder, por lo que, al ver que no, y que tienen opciones, su autoconfianza empieza a subir. Ahora ellos sienten que pueden ganar y lo otros comienzan a dudarlo.

Por otro lado, el equipo A, hasta ahora tenía su autoconfianza arriba. Sus expectativas se estaban cumpliendo, habían ganado los dos sets anteriores.

Sin embargo, acaban de perder el tercero. En este momento, sus expectativas dejan de cuadrar con el resultado. Lo que esperaban esta siendo diferente a la realidad. Esta discrepancia hace que la autoconfianza disminuya, lo que da una reducción de la sensación de control sobre la situación.

En lo que antes se tenía confianza, ahora hay duda. En las acciones que antes se arriesgaba ahora se asegura. Hay incertidumbre por lo que la dinámica se vuelve más lenta, dubitativa e ineficaz por el equipo A.

Ven que no tiene el mismo control que antes y se pone a pensar cómo hacerlo bien para no fallar. Y ahí, es donde se falla. Una vez comienzan a pensar, el sistema atencional se va del partido y se ocupa en la mente y desarrollo cognitivo. Lo que se conoce como parálisis por análisis. Mientras en el equipo A tenemos este panorama, el B sigue enfocado trabajando en hacer punto. Ellos si tienen todos sus recursos en el partido. Por esta razón, esas cosas que al principio no salían comienzan a salir. Han cogido una dinámica muy buena en la que lo que se piensa hacer, sale bien. El marcador lo corrobora están ganando. Su autoconfianza aumenta a la vez que la del equipo A disminuye.

B siente control y arriesga. A sienten incertidumbre y va lento. Lo que le hunde un poquito más en la débil autoconfianza del A.

Este proceso es muy probable que haya dado como resultado un 2-2 y ahora, en tan solo 15 puntos, se tiene que dar un ganador.

Venimos de partido en el que un equipo acaba de remontar y en el que otro, acaba de ser remontado. El estado emocional de los equipos, aparte de ser diferentes, es muy intenso. En ambas lados de la cancha la emocionalidad está a flor de piel y el cansancio empieza a verse.

Dentro del voleibol la toma de decisiones es un aspecto fundamental en el trascurso del juego. Para tomar una decisión, nuestro cebero lo hace a través de nuestras emociones, pues estas son las que nos permiten estar en contacto con nuestro alrededor y ayudarnos en la mejor opción.

Si el voleibol es toma de decisiones rápida en la que necesito ser eficaz y vengo de una situación que emocionalmente ha sido tensa y no me encuentro ni seguro ni cómodo, es muy probable que mis acciones no sean del todo las mas acertadas.

Algo similar a esto es lo que ocurre en un tie break (quinto set) y por eso suelen ser tan tensos, a parte de por su supuesto nivel similar, su emocionalidad y toma de decisiones estará sujeta a una presión extra que hará ganar al equipo que mejor sepa gestionar sus emociones.

En el ejemplo que hemos desarrollado, es probable que el trascurso emocional del equipo B le ayude a ganar el partido. Este comenzó bajo y fue subiendo poco a poco. Estando arriba es más fácil mantener esa mentalidad. El equipo A tendrá que remontarse y volver a recuperar esa autoconfianza del inicio del paortido. Y en este estado de fatiga física y mental es muy complicado.


¿Qué hacer para no perder un 2-0 que voy ganando?

  • Repítete que el partido acaba de empezar, no lo des por acabado hasta no sea el final
  • Mantén tu intensidad, atención y activación en un 85% durante todo el partido
  • Genera confianza haciendo cosas que sabes hacer
  • Ajustar constantemente las expectativas según cambien los puntos, el set, el estado de ánimo del otro y el de tu equipo
  • Arriesga solo cuando el marcador te lo permita

Si necesitas recuperar confianza por que ya perdiste:

  • Busca acciones que te den seguridad recuperar el control
  • Sé honesto con sensaciones que te trasmite el partido y actúa para cambiarlas
  • Acepta que estas siendo inferior
  • Trata de crear incertidumbre en la otra pista, eso te dará el control que necesitas

Los partidos en los que el rival es mucho más inferior, hablando de nivel, mantener la intensidad es complicado. El rival no te tiene alerta, y te desconectas con facilidad del partido. Estás desactivado, relajado y en ese estado el otro puede hacerte puntos muy tontos. En estos partidos, el equipo superior tiene que tratar de ir motivándose y activándose el solo sin depender del contrario, porque este no podrá hacerlo por su nivel.


¿Te ha pasado alguna vez algo similar? Te leo en los comentario


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😉

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva


Bibliografía

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L

Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional (edición en castellano). Barcelona, España: Editorial Kairós, S.A.

Las Expectativas

¿Qué son las expectativas?

Las expectativas son eso que respondemos a ¿qué esperas que pase? Es decir, son ese tipo de pensamientos, emociones, ideas o sensaciones que tenemos preestablecidas sobre un evento o situación futura. Lo que yo creo que va a pasar antes de que eso pase.

Dentro de estas ideas podemos tener expectativas realistas (se asemejan a la realidad) y poco realistas (se distancia de la realidad).

Las expectativas realistas se basan en un análisis objetivo sobre mis habilidades pasadas y actuales, y el estudio de la situación en la que me encuentro. Lo que me permite tener sensación de control sobre la situación. Dicho de otra forma, tener autoconfianza en ti e ir seguro al partido, al entrenamiento o a cualquier otra situación.

En cambio, las poco realistas debilitarán tu autoconfianza y harán dudar de aquello que supones hacer bien. No son objetivas y hacen desconfiar de nuestras capacidades como jugador.

Por lo tanto, las expectativas van a ir totalmente relacionadas con el resultado. Me explico, según sea la diferencia/congruencia existente entre expectativa y éxito así será mi estado emocional tras el encuentro.

Buceta (2020) afirma «cuánto mayor sea la discrepancia entre expectativas, más duro es el golpe que se lleva la autoconfianza».

Así funcionan las expectativas

¿Cuánto crees que puede influir lo que piensas en lo que acaba ocurriendo?

Las expectativas van a influir directamente en tu autoconfianza y éxito. Es decir, si piensas que vas a ganar el partido 3-0 (expectativa) y el resultado (logro) es 0-3 tu autoconfianza bajará ya que la diferencia entre lo que esperabas y sucedió fue muy grande.

Sin embargo, si piensas que quedaas 3-2 y finalmente quedas 3-1 tu autoconfianza aumentará porque lo que esperabas no fue muy diferente a lo que ocurrió, con esto ayudas a potenciar tu sensación de control sobre la situación (autoconfianza).

Como hemos visto, la incongruencia entre lo que espero y el resultado puede dañar mucho tu autoconfianza, a la hora de establecer metas o pensamientos debemos ser precavidos ante esos eventos. La idea es evitar un fracaso que debilite la confianza en uno mismo por haber establecido expectativas demasiado altas. Buceta (2020) nos invita, a que en casos como este, le demos más valor y peso a las experiencias y oportunidad que si sabemos que son congruentes (resultado y pensamiento inicial).

Para afianzar una buena autoconfianza y alejar la falsa autoconfianza debemos diferenciar entre expectativas poco reales y las realistas (explicadas anteriormente), y que las realistas predominen frente a las poco realistas.

Pero, ¿y cómo crear expectativas realista?

Generar expectativas realistas (Buceta, 2020):

Para crear expectativas realistas, José María Buceta (2020) nos proporciona la siguiente estrategia.

Generalas respondiendo a partir de estos aspectos:

  • Qué he hecho hasta ahora

Es decir, tengo que pensar sobre cual es mi recorrido como jugador hasta ahora. En qué sitios jugué, cómo he jugado, cómo he sabido gestionar los partidos, cómo actúo ante la presión, o la falta de presión…

Debo ser honesto y tener en cuenta que hice hasta ahora. Partir de aquí me ayudará a saber qué puedo exigirme en futuras actuaciones.

  • Cuales son mis cualidades actuales

Ya sé que he hecho hasta este momento y ahora tengo que descubrir qué puedo hacer ahora. Quizás haya mejorado, o empeorado. Puedo estar sufriendo una lesión o saliendo de ella. O incluso puedo estar pasando un periodo de baja autoconfianza e inseguridad en mí. O una mala situación personal.

Conocer esto será muy importante porque este aspecto es clave para que la expectativa que he armado sea suficientemente congruente para no haya distancia con el resultado final.

  • En qué situación me encuentro

Y por último, sabiendo que he sido hasta ahora y qué soy en este momento, tengo que tener en cuenta en qué situación estoy. Con esto me refiero a que no todos los partidos son iguales, influye mi estado y también el entorno. No es lo mismo jugar contra el primero de la liga, que contra el ultimo. Hay diferencias entre un partido amistoso y una final del Campeonato de España. Al igual, que no es lo mismo tener a toda la plantilla, que a los jugadores principales lesionados.

Contar con estos detalles a la hora de imaginarme cómo será el partido son fundamentales para poder sentir control sobre la situación y desarrollar autoconfianza en mí y mi equipo.

Como ves, son muchas las cosas que influyen en nuestros pensamientos. A la hora de crear expectativas de forma inconsciente no siempre tenemos en cuenta todos estos aspectos, pero eso no quiere decir que no acaben impactando en el resultado.

Generar de esta manera expectativas realistas te ayudará a ser mucho más consciente de qué te rodea y cómo usarlo para que te potencie.

Por lo tanto, «obligate» a que estas expectativas partan de objetivos alcanzables que puedan estimularte hacia el logro de tus metas marcadas.


En resumen, es muy importante que un deportista se enfrente a situaciones con expectativas realistas, donde tenga en cuenta, bajo efectos objetivos que realmente se puede esperar de él respecto a la situación concreta. Esta expectativa congruente ayuda a que esos objetivos se vayan logrando convirtiéndose en situaciones exitosas que aumentará la autoconfianza.

Por esta misma razón, es imprescindible que acompañemos estas expectativas de objetivos a corto plazo que nos den alegrías conforme nos acercamos a la meta final. Estos objetivos a corto plazo, no deben ser de resultado. Formula objetivos de realización en los que te centres en mejorar tu rendimiento olvidando el resultado y elevando la percepción de control del partido y la situación. Con esto, tus posibilidades de éxito están casi aseguradas.

Las expectativas son algo realmente subjetivo y personal. Influye en su construcción nuestra percepción e interpretación de la realidad. De ahí sacaremos una serie de pensamientos y emociones que son lo que influirá en el futuro ante esa situación.


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene 😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva


Referencias

Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Barcelona, España: Editorial Dykinson, S. L

¿Existe el Entrenador IDEAL?

¿Cómo ser un buen entrenador?

Luis Enrique exseleccionador español de fubol

Este tema me lleva rondando la cabeza mucho tiempo. Me resulta realmente interesante por que somos muchos llamándonos entrenadores, pero… ¿cuántos de nosotros somos realmente buenos?,¿qué diferencia un entrenador bueno de uno normal?,¿y de uno malo?,¿qué tiene que hacer un entrenador para ser malo?¿y cómo actuar para ser bueno?

Creo que un entrenador no solo debe entender del deporte que realiza. Pienso que aparte de ello, tiene que desarrollar el arte de entrenar que va mucho más allá.

Leyendo sobre este tema he descubierto que se han lanzado muchas teorías. Han estudiado la figura del entrenador desde varias perspectivas, la personalidad, la conducta y la interacción con los jugadores, entre otras.

El motor de estos estudios ha sido descubrir que cosas hacen a un entrenador convertirse en un entrenador excelente.


El entrenador

Pep Guardiola entrenador de Manchester City

¿Un buen entrenador es aquel que tiene éxito?, ¿tener éxito es ganar?, ¿es conseguir que los jugadores disfruten y aprendan?,¿es jugar bien?,¿es trabajar en equipo?

¿Existe el entrenador ideal?

Pérez, M.C (2002) lo tiene claro, no existe el entrenador ideal. Dice que el éxito depende de muchas cosas y afirma que el entrenador ideal no existe. El entorno deportivo está en relación con tantas variables que poder achacar el buen resultado a solo una de ellas es aventurarse demasiado.

Un entrenador es el reflejo de sus jugadores y la personalidad de él, lo que va a determinar la dinámica del equipo. El entrenador con su personalidad moldea, consciente o inconscientemente al jugador y al equipo (Pérez, M.C., 2002).

Pérez, M.C. (2002) recopila en una completa revisión los diferentes aspectos más estudiados sobre el entrenador y cuáles han sido las respuestas, estrategias y comportamientos más eficaces ante los entrenadores estudiados.

Personalidad del entrenador

Dentro de la teoría del rasgo se piensa que los lideres tienen ciertas características de personalidad innatas que son las que les hacen ser buenos. Algunas de las características que destacan son la inteligencia, la firmeza, la independencia y la autoconfianza, que les permiten alcanzar el éxito independientemente de la situación en la que se encuentren.

Ogilvie y Tutko (1970) citado por Pérez, M.C. (2002) afirmaban que los entrenadores de prestigio tenían cualidades como: mentalmente fuertes, autoritarios, dispuestos a soportar la presión de sus seguidores y de los medios de comunicación, emocionalmente maduros, independientes con respecto a sus opiniones y realistas en sus perspectivas.

Teniendo en cuenta la personalidad, los resultados indican que los entrenadores estudiados destacan por su bajo nivel de neuroticismo y su alto grado de extraversión, apertura a la experiencia, cordialidad y responsabilidad. En su mayoría: responsables, perseverantes, seguros, orientados hacia una meta, asertivos, cordiales y abiertos a nuevas ideas y experiencias.

Independientemente del deporte, Guillen y Bara (2007) vieron que las características comunes entre los diferentes estudios analizados, y sin importar categorías y nivel del deportistas las cualidades generales y personales más repetidas fueron: experiencia deportiva; mentalidad abierta; liderazgo; equilibrio emocional; organización, cooperación, responsabilidad, creatividad, motivador, trabajador, confianza, objetividad, energía, seguridad, interés por el deportista, disciplina/autoridad, cordialidad/empatía, exigencia, actitud positiva, dominio y activo.

Conducta y comportamiento del entrenador

Opuestamente a la teoría de rasgo, el enfoque conductual se declina por que los líderes no nacen, se hacen. Desde esta perspectiva, el funcionamiento del líder se caracteriza tanto por las relaciones interpersonales que establece como por proporcionar dirección, objetivos y estructura a su equipo.

Las conductas que hacen a un entrenador un líder efectivo son acciones como las siguientes:

  • Entrenamiento competitivo (ejecución y motivación);
  • Resolución de problemas utilizando métodos nuevos;
  • Funcionamiento interpersonal en el equipo;
  • Comportamiento social (interacción fuera de la práctica deportiva);
  • Representación (representación positiva del equipo en el contacto con otros);
  • Comunicación y organización;
  • Reconocimiento (feedback y refuerzo por el rendimiento y la participación) y
  • Entusiasmo general.

Aspecto fundamentales para ser un buen entrenador

Sarina Wiegman entrenadora de la selección femenina
de Inglaterra y ganadora de The Best de la FIFA como
mejor entrenadora de 2017, 2020 y 2022

Bajo mi punto de vista, las cualidades básicas que debe desarrollar un entrenador para realizar un buen trabajo son:

AUTOCOMPASIÓN

En ningún sitio la he oído nombrar como una habilidad de un entrenador, pero no puedo evitar querer plantearlo así.

La autocompasición es como reaccionamos con nosotros mismo a situaciones que nosotros mismos hacemos (Araya, C., & Moncada, L., 2016)

Dentro del entrenamiento, es principal la relación con uno mismo. Me explico, si yo como entrenador soy una persona que tras cada fallo que cometo me juzgo, autoculpo y me critico, en mi interacción con otros, reproduciré un papel similar. Proyectando eso que siento consciente o inconscientemente hacia mis jugadores.

Si no soy capaz de tratarme con cariño y bondad a mí mismo no voy a ser capaz de hacerlo con mis jugadores.

Es como cuando en el avión nos explican que primero va nuestra mascara de oxigeno y que solo una vez puesta, podemos ayudar a los demás.

Pasa igual, un entrenador primero debe saber relacionarse adecuadamente consigo mismo y luego podrá hacerlo de una forma más coherente, acertada y adaptativa con sus jugadores.

Los estudios acerca de este concepto nuevo nos dicen que el que tiene autocompasión, desarrolla un efecto amortiguador sobre los acontecimientos negativos de la vida. Tendiendo así mayor satisfacción con la esta, más inteligencia emocional, vida social, menos ansiedad, depresión, vergüenza y miedo al fracaso.

Es más se sugiere que la autocompasión puede ser una estrategia que promueve el bienestar y funcionamientos psicológicos positivos y saludables. Esta es la razón por la que trabajo este concepto en la formación de entrenadores a nivel psicológico.

AUTOANALISIS y EMPATIA

Proponen Douge y Hastie (1993), Siedentop (1991) y Fairs (1987) citado por Pérez, M.C. (2002) el autoanálisis y la reflexión como aspecto efectivo frente al entrenamiento. Se referían con autoanálisis a la capacidad del entrenador a observarse constantemente, analizarse, evaluar y modificar su entrenamiento, comportamiento e interacción para poder cubrir las necesidades del deportista en esa situación.

El mismo Fair (1987) creó un modelo con el que trataba de mostrar como el entrenamiento es un proceso y no un conjunto de conductas. Este modelo tenía cinco pasos (basados en la autoreflexión) entre los que están: observación y recogida de información relevante, análisis de la información, utilización de ésta para la formulación de nuevas direcciones y metas, ejecución del plan de acción y repetición del ciclo.

Con este modelo el autoanálisis puede realizarse de forma más práctica y útil.

ADAPTACIÓN Y FLEXIBILIDAD COGNITIVA, EMOCIONAL y SOCIAL

El deporte es un ámbito cambiante, cada jugada es diferente a la anterior. Cada temporada, grupo y entrenamiento son distintos. Cada situación es única y concreta de ese momento.

Los jugadores son unidades individuales separadas de las del resto. Cada uno tiene sus necesidades, características, respuestas y ambiciones.

El entrenador convive cada día con momentos complicados que son independiente a todo lo que ha vivido antes. Y, o es capaz de ir adaptándose y modulando sus respuestas y decisiones acorde a cada situación y persona o la respuesta del entrenador será desadaptativa e ineficaz aunque anteriormente diese resultado.

La adaptación, bajo mi punto de vista debe ser global. No solo debe ser flexible en cuanto a situaciones diferentes entre sus jugadores, sino que también tiene que modular sus respuestas, pensamientos y gestionar sus emociones acorde a la circunstancia que tiene delante.

En resumen, el entrenamiento eficaz es la habilidad de los entrenadores para reaccionar correctamente a las características y necesidades de los jugadores (Pérez, M.C., 2002).

Hablaremos más en profundidad sobre estos tres últimos conceptos en futuras publicaciones. Si quieres que lo haga sobre cualquier otra, envíame un mensaje a @mardurannn o a lacatalizadoradeportiva@gmail.com


Tu post de cada lunes, nos vemos la semana que viene😉

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva


Referencias

Araya, C., & Moncada, L. (2016). Auto-compasión: origen, concepto y evidencias preliminares. Revista Argentina de Clínica Psicológica, XXV(1), 67-78.

Guillén, F. y Bara, M. (2007) Psicología del Entrenador Deportivo. Editorial Deportiva S.L. https://www.google.es/books/edition/Psicolog%C3%ADa_del_entrenador_deportivo/cMcyCwAAQBAJ?hl=es&gbpv=1&dq=entrenadores+eficaces&printsec=frontcover

Pérez, M.C. (2002) Caracterización del entrenador de alto rendimiento deportivo. Cuadernos de Psicología del Deporte, volumen (2)

La mente de las leonas contra Italia

Selección Femenina Voleibol | ESP vs ITA | Octavos de final | EuroVolley2023

A raíz de este partido, ESP vs ITA, un amigo (IG: @settingtheball) me hizo la siguiente pregunta, ¿cuánto % crees que tiene la mente frente al resto (refiriéndose a todo lo que engloba el juego)? La pregunta la hacía a modo de reflexión tras disfrutar del partido.

Le advertí de que quizás no fuese lo suficientemente objetiva y me lancé a responderle (os lo cuento al final).

Como he dicho, el contexto de esta pregunta era el partido perdido pero bien luchado de España contra Italia. Italia tiene uno de los mejores equipos del mundo, a lo que voleibol se refiere. En la competición de las naciones (la copa mundial) quedó sexta cayendo 3-0 en cuartos de final contra la ganadora del mundial, Turquía. Es decir, no nos enfrentábamos a cualquier selección, nos enfretábamos a ITALIA, en mayúsculas.

Cuento esto, porque el rival al que nos enfrentamos, tiene un nivel y rodaje superior al que tenían nuestra jugadoras. No obstante, no es ningún tipo de excusa y así se vio en el partido.

Durante el primer set, las leonas consiguieron estar 6 puntos por encima de las italianas y en la «red zone» (a partir del punto 20) consiguieron estar por encima en un 22-19 (finalmente acabó en 23-25 perdido para España). El segundo set también lo jugamos muy igualadas y fuimos capaces de pasar de un 15-10 abajo a un 19-20 arriba. No obstante nos quedamos de nuevo a las puertas del segundo set (22-25). En el tercero, estuvimos algo más alejadas, pero no paramos de plantarle cara hasta el punto final. Aun así, no quiero hacer demasiado hincapié sobre el resultado de este partido, sino que quiero centrarlo en la actitud de las leonas frente al partido.

Os pongo en contexto, el pabellón estaba repleto, cosa que en España es inusual ver, asimismo, el oponente jugaba en casa con su afición en la grada.

Pero eso no fue motivo para que las leonas se achantaran. Es más sabían a lo que iban y así lo cuenta Pascual Saurín en la entrevista previa al partido: «estamos jugando ante auténticas estrellas», «vamos a salir a por nuestra oportunidad y pelear por el partido» comentaba para LaLiga+. Y eso pasó.

He aquí donde comienza lo curioso e interesante a nivel psicológico.

Al inicio os he comentado que esta publicación salió a raíz de una pregunta, ¿cuánto % le das a la mente frente al resto? Mi respuesta fue: «dependiendo de a qué categoría o nivel nos refiramos, hablaremos de un porcentaje u otro». Bajo mi punto de vista, en un campeonato europeo, la base técnica y táctica de las jugadoras suele ser muy similar. Algunas tienen más potencia, más experiencia en juego o un mayor número de recursos, pero la diferencia suele ser poca.

Ahora bien, creo que lo que marca la diferencia en este nivel de juego es el estado mental de cada jugador y cómo se trabaja en equipo, como conjunto.

Dicho de otra forma, la estabilidad mental ante un parcial con 5 puntos abajo; la seguridad en los movimientos; la decisión correcta; la capacidad de arriesgar; la precisión; el enfoque que permite anticiparse. Eso, es lo que pienso que diferencia el nivel individual del jugador de alto rendimiento.

La gestión cognitiva y emocional, el saber gestionar la presión y tomar decisiones eficaces en periodos pequeños de tiempo, es el matiz que hace a un deportista eficaz.

En competiciones de este tipo, los favoritos son los que más tienen que perder. Asumen una gran presión que no siempre saben gestionar. En cambio, los no favoritos van libres, a disfrutar sin ninguna presión, el caso de España en este partido.

Ese estado en el que no tienen que demostrar nada a nadie permite jugar como vimos la otra tarde. Una España espectacular que nos sorprendió a todos con una actitud y enfoque maravillosa dentro de la pista.

Hace tiempo hablábamos del Estado de Flow y eso mismo fue lo que vimos en este partido por parte del conjunto español.

Las jugadoras estaban enfocadas, disfrutando, fluyendo. Se respiraba confianza y certeza en lo que hacían. Se les veía en la cara que estaban disfrutando y no paraban de sonreir mientras estaban en la pista. Jugar sin presión les permitió jugar dando su mejor versión. Actuaban bajo instinto, no pensaban de más y disfrutaban del resultado.


Paralelamente, quiero poner en valor la importancia de las expectativas y el establecimiento de objetivos realistas.

España lo ha sido, su objetivo era pasar de grupos y sabían que si lo conseguían era complicado avanzar en las rondas siguientes. Llegar a octavos era su premio, según contaba Saurín para LaLiga+. Los objetivos estaban marcados frente a su estado actual, teniendo en cuenta al rival y el contexto que les rodeaba junto con el pasado de ambos equipos.

Este objetivo realista ha permitido a las leonas salir al campo tranquilas, su cometido ya estaba conseguido y ahora les tocaba disfrutar jugando.

Hubiese sido diferente si el objetivo no hubiese sido realista. Si las leonas se hubiesen puesto como objetivo ganar el europeo, el final del partido contra Italia hubiese estado cargo de frustración, cuestionamiento y autoculpa. Aunque estuviésemos en la misma situación, si la idea inicial era tan elevada, la sensación final no sería nada agradable, pese a haber jugado igual de bien. Es más, me aventuro a decir que si ese hubiese sido el objetivo (ganar el europeo), España no hubiese hecho un partido tan bueno como el que hizo frente a Italia.

En cambio, el objetivo era coherente y eso les facilitó hacerse grandes ante un gran rival. Les ofreció jugar sin presión.

Establecer un objetivo acorde a lo que se puede dar crea unas expectativas realistas, garantiza jugar con control y confianza por que se sabe que lo que se puede hacer se hará bien y se asume que hay cosas que no se podrán realizar bien y no pasa nada.

En voleibol jugamos contra otro equipo. No jugamos solas. Al igual que nosotros hacemos punto, ellos también. No siempre que se falle, fue un error nuestro, sino que el contrario tuvo éxito.

Como no es de extrañar mi respuesta frente al % de lo mental fue superior a un 75%, me aventuré a decirle que podría incluso ser parte del 85% del resultado de un partido de este nivel.

Quizás este confundida, no sé. Lo que sí sé es que la mente tiene mucho más poder del que queremos asumir dentro del juego. Siempre que podamos estar con la sensación de control sobre nuestras acciones nuestro rendimiento será mucho mayor. Y eso, fue lo que les pasó a nuestras leonas.

Desde aquí mi enhorabuena al equipo de Saurín, a cada integrante del cuerpo técnico y cada una de las jugadoras que nos permitió disfrutar de un ritmo de juego divertido, emocionante, cambiante e inesperado.


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene 😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Formación de entrenadores a nivel psicológico

He desarrollado un proyecto en el que ayudo a los clubes a formar a sus entrenadores a nivel psicológico.

En este proyecto se plantean diferentes tarifas según cuanto de específico se quiere trabajar con el entrenador.


¿Por qué trabajo con la formación de entrenadores?


Porque cada equipo es el reflejo de su entrenador y cada club es el reflejo de sus equipos. Si se pretende mejorar un club, es muy interesante hacerlo desde el desarrollo individual de cada equipo. Es decir, desde la persona que gestiona cada grupo, su entrenador.

¿Qué se trabaja?


Se trabaja desde la globalidad del individuo, teniendo en cuenta al entrenador como persona y como líder. Partiendo de esto, nos centramos en cuatro perspectivas: personalidad, conducta, potencial e interacción con los jugadores.

¿Cómo se trabaja?


El proceso consiste en llevar al club a un sitio mejor del que está. Se parte de un punto A, que es el estado actual y con ayuda del proyecto de formación, se llega al punto B, que es el sitio donde el club y el entrenador quieren estar.

El proyecto se adapta al estado actual del club y cada entrenador, buscando proporcionar herramientas individualizadas que puedan ser útiles y prácticas para cada uno de ellos. En el desarrollo de estos recursos se tiene en cuenta el estilo de liderazgo, forma de comunicación y metodología de trabajo, entre otras, del entrenador.

Este proyecto ya está en funcionamiento con otro club. Tengo algún hueco más para trabajar con un club.

Me encantará comentarte todo esto en mayor profundidad durante una breve reunión. En ella podrás contarme todas las dudas que tengas sobre el proyecto y su proceder.

Envíame un mensaje a lacatalizadoradeportiva@gmail.com con tu disponibilidad y te cuento todo por ahí 😊 También puedes contactarme por IG: @mardurannn.


Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Haikyu!! | Análisis psicológico

Presentación de la sección

Está nueva sección irá destinada a analizar psicológicamente la serie anime de voleibol, Haikyu.

Voy a destinar estas publicaciones a:

  • Reflexionar sobre los personajes, sus acciones y cómo interactúan entre ellos
  • Destacar cosas positivas a implementar durante el juego
  • Cuestionar conductas, bajo mi visión, que no creo adecuadas o que pueden dar problemas
  • Analizar sus pensamientos y cómo influyen en el juego y sus compañeros
  • Proponer tareas y acciones basándome en lo que les dio éxito

Haikyuu ha conseguido plasmar y hacernos ver una forma de jugar muy sana entre compañeros y rivales.

A ello le sumamos que existen escenas dónde podemos conocer los pensamientos de los jugadores, es decir, podemos saber que autodiálogo existe en ellos mientras juegan.

Desde la perspectiva del análisis psicológico, me parece una fantasía poder tener ese tipo de información. Podrá ser muy útil para saber que tipo de pensamientos rondan por la cabeza de los diferentes tipos de deportistas que salen en la serie.

Por esta razón, iré analizando los capítulos y con ello habrá spoilers en cada publicación. Si no la has visto, te invito a que la comiences y tras cada capitulo te pases por aquí para saber que opina una psicóloga sobre lo que acabas de ver.

Cada publicación contendrá el resumen del episodio. En él voy a destacar las escenas más interesantes a nivel psicológico. Y lo acabaré con lo que considero relevante e interesante para poner en práctica o con una reflexión sobre ese capítulo. Dicho de otra manera, acabarás de leer teniendo claras las ideas más útiles y prácticas para incorporar en tu juego.

Soy sincera, esta serie ha llegado a emocionarme más veces de las que pensé. Y quiero poder transmitir con ella los valores y los cimientos que creo que deben reinar en el deporte.

A modo de aclaración, quiero matizar que lo que cuento en esta sección es simplemente mi opinión y la forma en la que yo entiendo el deporte y voleibol en relación a lo que se plasma en esta entretenida serie.

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva

Haikyu!! | Temporada 1 | Episodio 1: Un final y un comienzo

Busca un referente, ten un objetivo

La serie comienza con el protagonista dando un paseo con su bici. Se llama Shoyo Hinata y es el chico del pelo naranja.

Durante su camino, se para a ver un partido de voleibol donde está jugando el Karasuno, una escuela que no está muy lejos de allí.

Hinata se queda impresionado al descubrir lo alto que salta y como golpea a la bola el pequeño gigante, el numero 10, en ese momento, del Karasuno.

Se queda tan impresionado por ese deporte y ese pequeño solo de altura, que decide ponerse a entrenar para poder jugar. Para poder ser como él, Shoyo también era de altura media.

Le cuesta tres años poder tener opción de jugar un partido. Consigue convencer a dos de sus amigos y a tres más para poder ser seis e inscribirse en un torneo. El carismático de Hinata hace que estos compañeros acepten sin conocer apenas el voleibol y no saber ni como se juega.

Eran pequeños en altura y con aparente fragilidad corporal.

Los demás equipos tenían jugadores altos, corpulentos, con conocimiento y experiencia sobre el voleibol.

Cuento esto, porque teniendo esto como contexto tiene mucho más valor la actitud y mentalidad del protagonista. Él es consciente de que es bajito, como su ídolo, pero sabe que tiene la opción de saltar alto y poder sobrepasar cualquier muro que tenga delante sí.

Cuando llegan al pabellón donde será su primer partidos, unos jugadores critican sus cuerpos y el mal voleibol que creen que tendrán.

Y aquí, se desarrolla una escena que me encanta.

Mientras estos jugadores de primero, se meten con Hinata, Kageyama, conocido como el Rey (el que sale en la imagen de abajo), impide que estos jueguen el partido (a modo de castigo) por ofender y meterse con el rival.

Kageyama es el colocador del primer equipo contra el que jugaran. Su técnica, precisión y distribución del juego son asombrosas.

A raíz de ahí, ambos (Kageyama y Hinata) mantienen una conversación en la que la confianza de Hinata sobre sí mismo y el equipo es admirable. Ni el mismo Rey hace que esta se diluya y comienza una batalla verbal con él.

Repite que es bajito, pero que puede saltar. Y a mi me sorprende e ilusiona que alguien no vea la altura como un problema dentro del voleibol. Sabe que tiene otras opciones y fuerza física para saltar por encima de cualquier bloqueo.

Eso sí, seamos honesto, dentro del voleibol es necesaria la altura y en el alto nivel es casi imprescindible, pero me encanta que Hinata en ningún momento lo ve como un factor en contra. Sabe que es así y tendrá que averiguarselas de otra forma para conseguir lo que quiere.

En esta conversación (HInata) dice algo que creo que cualquier jugador debería grabarse muy adentro «no está decidido que vayamos a perder, sino nos rendimos».

Hinata no da por perdido nada, tuviese delante a quien tuviese, él era consciente de su potencial y de lo que sí podía hacer. Eso le carga de confianza para plantarle cara al mismisimo Rey.

Comienza el partido y…

Durante los primeros puntos, Hinata recuerda todo lo que ha tenido que hacer para poder estar allí. Por fin está en un pabellón contra un equipo de verdad, teniendo la oportunidad de jugar al voleibol. Eso que tanto había soñado y para lo que se ha preparado.

Desde que conoció al pequeño gigante en la tele hasta ese momento, Shoyo se pasó tres años entrenando solo. En su colegio no había nadie más que quisiera hacer voley y fue el único en apuntarse. De nuevo, eso no fue un problema para él. Eso si, su obsesión por atacar era tan que grande, que buscaba con ansia que alguien pudiese colocarle una bola para rematar.

En una de las conversaciones con un amigo suyo, este le dijo:

  • Amigo: «¿Si no puedes ir a las competiciones (porque esta solo) para que te entrenas tanto?»
  • Hinata: «Porque antes o después jugaré en un partido oficial, ahora todos me rechazan, pero lo conseguiré»

Tenía súper claro su objetivo y sabía que tenía que prepararse para ello, porque confiaba en que su momento llegaría.

Actualmente me cuesta ver una actitud y comportamiento así. Nos cegamos por el corto plazo y el refuerzo inmediato. Si vemos que hacer algo no tendrá un beneficio al instante, lo dejamos.

¿Hubieses hecho como Hinata?¿Hubieses estado entrenando solo cada día por si en algún momento llegaba tu oportunidad?

Hinata miraba hacia el futuro, se preparaba para cuando llegase su momentos, sin saber si llegaría. No desistía y confiaba en que eso iba a ocurrir.

A pesar de la desigualdad entre equipos de altura y nivel, ni sus compañeros ni el tiraron la toalla durante el encuentro. En el primer bloqueo que le hicieron a Hinata, sus compañeros le gritaron «te la seguiremos colocando», su respuesta al no pasar el muro, «en el próximo marcaré «. Esta respuesta es la que tiene que acompañar cada error que cometamos en nuestro juego.

En una de las últimas jugadas, la bola de uno de sus compañeros, sale despedida y Shoyo, sale corriendo tras ella para salvarla. No lo hace y acaba golpeándose contra la pared.

Tras levantarse, su respuesta fue: «A la próxima llegaré».

Es incansable, no desiste.

Su resistencia y coraje; su perseverancia e ilusión le hacen dejarse la piel cueste lo que cueste mientras este en la pista y la bola volando.

Tras el golpe, uno de sus amigos, le suelta en ese instante:

  • Amigo: «Esta claro que no somos rival para ellos, ¿porqué te esfuerzas tanto?»
  • Hinata: Pues no lo tengo claro, pero, todavía no hemos perdido

En el tanteo global iban 0-2 en set y en ese tercero, 24-7, para el equipo contrario. Pero para Hinata aún no habían perdido y no iba a dejar caer la bola.

En estas, la voz del pensamiento dice:

«Es eso, así de sencillo, da igual lo difícil que sea la bola, la perseguimos solo por una razón, porque la bola aun no hay caído». «Seguimos luchando solo por una razón, porque aun no hemos perdido».

Hinata y su equipo estaban luchando cada punto como podían. El otro equipo, no tanto. Sentía que ya lo tenían ganado y bajaron la guardia. El Rey les recordó que aun no se había ganado y que los balones se pelean hasta el final.

En este momento, con la guardia bajada del equipo rival, Shoyo, muestra su habilidad y agilidad de salto. Su compañero, por falta de experiencia, coloca hacia atrás en vez de hacia delante, donde estaba Hinata. En vez de quejarse, se recorre el lateral de la pista, salta y remata sin tener delante ningún bloqueo delante.

La bola va fuera, pero les ha dejado a todos sin habla.

Hinata acaba de dejar sin palabras a Kageyama. No entiende como ha podido ir de un sitio a otro tan rápido, ni como pudo saltar tanto.

Al acabar el partido, ambos dos tienen una conversación en la que Hinata, se arma de valor, y aun habiendo perdido, le planta cara. Le hace saber que aunque él sea quien reina en la pista (en ese momento), le vencerá.

Ese fue el primer partido de Shoyo, el cual le dio alas para seguir entrenando y trabajando para llegar al Karasuno. Se metió en el equipo de las chicas, para así poder tener entrenamientos de mayor calidad. Se preparó físicamente lluviese, nevara, o hiciera sol.

Tenía un sueño, un destino y alguien a quien admirar. Lo que era combustible suficiente para seguir trabajando fueran las cosas como fueran.

En el final del capitulo se ve como Hinata consigue entrar en la escuela superior de Karasuno. Para ir hasta allí cada día tiene que subir unas montañas y padalear durante 30 minutos. Pero en ningún caso eso fue un obstáculo para él, sino que es una oportunidad.

Ahora Shoyo, tiene una motivación doble: sacar al Rey de la pista, ser mejor que él.

Lo curioso fue que, al entrar al pabellón del Karasuno, se encontró al mismísimo Kageyama entrenando., el cual será su nuevo compañero de equipo.

Continuará…


Puesta en práctica del capítulo

  • Busca un referente, ten un objetivo. Esto te va a dar la motivación necesaria para seguir peleando haya los contratiempos que haya. El esfuerzo va a depender de ti y de tu afán por querer parecerte a lo que admiras. Esa motivación intrínseca (sale de dentro) seguirá viva y latente hasta que consigas alcanzar eso que buscas.
  • ¿Quién es tu pequeño gigante?¿Y tu Kageyama?
  • Conócete. Analiza que eres, qué se te da bien, qué cosas ya tienes, qué puede ayudarte, qué necesitas desarrollar, qué cosas tienes en contra y cómo resolverlas.
  • ¿Cuál es tu punto fuerte?¿Y tu debilidad?¿Cómo vas a resolverla?
  • No te quejes y lamentes sobre las cosas que no tienes y busca soluciones con lo que sí tienes. Si no tienes altura, trata de encontrar alguna alternativa para suplantar eso. Pero no maldigas a la vida por tu mala suerte y trabaja para conseguir tu objetivo.
  • ¿De qué sueles quejarte?
  • Confía en ti, en el proceso y ten paciencia. Las cosas no las tendrás de hoy para mañana, el deporte y más el voleibol, es una actividad a la que hay que dedicarle muchos años para empezar a ver algún resultado. Entrena poniendo foco en una meta a largo plazo, y con paciencia y pasión sigue trabajando para acercarte un poquito más a ella.
  • ¿Tienes paciencia cuándo las cosas salen mal?
  • Pide otra bola. Cada vez que cometas un error, pide repetirlo, sigue trabajando, a la próxima estarás más cerca de hacer punto. Que un error no te bloquee. Que un fallo no te determine para tener un mal partido.
  • ¿Qué haces cuándo fallas?
  • No te achantes ante nada. Siempre habrá juicios de los demás hacia nosotros. Haz oídos sordos a lo que dicen y confía en ti. Hazte valer cuando tengas la bola en tus manos y muestra aquello que sabes hacer.
  • ¿Cómo actúas ante el rival?
  • Nunca bajes la guardia en un partido, si el otro no se rinde, en cualquier momento el tanteo puede jugar a su favor. Relajarte en un partido solo le da alas al otro para ir generando la confianza que necesitaban para ganarte.
  • ¿Cómo es tu estado de activación cuándo vas ganando?¿Y perdiendo?

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Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva


Cómo mi decisión afecta a ganar el set

Hoy te traigo el resumen del siguiente artículo: Toma de decisiones y rendimiento en las acciones de juego intermedias y finalistas en voleibol, en sets con diferentes resultados (Conejero, Claver, Fernandez-Echeverría, Gil-Arias & Moreno, 2017). Que se llevó a cabo en todos los equipos que participaron en el Campeonato Nacional Juvenil de 2012.

El objetivo final de este estudio fue descubrir la asociación que puede existir entre acciones finalistas e intermedias con el resultado de cada set. Dicho de otra forma, cómo puede afectar a ganar o perder cada acción que vamos haciendo a lo largo del partido.

Quiero mostrarte los resultados de este estudio y darte una serie de recomendaciones para mejorar tu toma de decisiones.


¿Qué es una toma de decisión y qué influye en ella?

Hablamos de la toma de decisión cuando elegimos una respuesta entre otras. Es la acción que me lleva a hacer un blockout cuando tengo un triple bloqueo delante. Antes de esa elección, se lleva a cabo un proceso en el que se analiza que opciones hay, qué contexto tengo, y cuál creo que será la acción más adecuada para el objetivo que busco (Conejero, Claver, Fernandez-Echeverría, Gil-Arias & Moreno, 2017)

El voleibol es un deporte abierto, donde las jugadas son diferentes en cada momento. Por esta razón, la toma de decisión se vuelve más compleja, ya que los estímulos continuamente difieren al igual que las posibles respuestas y el entorno.


Toma de decisiones, rendimiento deportivo y resultado del set

En el estudio, Conejero, Claver, Fernandez-Echeverría, Gil-Arias & Moreno (2017) analizan acciones intermedias de juego como la recepción, colocación y defensa; y finalistas, como el saque, ataque y bloqueo.

Los resultados se analizaron haciendo varias asociaciones entre estos aspectos. Específicamente se relacionó el resultado del set con la toma de decisión intermedia y finalista; y el resultado del set con el rendimiento de acciones finalista y intermedia.

Con todo ello, se vio lo siguiente.

Existía una relación significativa entre el resultado del set y la toma de decisión de acciones intermedias. Quiero decir, aquellos equipos que durante el juego elegían la opción más adecuada en acciones intermedias (recepción, colocación y defensa) ganaban el set. El equipo que tenía acciones incorrectas, lo perdían. De igual forma, hallaron que ocurría lo mismo frente a las acciones finalistas (ataque, bloqueo y saque) del juego.

Respecto a la variable de resultado de set y rendimiento en acciones intermedia, lo equipos que consiguen la victoria en el set son los que mayor resolución tenían en las acciones intermedias del juego, los que permitían que se pudiese atacar con todas las opciones. En cambio, los equipos que perdían tenían una baja eficiencia en las acciones de colocación, recepción y defensa lo que hacía que sus ataques estuvieran limitados.

Teniendo en cuenta el resultado y el rendimiento finalista de la acción, los equipos que ganan el set son los que tienen una alta efectividad en estas acciones (ataque, bloqueo y saque). Los que pierden, tienen un nivel bajo y sus acciones hacen que el rival pueda continuar la jugada y acabar formando un buen ataque.

Frente al rendimiento y la toma de decisiones concluyeron que la decisión tiene relación con el rendimiento de esas acciones. Dicho de otra forma, una acción correcta aumenta el rendimiento en el juego del equipo y acerca al éxito en el partido.

Por lo tanto, para ganar un set, debe existir un alto rendimiento en todas las acciones del juego, y especialmente en el ataque, saque y bloqueo. Estas últimas acciones son, además, predictoras de los sets ganados.

Es decir, la toma de decisión y el rendimiento de esta van a decidir el resultado del set. Teniendo en cuenta que cuanto mejor sea la decisión más posibilidades de obtener un resultado que sea positivo.

Como recomendación, Suarez, Claver, Fernandez-Echeverría, Gil-Arias & Moreno (2017) insisten en que un entrenador debe buscar la mejora en la toma de decisiones del jugador en las diferentes acciones. En etapas de formación es necesario que se de un equilibrio entre el desarrollo táctico y decisional de los jugadores y su habilidad para realizar diferentes acciones que aumenten el rendimiento en el juego.


¿Cómo mejorar la toma decisión?

Antes de nada, quiero recordarte la importancia de la toma de decisiones dentro del voleibol. Se trata de un deporte abierto, en el que cada jugador va a partir de una seria de estímulos, opciones y contexto diferentes.

Quiero decir, cada vez que el contrario pase la bola a mi campo lo hará de forma diferente, puede venir un saque, un ataque, una finta o un freeball. De ahí yo puedo estar o no estar en mi posición y el balón puede venir desde diferentes sitios, y a diferentes velocidades. Mi defensa o recepción tendrá que ir a un lugar u a otro según la jugada o la posición del colocador.

Como ves, cada interacción con el balón es completamente diferente. Desarrollar una buena toma de decisiones tiene que basarse en el entrenamiento de varias posibilidades de juego, donde exista una gran variabilidad de estímulos (A. Ureña, comunicación personal, 10 de mayo de 2023).

Partiendo de todo lo anterior, te planteo los siguientes aspectos que pueden ayudarte a mejorar tu toma de decisiones en el juego:

  • Conoce a fondo el voleibol: cuanto más conocimiento tengas sobre el juego, sus posiciones, sus diferentes opciones y sus posibles resultados, más acertada será tu decisión y más preparado estarás para resolver lo siguiente que ocurra.
  • Observa y lee el juego: mira cada detalles mientras estés en el campo. Presta atención a las tendencias, a cómo funcionan en conjunto y separados. Observa también el estado emocional y como eso afecta a su rendimiento cuando tienen que actuar. Esta lectura te ayudará a tomar una decisión mucho más rápida y anticiparte a su jugada.
  • Desarrolla tu adaptabilidad al juego: el voleibol es muy dinámico, por lo que tienes que estar atento para ajustar las estrategias y tácticas según sea necesario. Conseguir esto te va a dar soltura para evaluar en menos tiempo la jugada y modificar o mantener la decisión establecida.
  • Evalúa el de riesgos y recompensa: cada decisión va atener un resultado. El conocimiento y experiencia van a ir dándote la solución correcta, pero antes, tienes que ir identificando que consecuencias puede tener aquella acción que tienes en mente realizar. No actuarás de igual forma en un 0-0 que un 23-24, ahí tu análisis debe ser más específico y acertado, porque el riesgo a fallar será mucho mayor.
  • Entrena la toma de decisiones bajo presión: crea situaciones en las que el juego produzca una tensión extra que haga que la decisión a tomar tenga real importancia. Recrea el final del set o partido igualados y oblígate a decidir en el menor tiempo posible la mejor de las elecciones.

Como EXTRA tienes que tener en cuanta varias cosas:

  • Experiencia: cuanto más juego tengas, más fácil te será identificar y leer el juego. Eso te dará mayor firmeza y eficacia en las decisiones que tomes.
  • Mentalidad positiva y confianza: ten una mentalidad positiva y confía en tus habilidades y conocimientos. Si dudas y te sientes inseguro va a afectar en tu toma de decisiones.
  • Mantén la calma: confía en ti y en tu ojo para evaluar la situación y tomar decisiones basadas en tu conocimiento y experiencia.
  • Análisis y retroalimentación: Al finalizar cada partido, analiza tus decisiones y busca un feedback externo. Habla con tus compañeros sobre cómo lo hiciste y qué habrían hecho ellos. Aumenta el número de opciones frente a las respuesta que tú diste y consulta con tu entrenador cuales serían las más adecuadas y frente a qué situaciónes.

En resumen, la toma de decisiones en el voleibol requiere una combinación de conocimiento del juego, adaptabilidad y capacidad de lectura del juego. Necesitarás mucha práctica, experiencia, paciencia y confianza para que, con el tiempo, tus decisiones sean más acertadas estés o no bajo presión.


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva


Referencias

Conejero, M. Claver, F., Fernandez-Echeverría, C., Gil-Arias, A & Moreno, M.P. (2017) Toma de decisiones y rendimiento en las acciones de juego intermedias y finalistas en voleibol, en sets con diferentes resultado. Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF), 31, 28-33.

Miedo a fallar en el final de set

¿Qué hacer para dejar de tener miedo?

¿Qué es el miedo?

El miedo es una emoción primaria, que según Paul Ekman, se expresa de igual forma sea cual sea el lugar del mundo.

Para Bellido (2022) psicólogo y coach sevillano, el miedo es la emoción encargada de salvarnos la vida, ya que nos informa de las posibles amenazas que existen a nuestro alrededor. Cuando aparece el miedo, trae consigo una función adaptativa (al igual que cualquier otra emoción). En este caso, el miedo siempre tratara de protegernos, por eso en ocasiones, cuando sentimos miedo, nos quedarnos quietos por temor a lo que pueda ocurrir.


¿Qué es el miedo a fallar?

En concreto, el miedo a cometer un error no es un miedo normal, sino uno colateral. Dicho de otra forma, no se tiene miedo a la acción, como podría ser rematar o sacar, sino que se tiene miedo a lo que puede pasar una vez se de ese fallo.

Por esta razón, cuando tenemos miedo a fallar, a lo que le damos importancia es a la consecuencia y a lo que pasa tras ella o lo que pienso que podrá pasar tras ella (el entrenador ya no me pondrá más, la colocadora no me va poner la siguiente bola, mis compañeras me van a rechazar…)

En un final del set (a partir del punto 18-20) cada error cobrará un mayor peso.

Fallar un saque en el 0-1, a nivel de punto, es igual que fallarlo en el 23-24, pero a nivel de juego no. Cometer un error en ese momento del partido puede suponer perder o ganar. Los jugadores conocen esto y por eso, aquellos que no tienen entrenado su juego bajo presión no van a poder gestionar adecuadamente este miedo.

En estos casos, será como una crónica anunciada, quien tiene miedo a fallar, va a acabar fallando.


¿Porqué cuando tengo miedo, fallo?

Como antes dije, el miedo lo que hace es ponernos alerta, prepararnos para la catástrofe que puede ocurrir. Por esto mismo, el cerebro activa y pone en sobre aviso al cuerpo. Comienza a tensar músculos y a inhibir otros. Prepara los que necesitamos para huir o luchar y desactiva aquellos que no se usarán.

Te lo muestro con un ejemplo practico.

Tensa tu brazo, hombro, espalda y cadera. Con todo estas partes contraídas, trata de hacer el gesto del remate. Imagina que tienes un balón delante, y lo golpeas.

  • ¿Qué ocurre?
  • ¿Cómo se mueve tu brazo?
  • ¿Si tuvieras una bola delante el gesto seria fluido?
  • ¿Crees que harías punto si golpearas así?

Es posible que todo el brazo se mueva de forma rígida, como sino existiera una articulación. Todo lo contrario a lo que sería movimiento fluido (como un látigo).

Ahora, relaja el brazo, tu hombro, tu cadera, tu mano y golpea tranquilamente simulando un remate.

¿Notas la diferencia?

Eso mismo ocurre cuando estas jugando, si tienes miedo, tu cuerpo esta tenso y alerta en las posibles amenazas (no jugar el próximo partido, que tus compañeras no te pasen el balón…).

O sea, ni tu cuerpo ni tu mente están en condiciones de estar jugando. No estás pendiente del balón, sino de las respuestas, caras y gestos que hace tu entrenador y compañeros cada vez que te mueves. Tu atención esta en la amenaza, y por eso, no puede estar en el balón, ni en la intención de ganar.

El miedo te va a sacar del partido, ya que, como dije al principio, inhibe aquellas cosas que no son necesarias en ese «complicado» momento.

En ese estado de alerta por fallar una acción, tu mente inhibe la motivación, el compañerismo, la toma coherente de decisiones… En esa «situación peligrosa», todo lo que es ganar el punto y el partido, esta en un segundo plano para tu sistema emocional, que es el que está guiando tu respuestas.


¿Cómo se si tengo miedo a fallar?

Muchas veces el propio jugador no es consciente de este miedo, pero si actúa en consecuencia a ello.

A continuación te enumero algunas situaciones que pueden ayudarte a identificar tu miedo.

  • Quedarte parado delante de una bola
  • Rematar a la red
  • Rematar fuera
  • No complicarte al pasar la bola (free)
  • Tomar malas decisiones (rematar/ sacar al líbero)
  • Cometer errores no forzados (tocar la red)
  • No atacar fuerte
  • Encoger el brazo
  • Estar disperso, como desubicado, mirando a varios lados
  • Prestar atención a otra cosa que no sea la bola
  • Desplazarte lento por el campo

¿Qué hacer para dejar de tener miedo?

Para mi, gestionar adecuadamente un error es no tener miedo a fallar de nuevo. Creo que el miedo a fallar es la materialización de la inseguridad en las propias habilidades técnicas, tácticas, físicas y psicológicas.

Es decir, cuando tenemos miedo a fallar entran en juego varias aspectos, entre ellos, el sistema de creencias que tiene el jugador (sus pensamientos, experiencias…), su autoconcepto (autoconfianza, autoestima…) y su fortaleza mental.

A veces lo obviamos, pero para gestionar una emoción primero tengo que saber que estoy sintiendo esa emoción. Es fundamental tener la capacidad de reconocer nuestras emociones, saber conectar con ellas, detectar su mensaje (Bellido, 2022) y de ahí, actuar de forma coherente para ganar.

Para reducir este miedo, te propongo lo siguiente: Activar el Plan Final de Set, que consiste en lo siguiente:

Cuando se acerque el final de set, en el punto 18:

El capitán en pista va a decir: «18», cuando os unáis en el centro tras haber ganado ese punto.

Con esto se activa el Plan Final de Set.

Esto da comienzo al verdadero partido.

La concentración, atención y activación tienen que estar en su punto justo. La confianza en el compañero y seguridad en uno mismo también.

Lo pasos a seguir para ello:

  • Se reconoce que la presión del partido acaba de cambiar. «Ahora empieza el partido»
  • Se observa con mayor detalle que tengo enfrente. Para poder tomar decisiones coherentes en el ataque.
  • Se aumenta en un segundo el saque. Uso un segundo extra para aumentar mi concentración visualizando el balón y la zona de saque.
  • Se aumenta la rapidez en la cobertura/apoyo del propio ataque, para hacer sentir seguro al atacante. Y se lo hago saber, «pégale fuerte, estamos abajo»
  • Se mantiene la calma emocional tras cada punto. Ya sea el puntazo de nuestra vida o la mayor equivocación, se mantendrá calma y foco en la bola. Es decir, no se celebra exageradamente, ni se acompaña nuestra acción con gestos que denoten frustración (modificará nuestra activación). Se reacciona con neutralidad, se va al centro con los compañeros y se repite «Final de Set, seguimos trabajando».

Esto dar un valor diferente a lo que supone un final de set.

Ayuda a regular la emoción, para poder tener equilibrada la activación y concentración en el juego. Potencia el trabajo en equipo y da soporte y confianza entre los propios compañeros.

A su vez, le permite ser conscientes de que se entra en un periodo diferente del partido, por lo que el juego lo será también. Ahora cada acción tiene mayor relevancia y por ello la concentración en el juego tiene que ser máxima.

Este plan va a concienciar y dar familiaridad sobre ese incomodo momento. Los jugadores van a tener un objetivo (ganar), con un plan y unos pasos a seguir.

EXTRA – Activa el plan en el entrenamiento. Les va a permitir llegar a un final de set, sabiendo qué hacer y cómo hacerlo. Verás a tus jugadores jugar con confianza, sabiendo qué hacer y arriesgando cuando hay que hacerlo.


Tu post de cada lunes, hasta la semana que viene 😏

Mar Durán 🚀 La Catalizadora Deportiva


Referencias

Bellido, J. (2022). Bienestar centrado en las emociones. Madrid, España: Grupo Editorial Luis Vives